Mi vida antes de Wammy's

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Para empezar, nací un miércoles 31 de octubre de l979 en Londres, Inglaterra, teniendo de padres a Ariane y Chase Fairchild, bautizandome con el nombre de Elle, ¿motivo, razón o circunstancia? no tengo ni la menor idea. Mamá se dedicaba a ser una gran ama de casa, mi padre trabajaba de contador, por consiguiente no vivíamos tan mal. Era una casa de dos pisos pequeña, pero acogedora, siempre estaba limpia, se veía viva.

Desde que nací, mi mamá era más amorosa y apegada conmigo que mi padre, y bueno ¿qué se puede esperar de un hombre que no tenía planeado casarse ni tener hijos?; si, así como lo sospechan, fui resultado de un embarazo no planeado... A causa mía, mis padres tuvieron que casarse.

Mi padre pasaba la mayor parte del tiempo en el banco en el que trabajaba, así que muy rara vez lo veía rondando por la casa. Era una mezcla entre tierno y frío hacia mi, también era frío con mamá pero jamás le faltó al respeto ni a ella mi, yo sé que la amaba... sé que nos amaba; era un hombre serio que además fingía ser fuerte la mayor parte del tiempo, como si tuviera todo controlado, pero sé que no era alguien fuerte: tenía depresión desde que era niño, constantemente regulaba ésta con medicamentos o citas con psicoterapeutas. Físicamente era muy parecido a mi, excepto en los ojos (tenía ojos marrones) y además estaba mejor peinado, con poco cabello y menos pálido, aunque él también tenía un poco de ojeras bajo sus ojos debido a su trabajo. No era un hombre de religión, pero fingía estar acomodado en la religión cristiana por mamá. Me hubiera gustado tener una conexión más fuerte con él.

Sin embargo, mamá siempre estaba ahí, su trabajo completo era yo y la casa, en los cuales era muy buena. Era la madre más amorosa que cualquier persona podría tener, era atenta, tierna, respetuosa, tenía repuesta a todo, preocupada... en fin, tenía amor de sobra para todo el mundo; era rara la vez en la que mi mamá estuviera triste, era muy optimista e irradiaba luz a donde sea que fuere, era todo lo contrario a papá. Físicamente era hermosa, también había algo de parecido de ella en mi; sus ojos eran enormes, brillantes y de color gris, su cabello era marrón, largo y ondulado, de complexión delgada y piel blanca, era un ángel en vida. Como lo mencioné brevemente, mi mamá era cristiana, no de esas obsesivas que le ve el pecado a todo, si no de esas que ven todo como un regalo de dios. Fui bastante unido con ella.

Por lo que recuerdo de la propia voz de mamá, dijo que desde muy pequeño supo que yo era un niño especial. Desde siempre he sido un niño reservado e introvertido, sólo quería estar cerca de mi padre o de mi madre y no lloraba mucho ni me quejaba. Al año, ya podía caminar y hablar; a los 2 años ya podía leer cualquier tipo de libros; a los 3 años podía escribir; a los 4 y, aunque parezca increíble, dominaba el idioma japonés; también mi memoria abarca desde los 2 años. Mis padres sabían que era un niño prodigio antes de si quiera entrar a estudiar, también notaron ese retraimiento que me caracteriza, además de las conductas repetitivas, la manera en como me sentaba, los pocos días en los que no podía pegar el ojo durante las noches o las pocas veces que sonreía, siempre creyeron que era a causa de mi gran inteligencia.

Mi vida era normal, no sufría de altas ni bajas. O al menos, eso era lo que yo creía.

Ariane falleció un 28 de noviembre de 1983 a causa de una neumonía. Recuerdo que en sus últimos momentos no hizo más que hablarme de cuanto me quería, además de hablarme de dios y de lo grande que era, si dios es tan grande y todo lo puede ¿por qué se la llevó de mi lado?. Hasta el día de hoy, no he podido desahogar mi dolor en llanto, no es porque no quiera, si no porque realmente no puedo; ojalá pudiera hacerlo para poder sacar ésta tristeza de mi pecho.

Como es de suponerse, empeoró la depresión de mi papá. Tuvo que trabajar sólo medio tiempo para encargarse de mi (si, yo me quedaba sólo el tiempo que él no estaba), dejó de ir a terapia, tuvo que aprender a cocinar, se dedicaba muy poco al quehacer de la casa, al menos durante ese tiempo se esforzó.
Cambió drásticamente cuando, al llevarme con un psicólogo, se enteró de que tenía síndrome de Asperger, el cuál es un tipo de autismo, sólo que más ligero y menos problemático. Aunque él no se lo tomó así.
Después de ese diagnóstico, y disculpen que diga esto, pero el poco lado paterno que tenía él se fue a la mierda. Ya no se esforzaba, dejó de asistir al trabajo, ya no cocinaba, ya no hacia limpieza, se la pasaba encerrado en su habitación y, si salía, sólo era para conseguir cualquier cosa para comer o botellas de alcohol.
Tuve que buscar la manera de comer por mi mismo a la edad de 4 años y, aunque me hubiera gustado darle limpieza a la casa, era algo que yo no comprendía como hacer; la presencia de mi padre nunca se me había hecho necesaria, pero cuando te has quedado sin la única persona que te hacía compañía (o sea, mamá), necesitas que alguien esté al rededor que te ayude a entender el por qué de algunas cosas que no podías entender, pero el se encerró en su mundo de depresión y alcohol... dejé de existir para él.

Una noche, mientras yo trataba de conciliar el sueño viendo la televisión en la sala, papá llegó a la casa bastante ebrio, apenas si se podía mantener en pie. Me había acercado hacia él pidiendo que trajera más comida, que recién se había acabado. Tal vez fue mi culpa por ser tan insistente al punto de ser irritable, o tal vez fue culpa de él por estar tan alcoholizado, que él me haya empujado fuertemente hacia un lado haciéndome caer y, después, empezara a gritarme cosas que yo como niño no debía oír; me gritó cosas como que yo fui un hijo no deseado, que por mi culpa si familia había cortado contacto con nosotros, que él deseaba estar muerto, que sufría demasiado, entre otras cosas más... Claro, como si el fuera el único que sufría. Fui corriendo hacia mi habitación y, por primera vez durante mi conciencia, lloré fuertemente hasta acabar dormido.

Al día siguiente, en su estado de resaca, me pidió que tomara unas cuantas cosas y bajara. Yo, en mi inocencia, sólo tomé una chaqueta y un libro de "El principito" para entretenerme un momento.
Viajamos en auto de papá, estuve en la parte trasera de éste, buscando una manera de sacarle plática para olvidar el amargo momento de ayer, pero se negaba a hablarme. El viaje duró aproximadamente 1 hora, hasta que paramos en la calle de un lugar llamado Basingstoke. Bajó del auto, me abrió la puerta, tomé mis cosas y bajé, tomé asiento en una pequeña banca de madera desgastada y me dijo "espera aquí, regreso en un momento", subió, me regaló una sonrisa amarga y arrancó. Fue la última vez que lo vi.

Estuve horas esperando, creyendo que iba a regresar... Pero jamás volvió.

Por mi mente pasaba que, tal vez le había ocurrido algo malo, que había tenido un accidente o algo por estilo que no lo hizo poder regresar, o que había muerto. Después de un tiempo me di cuenta de que él hacia su vida en Estados Unidos, no hay registro de ningún accidente que le haya impedido regresar por mi; incluso había formado una nueva familia.

Me dejó completamente solo, en las calles de un lugar que no conocía, con personas que no conocía, buscando un lugar en el que dormir, buscando que comer, aguantando las lágrimas para que nadie viera lo desdichado que me sentía.

¿Qué es lo que podía hacer un niño, que apenas cumpliría 5 años, en éstas situaciones?

Elle Lawliet: I'm only humanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora