Isabel se metió en el ascensor y presiono el botón de planta baja, que le pasaba?, que estaba pagando al toparse tipos como ese idiota y Oskar??, Oskar, ni siquiera se había acordado de el, su corazón dio un salto dentro de su pecho y dolió, ahora dolía mas que antes, detuvo el elevador y se tiro al suelo llorando como una niña. Ella no había pedido eso el le convenció, querría solo sexo, si se lo hubiera pedido lo hubiera hecho, el tipo le había gustado, pero? Para que toda la pantomima del matrimonio, seria un matrimonio real??
Dios!! Que ilusa era, no ilusa no mas bien pendeja, si era una pendeja, porque había dejado que el alcohol actuase por ella, era culpa del alcohol, porque ni el ni ella estaba en su sano juicio.
A quien quería engañar, había sentido una gran satisfacción con el, la había hecho sentir mujer y una muy satisfecha, con Oskar no fue igual y aunque pensaba que el la amaba, su cuerpo había reaccionado mejor y sentido mas con Sebastian, claro era un hombre (en toda la extensión de la palabra) salvo por lo patán que había amanecido, y Oskar era un adolescente como ella, si tenía mas experiencia que Isabel, eso que ni que, pero aun así no como Sebastian.Pero que diablos pensaba, se limpio la cara, se levanto del suelo y puso en marcha el elevador, se irguiò cuan alta era suspiro y exhaló despacio, mal pensado, sintió un vértigo horrible y aunque sabia que eran estragos del alcohol le llevo a pensar en otra cosa, su irresponsabilidad, había tenido sexo sin protección con un EXTRAÑO!!!.
Soltó una histérica carcajada, si ahora venia la histeria, por Dios, pensó tienes que controlarte Isabel, volvió a tomar aire despacio y sonrió, miro de frente la imagen que le devolvía el elevador, no se veía tan mal, sus labios estaban hinchados y muy rojos, sus ojos brillaban y su cabello, Dios santo era un desastre, su cabello no tenia ni principio ni fin, lo medio peino como pudo y en ese momento se detuvo el elevador. Se había dedicado a no pensar solo burradas y la verdad era que ni siquiera sabia que iba a hacer, solo si estaba segura de una cosa, a su casa no regresaba.
Sebastian se quedo estático, que diablos había pasado, porque se comportaba como un patán, se sintió el mas grande de los imbéciles, tomo rápidamente su pantalón y se lo metió por las piernas, mientras intentaba agarrar sus zapatos, camisa, cinto, cartera, etc., etc. Algo titánico que ni siendo un pulpo podría lograr, agarro la cintura del pantalón y se lo subió de prisa, metió su cartera en el bolsillo trasero, se puso la camisa en mangas, tomo los calcetines y los zapatos y salio disparado de la habitación, en su prisa se golpeo el dedo pequeño del pie derecho, lo cual le recordó que olvidaba su ropa interior y no era que fuese muy importante sino que le parecía de muy mal gusto dejar la ropa interior pero olvido que no había abrochado su pantalón así que al regresar, se le bajo el pantalón y piso una de las bastillas tropezando y cayendo de frente en un buró, el golpanazo aunado a la cachetada le dio dolor de cabeza, se levantó como pudo tomo aire y recogió su ropa interior la metió en el bolsillo frontal de su pantalón, lo abrocho y salio disparado de la habitación, en su carrera ni siquiera espero que el elevador subiera salio corriendo por las escaleras, de momento aquella situación tan ridícula le hizo sonreír, si alguien le hubiese dicho que correría tras una chiquilla loca que aparte le había golpeado, no lo iba a creer, pero aquella chiquilla loca le había hecho pasar una de las mejores noches de su vida y dadas las circunstancias pensaba volver a repetir esa noche las veces que tuviera oportunidad. Llego a la planta baja, sudando y resoplando porque a pesar del ejercicio diario una corridita de esas le saca la lengua a cualquiera. En el momento que abrió la puerta de las escaleras el elevador en donde ella bajaba se detuvo.
Quedaron de frente ella con los ojos vidriosos de llorar y el resollando tratando de hacer que el aire llegara a sus pulmones.
Isabel se cruzo de brazos levanto la barbilla y paso de largo a su lado. O al menos lo intento ya que Sebastian no se lo permitió, la detuvo del brazo y recargándose en el marco de la puerta del elevador le dijo:
- por favor, deja me pedirte una disculpa y explicarme - no alcanzaba el aire y de repente paso algo que no entendía, ella hablaba pero el no escuchaba, ella se iba hacia arriba y el no escuchaba ni podía detenerla, ella, ella era su esposa y no sabia como se llamaba, parecía como si gritase y entonces sucedió todo se volvió obscuro, muy obscuro.Isabel no sabia que hacer tenían mas de 4 horas en el hospital y no sabia a quien hablarle para avisar que se había desmayado, el doctor dijo que el golpe aunado a la corrida que se aventó le des compensaron la presión y si a eso le agregadas la cantidad de alcohol que había bebido pues claro que iba a pasar algo así, su estomago hizo ruidos raros y lo apretó, no traía dinero, pero el si y eran esposos, sonrió al recordar como tuvo que explicarle al doctor que eran recién casados después de su primer pelea. El galeno un hombre ya mayor había sonreído y le consoló pensando que era una pareja de recién casados enamorados, ja!! Si supiera que estaba muy lejos de la verdad, su estomago volvió a sonar solo que esta vez fue como el rugido de un león.
Se armo de valor y tomó la cartera de Sebastian, la abrió y en efecto traía dinero así que tomo unos billetes y se encamino a la cafetería, después de pensarlo se llevó la cartera con ella pensando que estaba mejor, así fue cuando al pagar el burrito y la coca cola que compro se dio cuenta que traía una de esas tarjetas en donde dispones de todo en caso de accidente.
Alejandro Maceda, decía la tarjeta, el era el que podía decidir que hacer en caso de accidente, se encamino al teléfono mas cercano ya que ni ella ni el traían celular, mientras mordía su burrito marco.
Timbro una sola vez, bueno no, media vez
- Bueno - respondió la voz de un hombre molesto.
- Buenas tardes, soy Isabel Garcia de Aguilar - Dios, que ridículo se oía eso, tapó la bocina para reír, si se río - perdón pero se oye muy chistoso, es usted familiar de Sebastian Aguilar? - pregunto cautelosa.
- No, soy su mejor amigo y abogado - Ale ya estaba preocupado pues sabia que Seb tomaría un vuelo y estaría en la ciudad de Monterrey en un santiamén para arreglar su cagada pero su amigo del alma no había llegado aun - Y tu quien eres? - preguntó extrañamente también sonriendo.
- Soy la esposa de Sebastian - cuando lo dijo sonrió, le estaba gustando el sentido de pertenencia a el.
- Y que pasa Isabel, pensé que llegarían a Monterrey hoy temprano
Así que le había platicado a su amigo que se había casado, bien por el.
- Sebastian tuvo un accidente y estamos en el hospital - empezó a explicar
- Que??, como?, que tipo de accidente?-
- se golpeó la cabeza - respondió ella
- Solo??? ---
- Que insinúa tamaño idiota, que le golpee, Ja!!! - empezaba a enojarse
- No solo preguntó como se golpeo, que fue lo que paso - suspiro, esa mujer tenia huevos.
- Aun no lo se, es una historia muy larga de contar y tengo hambre - suspiro - estamos en el hospital Clínica del Sol en Chihuahua cuando sepa algo te aviso, chao Alejandro y mucho gusto -
- Espera!! - le pidió Alex - que tan mal esta? -
- Pues no me dicen nada y ya tiene varias horas así - cuanto tiempo puede estar inconsciente una persona se pregunto.
- Voy para allá - y colgó, el tierno le dicen.
Isabel camino lentamente a la habitación mientras comía, al llegar el doctor salia de esta.
- Bien doctor, como esta - preguntó
- El hombre esta bien, solo que me preocupa que no despierte, vamos a hacer una tomografía para ver si hay un daño mayor - suspiro - no se preocupe es solo rutina - el doctor le sonrió y camino hacia la estación de enfermeras.
Isabel entro en el cuarto, se sentó y espero.Se sentía tan bien, dormía plácidamente, aunque con un ligero dolor de cabeza, era la primera vez que descansaba realmente, se movió o al menos lo intentó pero le dolió mas fuerte, abrió lentamente los ojos y no veía nada, se había quedado ciego?? Momentáneamente sintió pánico pero entonces se dio cuenta que no había luz, estaba apagada, sonrió sintiéndose tonto, giro la cabeza y la miro, estaba dormida en una silla que se miraba sumamente incomoda, recordó el golpe y su desmayo, jamas se había sentido tan mal, ni nunca le había pasado algo parecido, su boca estaba pastosa y amarga tal vez le habían puesto algún medicamento para el dolor. En ese momento se abrió la puerta y dejo entrar luz del pasillo, era Alex, que hacia su amigo ahí. Al menos ella no se había ido.
- Que paso amigo, te dieron?? - Alex y sus payasadas.
- Claro que no, solito me di por idiota - trato de sonreír pero le dolía mucho la cabeza - La conociste.
- Vengo llegando, es ella? - pregunto mirando el cuerpo de la muchacha en la silla, se veía tan incomoda, pero ella dormía plácidamente.
- Si, es ella -
- Es hermosa, ahora entiendo algunas cosas, que vas a hacer, ya pensaste en algo?? -
- Si, lo voy a intentar -
Alex le miro sorprendido, su amigo no aprendía, acababa de deshacerse de una harpía y de las mayores, aunque esta mujercita parecía inofensiva, en fin no quedaba mas que apoyarlo.
- Sabes que tienes un mes, después de eso puedes anular el matrimonio - Seb no había pensado en eso pero ya hablarían.Lo que no sabían es que ella les estaba escuchando.

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SUCEDIO EN VERANO
De TodoLO HABIA AMADO CON TODA SU ALMA Y LE.ENTREGO TODO LO QUE ERA Y AHORA ASI COMO ASI EL LA APARTABA DE SU VIDA SIN NINGUNA EXPLICACION. ISABEL ESTABA ATONITA Y SOLO OIA UNA Y OTRA VEZ EN SU CABEZA LAS PALABRAS DE OSKAR. ASI QUE CUANDO SE DIO CUENTA DE...