SUCEDIO EN VERANO

VIAJE

Y se fueron a la mina en donde conoció a mas de los primos Aguilar como a Joe y Adrian quien era nada mas que el esposo de Martha, quien por obvias razones no había viajado con ellos y en el cual Sebastian había cumplido una de sus fantasías mas locas que era hacer el amor en un avión, pero no por eso era una de las mas obscuras y aun así Isabel le complació en todo y estaba dispuesta a ir mas allá pues sabía que habría mas allá de todo lo que en ese viaje hicieron. Su marido era un estuche de  monerías y cada vez que descubría mas de el, mas le gustaba pues a pesar de su educación ella tenía pensamientos que siempre quiso creer que eran impropios pero con un marido  como el suyo sabia que eran  ( entre algunas personas ) de lo mas normal, Joel estaba sumamente enojado y cuando llegaron descubrió  porque, aunque le había preguntado a su esposo porque Martha no estaba ahí siendo parte del equipo, en cuanto empezaron a discutir lo dedujo, Adrián era el cabeza dura de los primos y se negaba a reconocer su matrimonio así como sus errores, pero ella aprendió por la actitud de su esposo a abstenerse de preguntar, llegando lo averiguaría pues pondría a Martha a hablar, pero eso no era todo, no había visto en todo el día a su marido aunque no se quejaba, por primera vez estaba de reposo o de wueva como le  llamaba, en el lugar en donde los hospedaron se estaba de lujo, había cable ilimitado, así que podía ver cualquier película que quisiera, un enorme refri lleno de todo pues tomando en cuenta que le encantaba el cine que  era como su mundo mágico en ese momento y le encantaba mas combinarlo con unos buenos bocadillos era aun mas feliz, también tenia jacuzzi ( el cual pensaba usarlo mas tarde con su marido ) si  llegaba, si no solo haría sandwuiches y palomitas y los comería sola viendo una gran película que además era su favorita Diario de una Pasión, romántica que hasta daba náuseas y por demás capciosas, así que se baño y se propuso a ver su peli con  palomitas y sandwuiches. No supo en cuanto se quedo dormida, pero ahí estaba el dando besitos, pequeños y deliciosos en su cuello y barbilla, despertó despacio y tranquila viendo a su marido apagar la tele y acomodándose sobre ella sin dejar de besarla, desprendía los botones de su blusa mas despacio aun, abrió los ojos solo para enredar sus brazos en el cuello masculino y acercarlo mas a su cuerpo, el pregunto:
- Recuerdas lo que hablamos en el avión?? -
- Mjm!!! - solo pudo responder
- Repite lo que te dije -
- La próxima vez te atare y sabrás lo que es placer -
Respondió - vas a atarme??? - pregunto entre asustada y excitada  mientras el no dejaba de besar su piel expuesta - Sebastian?? Responde!! -- tampoco es que pudiera hilar una frase tras otra pero su libido había cambiado de tono y necesitaba saber de que hablaba su marido -
- Pues si, he decidido atarte, pero primero debemos hablar - siguió besando la piel ahora de su estómago - así que detenme para poder transmitir mi idea -
Pero ella no quería detenerle se sentía tan bien sentir sus labios por todo su cuerpo que no le importaba si le ataba otro día, pero para su mala suerte el solo no dejo de besarle sino que le volteo de un solo movimiento y levantando su bata le dio un azote en los gluteos, ella grito pero fue mas bien entre gemido y grito después del golpe, y aun así no se movió de ahi, solo se removió mientras seguía gimiendo y revolcándose en el sofá algo que a el le excitaba sobremanera y casi le pidió que volviera a hacerlo.

Sebastian se sentía perverso se habían tomado unas cervezas en la bodega del almacén de la mina y estaba súper cachondo, sobre todo después de las respuestas de su mujer en el avión, aunque no sabía si era porque estaba en éxtasis o porque en realidad le interesaban sus ideas, esa fantasías locas que tenía desde  hacia tiempo y que pensó que nunca cumpliría sin ir a un club de sado, pero ahora estaban mas claras que antes cuando Isabel le confeso que también tenia fantasías, se sentía con un cohete en el pantalón y ni siquiera había sido lo duro que pensaba con su primo de solo pensar en la mujer que le esperaba lista solo para el en su habitación.

Por fin tuvo toda la atención de Isabel después del azote, aunque hubiera preferido darle unos cuantos
mas, su mano seguía sobando el glúteo de su mujer y la sonrisa idiota en sus labios estaba intensificándose solo al imaginar en todo lo que el haría con ese cuerpecito voluptuoso y seductor. Ella volteo el rostro hacia el con ojos aun soñadores y los labios carnosos entre  abiertos, paso su lengua por el inferior para humedecerlos mientras la mirada de su marido la ponía al cien, se mordió el labio pretendiendo mandar mensaje aun cuando no era necesario.

El no ceso el masaje al contrario su mano cada vez mas se acercaba hacia aquel pequeño agujero entre sus nalgas al que no llegaba la luz solar, lejos de sentirse ofendida Isabel estaba k intrigada pues si cabía, sus dudas crecían cada vez mas y mas, seria capaz de hacer todo lo que Sebastian le había propuesto en aquel avión solo hace unas horas o se hecharia hacia atrás como cobarde, solo lo sabría averiguandolo así que se dejo hacer mientras el hablaba:
- No solo te atare muñeca, te besare de cabeza a los pies y te torturaré hasta que tus gritos sean mas que de placer - y paso la lengua por entre su raja sacando un gemido entre placer y sorpresa de sus labios - luego preparare tu culo para poder penetrarte de una manera tan deliciosa que pedirás mas y mas, después de eso haré que tengas el orgasmo de tu vida - y sin mas se dedico a saborear el cuerpo de su esposa el cual solo podía retorcerse de placer, jamás se imagino que aquello fuera desde posible hasta placentero, estaban tan metidos en su mundo de lujuria que no se dieron cuenta que alguien tocaba la puerta hasta que el sonido se intensifico, Sebastian la soltó molesto y fue a abrir:

- Cubrete y quedate ahí - fueron las únicas palabras de su esposo, pero ella  no lo hizo.

El salio mientras Isabel se levantaba del sillón para dirigirse a la recámara pues en realidad quería seguir con aquello que empezaron en el sofá,   pero pensaba ponerse algo mas sexy y volver loco a su marido, mas.

Escuchó volver a Sebastian y se puso nerviosa el juego que habían empezado era tan delicioso que la ponía mas que caliente, se recostó en la cama en posición vertical, traía un juego de lencería que había comprado unos días antes y que en un arrebató de locura hecho en la maleta, la lámpara de noche estaba a media luz y todo el ambiente era entre romántico y pasional, pero se quedó desilusionada cuando el entro únicamente por una chamarra y le dijo que durmiera que tenia un problema que resolver, sin siquiera mirarla.

Isabel se sintió mal pero sabia que Sebastian tenia muchos problemas con su primo así que se metió bajo las cobijas y se dispuso a dormir total mañana seria otro día y una nueva oportunidad.