CAPITULO#8:Un cambio de ciento ochenta grados:

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De pronto, apareció el padre de Connor:

-Venga, volvamos a casa.

-Vale, pero ¿Has conseguido convencerle?-Preguntó Conor.

-Sí, ahora vámonos a casa.-Dijo guiñandonos un ojo.-Os lo explicaré todo cuando lleguémos.

Volvimos a coger el metro. "Pf, que desesperación. Metro para allí, metro para allá."Pensé en mi cabeza. Al final llegamos a casa, encendí el cellar y erán las ocho de la tarde. Iba a pararme en la parada de vuelta a mi casa, hasta que Connor me detubó:

-Ali, espera! No te voy a dejar en tu casa sola, y menos en escombros.-Me sonrió.

-Pero eso sería una gran molestía, y no quiero eso...-Dije angustiada.

-Papá, ¿Se puede quedar esta noche en casa?-Preguntó alegre. El Señor Sanders asintió alegre con la cabeza.

Volví a sentarme en un asiento, hasta llegar a la parada adecuada. Llegamos los tres a casa de los Sanders y finalmente, agotada del día ajetreado, el Señor Sanders, me acompañó a un dormitorio:

-Esta noche dormirás aquí.-Dijo sonriente miéntras me abría la puerta del dormitorio.

-Grácias Señor Sanders.-Dije agradecida.

-Mañana será un día duro, siéntate.  Te explicaré unos detalles.-Me senté en el suave y cómodo colchón de la habitación.

-Mañana empezaras de alumna nueva en el instituto Reynolds West Side Poders Hs. Allí te darán lso libros y todo, solo tiénes que entregarlés esto a secretaría.-Dijo mostrándome un papel de mi biografía.- Allí aprenderás muchas cosas nuevas Ali, además de como conocerte mejor a ti y a tu fuerza y poder. También vivirás allí, como en las facultades.-Añadió con una sonrisa.

-Vale, grácias Señor Sanders.-Dije alegre.

-No hay de que, ahora duerme pequeña que mañana será un día muy duro.-Dijo dándome un cálido beso en la frente.

Me tapé bajo la suave manta y finalmente mis párpados cayerón rendidos. Mis últimos pensamientos del día fué: "Que cumpleaños más agotador."

Sonó el despertador, es decir, hola de levantárse para ir al nuevo instituto. Abrí los ojos y por desgracía, un rayo de sol me daba en toda la cara. Salté de la cama y bajé un poco la pequeña persiana. De repente, un aroma a huevos fritos y tortitas me hizo bajar por las escaleras, hasta llegar a la pequeña cocina:

-Buenos días dormilona.-Dijo Connor miéntras preparaba el delicíoso desayuno.

-Buenos días.-Dije estirándome y bostezándo a la vez. -No sabía que cocináses.-Dije sonriente.

-Hay muchas cosas que no sabes de mí.-Dijo guiñandome el ojo tiernamente.

-En fin, que hombre más práctico.-Dije entre risas.

Después de terminar de desayunar, corrí al baño. Me limpié lso diéntes y luegó me mojé con agua fría la cara de recién dormida. Salí del baño y me dirigí al armario de mi nuevo dormitorio. Quería ponerme algo cómodo, así que cogí una camisa olgada , de hombro caído y de color violeta, unos pitillos negros y unas converse, y me las pusé rápidamente. Cuando Connor y yo, ya estábamos listos. Nos despedímos del Seor Sanders y nos fuímos a toda prisa por la puerta. Finalmente, llegámos al metro, nos parámos en la parada adecuada y nos dirigímos al instituto Reynolds West Side Poders Hs.

Connor y yo decidímos dividírnos y vernos en la hora del descanso:

-Hasta luego.-Dice Connor despidiéndose.

Ella de hielo, él de fuego:(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora