Estoy entrando al departamento, la tarde con Angelic fue...un poco extraña, después que me puso esas reglas y me pregunto si aceptaba no volvió a hablarme hasta que se iba y me pidió mi número de teléfono. — el cual juraba que Julian le había dado. — son las 5:15 de la tarde aún tengo como 3 horas para la cita con Shannon y como es mi costumbre antes de ir a mi habitación voy a la cocina, entro y no hay nadie.
— últimamente nadie está. — me dirijo al refrigerador, sé que Nona y Bertrán llegaron porque hay nuttela la cual se me había acabado, me iba a preparar un sándwich, pero mejor opte por una rebanada de pastel de chocolate que quedo de ayer, busco un plato y con un cuchillo corto un pedazo y lo coloco en el plato dejo el resto en el refrigerador, cuando voy agarra el primer trozo de pastel mi teléfono empieza a sonar.
— ¿Qué? — contesto un poco irritado porque me interrumpieron cuando iba por el edén con el pastel.
— que humor...así debió salir la cita. — dice la voz a través del teléfono la cual reconozco...Julian.
— No era una cita y en teoría salió bien. — dije sentándome en uno de los bancos de la isla.
— sí. Tuvo que salir bien pues sigues vivo. — dice bromeando.
— reí sarcástico. — no lo creas estaba nervioso...se me había olvidado llevar mi chaleco anti balas.
— exagerado. — mascullo. — y... ¿Qué paso? — pregunto. Sí que es curioso, pero debe entender que son instintos de proteger a su hermana.
— tengo prohibido divulgar esa información. — digo arrogante.
— ¿Cómo prohibido? — pregunto en tono de confusión.
— Me puso unas reglas y ahí entra en que no te puedo decir nada... y es lo único que te diré pues ya dije mucho.
— desde hoy esto será entre Angelic y yo.
— en verdad la amenazaste con mandarla a un grupo de socialización o algo así.
— fue una artimaña sucia la que utilizo Julian para que me llamara, pero funciono y me convenía así que no reprocho.
— ¿te lo dijo cierto? — pregunto divertido.
— sí. — respondí indiferente.
— fue la única manera que logre que te llamara...agradece.
— si tú lo dices...gracias.
— ha de nada. Como no me puedes decir nada... me despido te llamo después. — colgó sin darme tiempo a responder.
Ahora si voy por ti torta. — pensé. — me levante del banco y garre el plato de la mesa agarre en la cucharita un poco, pero cuando estaba a punto de comerlo mi teléfono volvió a sonar.
— ¿Qué? — digo cuando contesto.
Cuando no me dejan comer me irrito.
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¿Cuanto es siempre?
Teen FictionTodos guardan secretos, fue algo que aprendí. Como llevas tu vida, si despierta y te dicen que el amor de tu vida murió y que perdiste al hijo fruto de ese amor. Mi nombre es adrian Hoffman y quiero contar una historia; quiero contarles como conocí...