¿El Sistema no comete errores?

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No podía dejar de verme en el espejo del baño. Hoy era un gran día. Hoy era el día que cumplía diecisiete años.

—Hoy conoceré a la mujer de mis sueños —le guiñé el ojo a mi reflejo.

¡Lance, date prisa! ¡Quiero ir al baño! —la voz de mi hermano se escuchó por el otro lado de la puerta.

—Espera sólo un poco... —dije mientras tarareaba una canción y me retiraba la crema del rostro.

¡Lance!

Suspiré y salí del baño. Mi hermano me fulminó con la mirada y se apresuró a entrar.

—No entienden que esto —señalé mi rostro—, necesita de especiales cuidados.

Cuando bajé de las escaleras casi tropezaba con la gata de la familia, Blue. Eso pudo dar resultado a una caída bastante dolorosa.

—Oye, un día de estos me matarás —le dije mientras la cargaba y acariciaba su peluda mejilla—. Eres hermosa, ¿lo sabías? —me ronroneó.

—Deja ese gato en paz, Lance y ayúdame servirle la comida a tus sobrinos —dijo mi madre desde la cocina.

Cuando me dirigí hacia donde ella estaba casi caía sobre mi trasero por los dos niños que corrían de un lado a otro. Mis sobrinos.

—Escucharon a tita. Ya es la hora del desayuno.

—¡Tío Lance! ¡Dile que me lo devuelva! —chilló mi sobrina.

—¡Estás loca! ¡Esto es mío! —replicó mi otro sobrino mientras apretujaba un juguete viejo.

Suspiré y me acerqué a mamá para darle un beso en la mejilla.

—Buenos días, .

—Buenos días, mijo. Anda, ve a sentar a tus sobrinos.

La obedecí y cómo pude, le ayudé con los niños.

El resto de la familia se iba uniendo poco a poco siendo atraídos por el aroma de la rica comida que se había preparado.

—Oye, Lance, ¿no estás nervioso por el día de hoy? —preguntó mi hermano mayor.

—No, para nada —fingí despreocupación ya que, en realidad, podía sentir como las ansias me carcomían por dentro.

—¡Créeme que no te arrepentirás! El Sistema es tan acertado que ni yo me quejo de mi pareja —exclamó él, y como respuesta, recibió un golpe de su pareja.

Todos en la mesa rieron y comenzaron a sacar conversaciones aleatorias entre ellos. Una cada vez más distinta que la otra.

—Quiero decir algo —mi madre alzó la voz llamando la atención de todos—. La generación de Lance, es la segunda en pasar por este tipo de... ¿pruebas? Y los de la vieja escuela, por así llamarnos, no estamos del todo de cuerdo con todo esto, ya que se pierden muchas experiencias que un adolescente debería de vivir.

—¿Cómo cuáles? —preguntó uno de mis tíos interrumpiendo a mamá—. ¿Qué te rompan el corazón? ¿Qué jueguen contigo? ¿Te traicionen? Una persona no debería pasar por esas cosas. Todas esas "experiencias" —dijo haciendo las comillas con sus dedos—, lo cambian a uno y ya no vuelve a ser como antes.

—¿Acaso te imaginas estando con la misma persona desde los diecisiete años? Supuestamente ellos ya no deberían pasar por eso. Lance y los demás chicos no tienen derecho a tener pareja hasta que llegan a esa edad. No podrán conocer y vivir.

¿Conocer y vivir? Yo no tenía problema con la forma en que controlaban nuestro destino. Al contrario, si había una forma para evitar sufrimientos o dramas, para ir directo a la felicidad, yo me apuntaría para estar en primera fila.

Doble Atracción {Voltron} - ShklanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora