Doble Atracción {Voltron} - Shklance

Conociendo a mi enemigo

--Lance, ¿pensaste en tus amigos? --Pidge se veía molesta.

--Por favor, ¿tú también? Ya tengo suficiente con mi padre.

--¡Lance!

--Pidge está molesta porque las chicas no la dejan en paz --rió Hunk.

--¡Es horrible! Todas se acercan a mí solo para preguntar por ti. Sabemos que es por el error que cometieron al ponerte con un hombre apuesto y el otro es un icono de la Academia competencia.

Hunk y yo nos quedamos callados. No era normal o por lo menos aceptable, decir que el sistema cometió un error. Pidge pareció darse cuenta y carraspeo la garganta.

--Es decir... las chicas solo me dicen: Katieee, ¿puedes presentarme con Lance? --Pidge imitó ese tono femenino que para ella era desagradable.

--Es triste, ¿saben por qué? Por primera vez soy el centro de atención y ni siquiera es por mis propios méritos... Espera un momento --apenas había caído en cuenta-- ¿Cómo que Keith es una "icono" de la otra academia?

--¿No lo sabías? --mi amiga me miró extrañada--. Keith Kogane, el mejor alumno en el desempeño de las prácticas, pero al mismo tiempo es la mancha negra de la disciplina.

Al momento de recordar su cara sombría me podía imaginar que tipo de persona era como para causar problemas.

--James está que muere de la envidia de tan solo pensar en él --rió Hunk--. Me pregunto si Keith vendrá a verte... ¿Cómo reaccionará?

--A ese sujeto ni me lo mencionen. ¡Es un completo fastidio!

--¿Qué te ha hecho? --preguntó Hunk.

--Nada en particular. Es solo que él es... irritante.

Antes de poder seguir hablando, la campana que daba inicio a la última clase sonó y todos fuimos a nuestros respectivos lugares despidiendonos de Pidge.

Me sentía presionado al ver como los minutos pasaban rápido llegando la hora de salida. Las clases me permitían un ligero escape de mi conflicto... quien lo diría, ya tenía un propósito más grande para poner atención en clase.

--Amigo, creo que vinieron a verte --la voz de Hunk me atrajo de nuevo. Vi que señalaba la entrada del salón--. Sin duda es todo un chico malo.

Keith estaba en la puerta rodeado de mis compañeras, sentí envidia por un momento pero esta se fue cuando él me miró a los ojos. Tuve una crisis.

--No no no... --me tapé la cara y corrí hacia la otra puerta para evitarlo. Escuché que Hunk me llamaba pero no tenía tiempo para eso, tenía que escapar.

Parecía el día perfecto para molestarme, ¿será que mi vida será así a partir de ahora? No me sorprendería, ya es bastante caótico tener a dos hombres destinados.

Recordar esto provocó otro colapso. Seguía sin poder creerlo. Ayer era el chico más feliz del mundo y al instante me bajaron de las nubes.

--¿Por qué huyes? --escuché la voz de Keith acercándose, pero él es justo la persona que no quería ver.

--No es de tu incumbencia --caminé más rápido pero él no parecía rendirse.

--Se supone que sí debe importarme lo que suceda contigo --su tono de voz apática me molestaba cada vez más.

--No me interesa alguien que se sienta obligado a quererme --quise correr pero en ese instante sentí que Keith me tomó del brazo.

--Escuchame --ahora se oía enojado--, no actúes como la víctima aquí, ¿crees que Shiro o yo elegimos esto? Shiro es demasiado bueno para decírtelo pero él también está molesto. No se suponía que esto pasaría pero aquí estamos. Al menos él y yo estamos haciendo un esfuerzo de salir de esta pero tú sólo quieres sentarte y lloriquear. Haznos un favor y termina con esto rápido.

Por mucho que me costara admitirlo Keith tenía razón, no soy el único afectado aquí pero...

--¡No tienes derecho a hablarme de esa forma! --me solté de su agarre y corriendo me fui de ahí.

¿Qué se cree?

Cuando llegué a casa pude notar que estaba vacía, tal vez mi familia fue a pasear para dejarme a solas.

Solté un fuerte suspiro y me senté en el suelo. Las palabras de Keith seguían en mi cabeza, era cierto que tenía que aterrizar la cabeza y tomar una decisión pronto, pero me siento incapaz.

Empecé a llorar poco a poco. La frustración y la impotencia me gobernaron y comenzaron los sollozos. En ese momento sentí la cabeza suave de Blue frotandose en mis piernas.

--Hola, hermosa --sonreí y me sentí un poco tranquilo.

Tomé a mi gata y me incorporé para dirigirme al cuarto. Tenía que empezar a dar pasos hacia adelante. Blue ronroneaba y yo pensaba. No podía seguir con esta postura.

--Tengo que hacer algo... --mis ojos se dirigieron a los folders que Coran me había entregado previamente--. Supongo que podría ser una buena guía.

Las citas no son un gran lío si se piensa que sales con un amigo... ¿verdad?

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Hasta me dá vergüenza publicar de nuevo por la severa ausencia que hubo. Ya no daré escusas, sólo espero lo mejor.

Espero se encuentren bien en esta época de contingencia. Tomen sus precauciones al salir, por sus amigos, familiares y por ustedes.

Sí podemos salir de esta.