CAPITULO#5:Manos congeladas:

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 Era medíanoche y no podía reconciliar el sueño." ¿Que me estaba pasando?". Mi cabeza no paraba de dar vueltas, a lo que les había pasado a mis fragíles manos. Salí de la cama, encendí la luz y bajé cautelosamente por las escaleras, para no despertar a todo ser vivo de la casa.

Fui directamente a la cocina, abrí la grande nevera y cojí la pequeña botella de agua, no sabía por que, pero necessitaba un vaso de agua bién fría. Cogí un pequeño vaso y lo pusé en la encimera.Le heché un poco de agua de la pequeña botella y bebí. Volví a coger la botella y de nuevo abrí la nevera, la metí y cerré la grande nevera. Esta vez al volver a beber del pequeño vaso, un poco de agua se derramó por la encimera,fuí a coger un trapo rápidamente, hasta que mi piel rozó el agua congelada. El agua estaba inmóbil, la había congelado otra vez, como con el celular. Me iba a volver loca, ¿pero que estaba pasando? Me preguntaba inquieta.

Intenté disimular que no había pasado nada, pero los nervios me remordían. Subí sigilosamente las escaleras, hasta llegar al segundo piso y luego a mi oscura habitación. Me metí en la cama, me arropé y mis ojos al final se cerrarón lentamente, cayendo en un profundo sueño.

Era Viernes, es decir, que solamente quedaba un día para mi cumpleaños. "Que asco". Pensé angustiada.

Después de lo que pasó ayer estaba desorbitada, pero intenté estar bién. Fui al armario y tomé unos jeans ajustados, un camisa suelta con un 23 dibujado en el centro, que dejaba al descubierto la mayor parte de mi pequeña barriga. Cogí mi mochila y me dirigí al recibidor, cogí las llaves y salí rápidamente de allí. Cuando llegué al instituto, Connor no me esperaba junto a la entrada, como siémpre. "Que raro". Pensé en mi retorcida mente.

El  timbre sonó, y caminé fuera del aula hacía el casillero. Guardé mis libros y saqué otros para poder hacer los deberes que nos habían encomendado para mañana. "Tal vez Connor esté enfermo y por eso no a venido": Pensé.

Mierda, mi cuaderno de biología no estaba. Resoplé y revoleé los ojos:

-Muñeca, ¿Como te fué en Ciencias?-Corrí mi mirada hacía mi derecha y vi a Peter sonriéndome, miéntras sostenía un par de libros.

-Asquerosamente horrible.-Respondí con una sonrisa.-¿Y a ti en Frances?

-Estupendamente bien.-Dijo sonriente.-Buenos nos vemos en Historia.-Dijo despidiéndose.

Le sonreí.

Que santa mierda, me tocaba Lengua. Me dirigí rápidamente a los baños antes de entrar a clase, la cabeza me daba vueltas y más vueltas. Y  la nuca me dolía un montón. Al entrar en los baños, de las chicas, evidentemente, escuche unos gemídos que provenían de uno de los lavabos. Caminé cautelosamente, me agaché y vi un bolso muy familiar, seguro que era de alguna de las animadoras.

De pronto escuché una voz  familiar:

-Venga salgamos de aquí, antes de que nos pillén.-Dijo la voz familiar.- He oído unos pasos.-Añadió la chica anónima.

Abrierón la puerta del lavabo y salió Peter con una zorra de las animadoras. Seguramente era rubia de bote. Levaba el uniforme de animadora, desordenado de haber estado manoseado, y Peter llevaba el pelo ligeramente despeinado. Peter pusó cara de sorprendido clavando la mirada en mí y la animadora tonta sonrió maliciosamente:

-Que haces aquí?-Preguntó Peter soprendido y asustado.

-Dejáme,esto ha terminado!-Dije entre lágrimas miéntras escapaba de aquel lugar.

Salí corriendo y por suerte sabía  por donde salir de aquel lugar sin que nadie me pillasé. Fui a la puerta trasera, la de incendios y salí a toda prisa. Asustada y triste, pusé las manos nerviosas en dirección al suelo, me temblaban muchisímo, y en un instante me vi en el suelo. Miré hacía atrás y había congelado el pequeño camino por el que había resbalado.

Corriendo me dirigí hacía casa como podía, ya me había caído dos veces por lo nerviosa que estaba, además por mala suerte, era muy patosa.

Finalmente llegué a casa, con las rodillas raspadas y con las manos sucias de haberme apollado, en el suelo al levantarme después de las caídas. Mis padres no estaban así que  me dirigí al salón devilitada. Vi una nota en la mesa, era la lista de la compra, seguramente se habían ido a comprar y se les había olvidado con las prisas.

Subí a mi habitación y cogí un taburete, me senté en él, cansada. Cogí el celular cautelosamente, el hielo se había descongelado y por suerte podía llamar a Connor:

-Connor?-Dije entre lágrimas asustada.

-Si?Ali que te pasa?-Preguntó preocupado.-Por una vez que falto al instituto me necesitas. Si es que no puedes vivir sin mí, aora mismo voy.¿Donde estas?-Añadió.

-En mi casa, date prisa por favor, no me gusta estar aquí sola.-Dije triste.

Pasarón cinco minutos y sonó el timbre:

-Pasa.-Le dije a Connor triste.

-Paso. ¿Que te pasa?-Dijo miéntras me abrazaba.-Ven anda, vamos a sentarnos y hablamos, vale?-Asentí con la cabeza.

-Verás...-Dije preparándome para contárselo.- Llevo una semana muy rara, te acuerdas de cuando me dolió la nuca y de ese símbolo extraño?-Connor asentió con la cabeza.-Pues, me a seguido doliendo más y más, y tengo miedo Connor...-Dije con voz débil.-Puedo congelar cosas, impulsivamente.-Añadí.

-Verás Ali..-Dijo Connor.-No te preocupes, todo irá bien, nose que te pasa, pero te juro que sea lo que sea, si lo supiése, te ayudaría.-Añadió confuso.

-Te quiero, lo sabías no?-Dije ruborizada.

-Que tierna eres Ali cuando te ruborizas.-Dijo sonriente.

-Porque hoy no has venido al instituto Connor?-Pregunté.

-Porqué tenía cosas que hacer y durante la mañana me encontraba mal.-Dijo serio y confundido.

-Que crees que puede ser el símbolo de mi nuca?-Pregunté inquieta.

-No losé, es igual.-Dijo intentando evitar el tema.-Además tal vez es un tatuaje que te hiciste alguna vez en alguna fiesta estando bebida.-Dijo entre risas. Le di un codazo riéndome.

Ella de hielo, él de fuego:(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora