No todo es color de rosa

1K 93 22
                                    

Semanas han pasado desde que llegué a mi hogar, mi nuevo y único hogar.

Desde que llegué aquí, he preferido mantenerme al margen de mi historia pasada, nadie sabe nada de mí; como ya he dicho antes, no quiero que nadie se entere de todas las desgracias por las que he pasado, cualquier persona podría tomarlo en contra mía.

Cómo era de esperarse en mi naturaleza, siempre permanecía callado y alejado de vez en vez de otras personas (incluyendo niños y adultos), sobre todo de mi compañero de habitación: Chris, quien resultaba ser algo irritante la mayoría del tiempo, aunque no lo hacía con mala intención, solo quería ser mi amigo... ¿Quién demonios quiere ser amigo de alguien como yo?.

Como decía, mi estancia en este lugar era completamente normal, hasta cierto día. ¿Acaso no han notado que, cuando ocurre algo bueno y "normal" en mi vida, siempre llega algo o alguien que lo arruina?.

Era tarde en la noche, dormía, cuando aún podía hacerlo completamente. En mi sueños aparecían constantemente flashbacks de mi pasado: los rostros de mis padres preocupados por mi comportamiento; mi madre sonriendo y mi padre indiferente; mamá postrada en su lecho de muerte; papá hundiéndose en la depresión y el alcohol, su rostro gritándome, como me dejaba a mi suerte en aquella calle; yo muriendo de frío, hambre y temor; la gente que me veía con lástima o me ignoraba; y, sobre todo, ese recuerdo que jamás podré borrar: el rostro de aquel extraño que abusó de mi. Mi cerebro no lo pudo soportar.
Sinceramente no recuerdo mucho de lo que pasó aquella noche. Según Chris, me desperté bastante agitado, hiperventilando, llorando, gritando cual loco y moviendome incontrolablemente. Él también entró en pánico y corrió saliendo de la habitación, buscando por ayuda. Varias personas entraron a donde estaba, tratando de tranquilizarme, pero nadie pudo hacer nada... Caí inconsciente. Watari no se enteró hasta el día siguiente que le informaron que yo estaba en enfermería.

Los doctores que residían ahí, después de unos mínimos estudios, notaron que se trataban de terrores nocturnos: es un trastorno de sueño que se caracteriza por producir un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia completamente. Ellos pensaban que después de unos cuantos meses esto desaparecería, pero no fue así, hasta la actualidad prevalece, y no sabemos el por qué.

Pasaron meses hasta que Watari encontró un método para calmarme: un abrazo, un abrazo fuerte pero cálido, una solución bastante extraña y poco común, pero funciona. Cabe destacar que Watari no sabe de que tratan mis sueños.

Es gracias a esto es que no puedo dormir, ya sea porque me despierta abruptamente en momentos aleatorios, o porque me da temor dormir y volver a tener esas pesadillas/recuerdos, mejor permanecer despierto haciendo cualquier cosa.

Es una de las causas de mis ojeras.

Elle Lawliet: I'm only humanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora