Primer encuentro

3 0 0
                                    

Eleonor estaba tratando de guardar una caja en uno de los pasillos y sin querer empujó otra que iba a caerle encima pero alguien la jalo y evitó que recibiera el golpe en su cabeza. Un calor la invadió. Miró al dueño de aquel tacto y tenía un cabello castaño, unos ojos hermosos de color gris que combinaba muy bien con su rostro dé facciones fuertes pero hermosas y cuerpo tonificado bajo aquella ropa. Deberías ser más cuidadosa en tu trabajo podrías lastimar a alguien. Dijo molestó el hombre dejándole allí luciendo como tonta al quedársele mirando de aquella manera. Le molestó su actitud arrogante. Decidió ignorarlo aunque fuera difícil. ¿El pasillo de los martillos? Por favor. ¡Qué! ¿Podrías decirme dónde está el pasillo de los martillos? Por favor. Le corrigió ella sin mirarlo  y continuaba guardando cosas en el estante. Trabajas aquí, soy un cliente y debo ser atendido correctamente. Dijo muy molestó aquel hombre. ¿Pasa algo? ¡Pues si! Estoy siendo muy mal atendido por esta señorita que trabaja aquí. Cuánto lo lamento, venga yo mismo le atenderé. Dijo su jefe llevándose al hombre. Eleonor se puso de muy mal humor ante la actitud de aquel guapo hombre. ¡Tonta! Deja de pensar que es guapo. Se reprendió ella misma.

Era hora del almuerzo y Eleonor fue a la cafetería por su pedazo de pastel de fresas que tanto le gustaba y que siempre comía. Entró al lugar y vio al hombre mal educado junto a otros tres sentado comiendo. Hola Eleonor. ¿Qué te sirvo? Lo de siempre un pedazo de pastel de fresas. ¡Oh! Lo siento querida pero se acabó. !Se acabo! Pues si, normalmente siempre hay pues eres la única que lo comes aquí pero aquel guapo hombre de allá. La camarera señaló la mesa del hombre que fue grosero con ella en la tienda. Se lo comió todo. ¡Todo! Todo. Eleonor miró de nuevo mientras él se saboreaba el último trozo en su boca y juraría que lo hizo adrede. Salió molesta de allí. ¡Perfecto! Al virar en la esquina tropezó con un señor. Disculpe. El siguió, no pudo ver quién era pues estaba encapuchado y este siguió de largo muy aprisa. Por un momento sintió algo extraño en aquel tacto, una sensación de paz y estabilidad, fue extraño. Volviste rápido. Si. Últimamente estamos siendo muy visitados por aquí. Eso parece. El hombre que se molesto contigo esta mañana, se mudara en la casa Anderson. Ha estado cerrada por 10 años, desde que el viejo Anderson murió. Resulta que él es su nieto y ha venido a habitar la casa de nuevo junto a sus primos y dos tíos, uno de ellos con su esposa. Era lo que no le gustaba a Eleonor de aquel pueblo, siempre se sabía todo y sus habitantes siempre estaban averiguándolo todo. No dijo nada ante lo que le informó su jefe, ella nunca lo hacía. Decidió irse a trabajar. Tiempo después David fue con ella. ¿Cansada? Un poco. ¿Qué tal si vamos por una malteada cuando salgas? Debo ir a casa temprano, mi padre me lo pidió. ¿Qué tal mañana? Te avisaré. Está bien. Te llevaré a tu casa, el pueblo está muy visitado y no quiero que nada malo té pase. Eleonor asintió. Una vez allí Eleonor sintió que alguien estaba en su casa, era esa sensación que le daba cuando Luke estaba cerca. Sabes qué David, creo que me gustaría tomar esa malteada. Pero dijiste que...¡Solo vamos! Dijo molesta y él obedeció. Ya en la cafetería David la observaba curioso. Dilo ya. ¡Qué! Solo pregunta y deja de mirarme así. ¿Porqué te desagrado? No me desagradas David, es solo que...No estoy interesada en las relaciones con nadie. Con nadie. ¿En serio? ¿Porqué la duda? Pues la gente comenta...¡Demonios! ¿Qué pasa? ¡Es lo que odio de este pueblo! ¡Siempre comentando, averiguando, especulando! ¿Eso no te harta? Pues la verdad un poco. David, nunca has deseado irte, cambiar de ambiente. Pues hubo una época que lo pensé. ¿Y qué pasó? Tú. Eleonor se sintió triste ante su confesión. De tantas opciones que tenías David, porqué yo. No lo sé. Tal vez halla sido el hecho de que me rechaces. Ósea que es por orgullo. ¡No! No mal interpretes mis palabras Eleonor. Todas aquí siempre me han visto como el mejor candidato para novio. Sus padres no pierden oportunidad para tratar de emparentarme con ellos, solo porque tenemos un buen estatus social en este pueblo. "David es buen partido, su familia es adinerada, mira su casa, sus propiedades." Pero nadie realmente se fija en mi. Siempre hay un interés de por medio. Tratan siempre de impresionarme pero no de conocerme en realidad. Y cuando llegaste tú, saliste de todo estereotipo. Tú me ignorabas, no tratabas de hacerte ver y de veras que me rechazabas con ferocidad. Y me heriste mi ego debo ser sincero pero más allá de eso me hiciste ver que podía hallar a la mujer correcta y fui enamorándome de eso. Me alegra que pienses eso para ti David pero yo no soy esa mujer. Tal vez si te fueras un tiempo de aquí verías que más halla hay mujeres extraordinarias esperando por ti. Y hallarás a esa que tanto anhelas. Y verá dentro de ti y te amara por lo que eres tú. Y a eso le añades mi apariencia que no está mal pienso. Eleonor sonrió. No; no está mal. Gracias, al menos me encuentras guapo. Ambos rieron. Es la primera vez que te veo sonreír. Porque por primera vez veo sinceridad en nuestra conversación y no interés. Así que no tengo oportunidad. Solo la de ser buenos amigos, y sabes que no suelo tenerlos. Creo que está bien. Eleonor vio entrar a los tres hombres que andaban con el odioso que la rescató del golpe y con ellos una chica que era muy hermosa y que David lo noto porque no dejo de mirarla. Eleonor sintió nervios, incomodidad al verlos allí. La chica los miró y sonrió. Creo que es hora de marcharnos. ¡Hola! La chica fue hasta ellos y saludo muy efusivamente a Eleonor y luego le sonrió a David quién estaba como embobado. Disculpa. ¿Te conozco? Pues no; no en realidad pero soy nueva aquí y pues quería saludar y hacer amigos nuevos. Me llamo David. ¡Hola David! ¿Y como te llamas tú? Ella es Eleonor. Eleonor miraba con gracia a David quién se notaba estaba impresionado con la chica. Creo que David y tú pueden ser amigos. Te veo mañana David. Eleonor salió dejando la malteada, no sin antes sentir las miradas de aquellos hombres. Sonó su teléfono. Hola papá. Si, lo sé pero estaba con David. En serio papá estábamos tomado algo puedes preguntarle después si quieres. Ya voy hacia allá. Tardaré un poco. Adiós. No quiso decirle que caminaría hasta la casa porque estaba bastante distanciado y ella necesitaba caminar y estar sola. Además de darle tiempo a que Luke se fuera de su casa. Doblando la esquina tropezó con alguien que la derribo hacia el suelo, cayendo sobre su trasero. De veras que eres torpe mujer. Miró hacia arriba y vio a aquel energúmeno de la tienda. El trato de ayudarla pero ella le empujó su mano y se puso de pie. ¿Siempre eres así de idiota? ¿Y siempre eres así de accidentada y torpe? Porque si tienes seguro, la compañía debe estar en quiebra. ¡Patán! Iba a seguir de largo pero él la detuvo por el brazo. Su tacto era caliente pero no un calor incómodo él la soltó de inmediato como si le quemara tocarla. Tú debes ser la quisquillosa del pueblo que nadie mira, ni habla porque se cree superior o algo así. ¡Vaya! Los chismes llegaron rápido. No sabía que eras de los que le gustaba tejer y hablar del prójimo en la hora del té. ¿Acaso me estás diciendo mujercita chismosa? Allí junto a ellos estaban los tres tipos, la chica y David. Todos mirando la discusión algo asombrados. ¡Pues si te queda el
sello póntelo! ¡Cuida tu lengua mujer porque! ¡Será mejor que te calmes Nicolás! Dijo uno de ellos poniéndose entre Eleonor y él. La chica reía ante aquel panorama. ¡De veras que me agrada está chica! David llévame a casa. ¿Quieres? David la siguió despidiéndose de la chica con un gesto de adiós en la mano.

CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora