Huyendo hasta de mis amigos.

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sé que pueden estar emocionados por lo de la última vez y estoy seguro de que esperan ansiosos  la continuación del emocionante y erótico relato con Kenzie, y los entiendo pero para mí mientras disfrutaba del mejor sexo de mi vida era imposible no pensar en Alan, aunque eso no me detuvo, lo que me decepcionó de mí;  ya dejemos las modalidades atrás, debemos continuar.

Kenzie era la mujer con la que fantaseaba desde joven, no era otra tonta que se deja coger por el popular o el adinerado, ni de gustos clónicos, ella era distinta, linda, sexy e inteligente, era mi descripción de perfección en una mujer, y sobre todo... una gran fan de la buena música, se que para otros esto último no le debe de importar en una mujer, pero créeme que para mí esto significaba mucho, toda la vida e estado cansado de mujeres que son iguales una detrás de otra, para mí era muy difícil convivir con alguien que ... mejor dicho.... mejor paro. Ahora que tienes en cuenta estos factores que te acabo de dar espero que comprendas porqué se me hizo imposible rechazar su propuesta.

La pasión seguía una y otra y otra vez, como recorría su interior y ella gemía de placer,  temblaba al tacto y su piel se erizaba, todo se aceleró hasta llegar al clímax, salí de ella y para evitar un problema mayor terminé mi asunto fuera de ella como es normal para evitar problemas mayores, saben a lo que me refiero; lo que naturalmente suele suceder después de llegar a este punto te invade una sensación de culpa, si ya de por si tenía culpa ahora mucho peor. Se levantó de encima mío y se acostó al lado,  solo soltó un suspiro prolongado de cansancio y satisfacción, mientras por mi lado deseaba que me tragara la tierra

- ¿ y bien ? -. dijo Kenzie, aún mas deseaba que me tragara la tierra, no sabía que decir, no podía romperle el corazón y mucho menos después de tener sexo, quedaría como un patán, ni podía decirle que era el amor de mi vida a pesar de que fuera verdad, lo único que dije fue: 

- bien...si....bien. emmm voy a orinar -. puso una cara extraña, obviamente no era lo que esperaba que dijera. mi hice  en un árbol para orinar y mientras lo hacía Kenzie dijo:

- ¿ estuvo mal? ¿ no te gustó ? solo dilo -. creo que al escuchar esto mi semblante cambió a palido

- ¿¡ Que !? para nada, fuer perfecto pero...-. todo esto mientras orinaba desnudo en el bosque, que romántico ¿no?

-  ahhh... me alegra escuchar eso, porque a mí me encantó -. tenía la esperanza en que dijera que el sexo fue terrible, la única manera de que se arrepintiera de lo que pasó pero por lo que dijo, esa única oportunidad no aplicó. 

Estaba a punto de terminar de orinar ¡cuando de repente apareció otro errante gigante que salió del otro lado del árbol para atacarme justo de frente, ¡mierda ni siquiera había acabado de orinar del todo! que bichos tan inoportunos, lo bueno es que pude reaccionar para aguantarlo, pero estaba muy cansado después de un rato de tener sexo, no lo iba a aguantar por mucho más, Kenzie reacciono fríamente y alcanzó el cuchillo que tenía enfundado en mi jean, saltó (porque el errante era realmente alto al igual que el anterior) y lo clavó en su cráneo, el errante cayó lentamente hasta quedar tirado en el suelo, esto fue especialmente desagradable porque ambos estábamos desnudos ( Kenzie y yo obviamente ) imagínate si ya de por si era asqueroso tener que lidiar con ellos ahora imagínate desnudos, no quería untarme de su asquerosa sangre y menos de sus entrañas.

- Gracias, de no ser por ti hubiera muerto y ....-. empecé a sentirme muy mal, como si las luces se me fueran, como un desmayo; al haber perdido tanta sangre y el esfuerzo físico del sexo y aguantar la fuerza del gigantón. Kenzie me agarró  con un abrazo  antes de que pudiera caerme, lo pero fue que al ver hacia atrás venía varios más ¿ y sabes que era lo peor ? estaban pasando justo sobre nuestra ropa así que no podíamos devolvernos por ella, tuvimos que correr así sin ropa ni nada, solo el cuchillo que Kenzie alcanzó a traer y no podía hacer nada pues no tenía fuerzas para seguir y mucho menos para luchar, Kenzie tuvo que llevarme a rastras por la maleza mientras yo me concentraba en no morir, por suerte eran bastante lentos, alcanzamos a llegar hasta un arbusto frondoso, Kenzie me dejó recostado entre las ramas para que no me vieran, ella agarró el cuchillo y dijo: - ya vuelvo, yo me encargo de ésto -.

Autopista Zombi a ChernobylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora