Pesadilla

1.5K 114 58
                                    

¿Les ha pasado que desean con toda su alma eliminar un mal momento en su vida de su memoria?.
Ojalá fuera posible, así quizás todo lo que vivo hoy en día simplemente no existiría.

Llevaba ya unos cuantos meses refugiado en las calles de esa extraña ciudad, tratando de conseguir agua, comida, alguna manta que me protegiera de aquel frío que se avecinaba; había días buenos en los que algunas personas se compadecían de mi y me apoyaban con lo que fuese,  había días malos en los que algunos me ignoraban e incluso eran groseros conmigo. Pasé varias noches durmiendo debajo de algún pequeño puente, sobre alguna banqueta, en el césped de algún jardín o en alguna banca del mismo, esperando inocentemente la llegada de mi padre. Incluso, tuve que romper mi libro para elaborar algo en lo que recostarme.
Veía constantemente hombres o mujeres de mala finta, pero yo sólo me alejaba de ellos, temiendo que me hicieran daño o me quitaran mis cosas.

Estaba completamente solo.

Una tarde fría y ventosa de diciembre, me encontraba sentado en el helado cemento de una banqueta, esperando un alma caritativa que me apoyara con algo, hasta que un hombre se acercó. Era un tipo no muy alto, de alrededor unos 26 o 27 años, cabello negro y ojos marrones.
- Hola...- saludó y sonrío amigablemente
- Hola... - giré a verlo
- Oye, hace mucho frío. ¿No te gustaría ir a mi casa?, es cálida, además tengo mucha comida y algunos dulces...
- Comida si, dulces no. No puedo comerlos...- si, se escucha bastante extraño considerando la obsesiva compulsión que tengo hacia estos hoy en día, pero antes mamá no me dejaba ingerir ningún tipo de dulce, ella le tenía pavor al sobrepeso, diabetes, caries o cualquier tipo de consecuencia o enfermedad que estos pudieran provocar.
- Entonces, ¿vienes?
No mentiré, me lo pensé varias veces, algo en mi decía que no estaba bien irse con un extraño, pero en esos momentos estaba hambriento, sediento y helado, necesitaba un lugar donde quedarme.
Me levanté de donde estaba y asentí con la cabeza, esbozando una pequeña sonrisa. Él extendió su mano para que la sujetara, así lo hice; su mano era áspera y rasposa, como alguien que tiene un trabajo forzado.
Caminamos a unas calles de ahí y entramos a su casa. No mentía, era una casa cálida a pesar de no tener chimenea o sistema de ventilación, no era una casa lujosa, pero había suficiente espacio para unas cuantas personas más. Sinceramente no recuerdo mucho de esa casa.
Me dirigí a la sala, sentándome en el pequeño sillón que se encontraba ahí.
- ¿En dónde está la comida?- dije ansioso
- No hay tal comida...- En cuanto dijo eso, me molesté bastante, yo había venido por eso y, si hay algo que siempre he odiado son las mentiras
- Bueno, entonces me voy- fruncí el ceño y me dispuse a caminar, pero él se acercó y me empujó bruscamente contra el sillón
- Tu no irás a ningún lado hasta que yo te diga...

Puedo recordar cada detalle de ese día.

En el momento que sentí sus labios y manos contra mi piel, empecé a gritar desesperado por ayuda, ante tal acción él sólo se reía, al parecer su casa era a prueba de ruido. Seguí gritando hasta que mis pulmones se cansaron, llegó el punto en el que se desesperó y me golpeó repetidas veces mientras continuaba haciendo lo suyo; después de tantos golpes sólo dejé de pelear y de gritar, me quedé quieto cual muerto, sintiendo como mis lágrimas rodaban por mis mejillas, llorando en silencio por intenso dolor físico que me hizo sentir.

Están de más los detalles, créanme, es algo que no quieren saber, además es algo que no quisiera contar.

Cuando terminó, sólo se levantó, se dirigió a lo que parecía era su habitación y se encerró bajo llave. Me levanté dolorosamente, con los ojos llenos de lágrimas, y me dirigí hacia la puerta, milagrosamente la puerta estaba abierta y salí.

Caminé silenciosamente por las calles oscuras, abrazándome con mis propios brazos, llorando silenciosamente, con la mirada perdida y adolorido física y emocionalmente, estaba en completo shock.
"No lo entiendo, Dios. He sido un buen niño, he sido respetuoso, soy dedicado a mis tareas, no he hecho nada malo... Entonces ¿por qué me haces esto?, me has quitado a mi madre, has alejado a mi padre, estoy solo en la calle, ninguna persona se acerca a preguntarme cómo estoy y... ¿Ahora ésto?. ¿Que te he hecho?. Ésto no es justo para un niño de 5 años, ésto no es justo para nadie. Lo siento, pero no puedo creer o tener fé en ti si no me ayudas. Ayúdame, por favor".

A éstas alturas no puedo confiar en nadie...

No debo confiar en nadie...

Elle Lawliet: I'm only humanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora