La castaña llegó a casa a las 6 de la mañana, sabía que su padrastro estaría dormido, así que sólo se preocupó en hacer silencio al dirigirse a su habitación.
Mala idea.
—¡KARLA!— Antes de que pudiera entrar a su habitación su padrastro la tomó del brazo, haciéndole muchísimo daño al jalar de él.—¡¿Dónde has estado?!
—Y-yo.. estaba en casa de Dinah.— Dijo ella y él más viejo la empujó contra la pared, haciendo que su espalda chocara de una forma demasiado fuerte.
—No me mientas.— Gruñó su padrastro mientras presionaba su brazo en el cuello de la menor.—Te seguí para ver a dónde te dirigías y sé que fuiste a una fiesta.— Comenzó a hablar sin importar que Camila estuviera perdiendo la capacidad de respirar.—También sé que te acostaste con Jauregui.
—No quise hacerlo.. lo juro.— Trató de hablar, su voz sonando más baja de lo normal debido a la falta de oxígeno.
Su padrastro soltó a Camila haciendo que esta pudiera respirar nuevamente, pero no había terminado. Tomó a Camila de los brazos obligando a que lo mirase a los ojos.
—Quiero que te mantengas alejada de esa lesbiana, ¿Me oíste? Quiero que hagas todo lo posible para que te odie, tanto así que no te quiera ni ver.— Dijo él y Camila asintió, queriendo llorar en ese instante.—Tú eres mía.
Cada vez que salía embarazada, me hacía abortarlo.
