Capítulos Dos.

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No basto mucho tiempo para que los 7 chicos pudieran prepararse para salir al exterior. Aunque claro, lo más difícil fue cuando Johana junto a Patrick y Henry levitaron dentro del salón directo al rudo techo.

-Se siente nefasto- comentó Johana, la única que tal vez quería compartir su experiencia en esa situación. Tenía un moretón en la mejilla y su camisa blanca se encontraba manchada por la ceniza del yeso en el techo.-, es como si tu propio cuerpo decidiera elevarse. Sientes paralizarte y que no habrá fin, que seguirás hacia arriba y podrás cruzar el planeta, las estrellas...y habrás muerto primero antes de hacer todo eso.

Magdalena desde su silla, miró sorprendida  a su amiga por las palabras que acababan de salir de su boca.

-Ha de ser horrible.

Johana metió una lata de frutas a su mochila. Cuando había hablado...ella misma había vuelto a sentir la experiencia de levitar en todo su cuerpo, pero aquello era imposible, estaba usando una mochila estabilizadora y estaba segura de estar en el propio piso.

-Sí, claro.- respondió.

Richard, obviamente a  escondidas, había traído pocas latas de comida y mochilas estabilizadoras para cada uno. Resultaba que no solo el Profesor Kroow tenía objetos pesados a su disposición, si no también el Conserje John tenía una serie de pesas para ejercitarse y dentro de una bodega cientos y cientos de ladrillos que habían sobrado de la construcción de una de la aulas el año pasado. Richard recordaba el sonrojo que tuvo el hombre al momento en que descubrieron su simple capricho. Pero bien, si sabían calibrar los pesos, tendrían mochilas estabilizadoras para 4 salones. Suficiente para que hubiera expediciones para traerles comida a los que no pueden ir.

-Entonces,- dijo Kriis. Ahora tenía una pulida y bien echa coleta en su cabeza. Su cabello castaño oscuro se movía con ella.- ¿Quién está ahora liderando a los demás?

Richard, desde el otro lado del salón, se lo pensó.

-Un tal John M., parece de Octavo. La mayoría de su grupo se elevó, tal vez porque ninguno pensó en las consecuencias y pensaron que era una ilusión. Eh hablado con él y parece un buen chico. Hará misiones con sus hombres para poder reunir alimento, creo que menciono algo sobre saber lo suficiente de películas de sobrevivencia para saber qué hacer.

-Es una locura.- se dijo Henry. Al no entenderle nadie, aclaró:- Al hecho en que nos tengamos que basarnos en películas que siempre creímos una tontería, para sobrevivir. Nosotros...nosotros en realidad deberíamos estar en una esquina llorando por la posibilidad de que nuestros padres estén muertos y no podamos hacer...- su voz se rompió.- nada ¿Verdad? Sólo somos unos simples chicos que estamos pasando por la pubertad. Solo eso.

Johana que estaba a su lado, dejó la mochila que contenía las reservas de alimento y antes de que el chico callera en llanto, lo abrazo mientras los 2 estaban sentados en el piso. Rápido, la chica sintió las lágrimas de el en su blusa. Le acaricio el suave cabello rubio.

Ahora Tolomeo estaba más serio de lo normal. ¿Acaso él había provocado el llanto de uno de sus amigos por su misión? ¿Estaba llevando a sus propias muertes a los chicos que habían dejado todo para unírsele? Y si era el caso, se odiaba a si mismo por ello. De la nada, sintió una mano en su brazo, provocando que saliera del trance y soltara la mochila que estaba alistando y sujetando con más fuerza de la necesaria.

Era Magdalena.

-Relájate, no es culpa tuya esto. Todos...todos no sentimos destrozados por nuestras familias, pero hay una gran posibilidad de poder averiguar si están con vida gracias a tu mision.- le sonrió.- Así que no te sientas mal, Tolomeo.

Levitando en el vacío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora