Agua y aceite

1 0 0
                                    

Eleonor salió fuera de la casa todos estaban allí hablando y haciendo cosas. La observaron salir junto a su padre. Si que tiene piernas lindas. Dijo uno de los primos de Nicolás haciendo que este enfureciera en extremo. ¡Cuida tu lengua! ¡Y si no quieres que te saque los ojos mejor no mires! Gruño. Pacíficos. ¿No? Le dijo a su padre Eleonor a lo que él sonrió. Creo que debemos cambiarte Eleonor dijo la hermana de Nicolás, Eleonor se percató de que solo llevaba una camisa de botones que aquel hombre le había dado y fue con ella. Controla tu lobo Nicolás si no; no te ira nada de bien con ella. Le dijo Din. Eleonor se baño y la chica le dio ropa que ponerse. Gracias. Por nada. ¿Cómo te llamas? Teza. ¿Tú eres? ¿Lobo? ¡No! Solo los hombres lo heredan. Nosotras portamos. Ok. Bueno si yo maté a alguien cercano a ti yo...Sé que no lo hiciste por maldad. Lo siento. Tranquila, además ahora no podría odiarte, nadie puede. ¿Porqué? Ya lo averiguarás. Dijo sonriente y se marchó. Eleonor fue a ver que podía hacer por allí y vio a unos niños entrenar o más bien jugar. Uno de ellos era pequeño y el más grande lo derribaba sin problema ella fue hasta el chico. Levántate. Es más grande y fuerte que yo. Tal vez pero esa misma fuerza y tamaño la puedes usar en su contra. No puedo. Escúchame lo primero que debes hacer es creer en ti mismo de lo contrario nunca podrás vencer. Segundo no debes atacar de frente porque es obvio que te derribara. ¿Entonces? Debes estudiar a tu enemigo. Observaron al niño derribar a otro dos. He notado que cuando ataca abre mucho sus piernas para apoyarse y mantenerse firme. Sí. ¿Y? Ve hacia él y cuando estés a punto de llegar vas por debajo de él sales a su espalda y le empujas el trasero para hacerlo caer y una vez en el suelo puedes atacar señalando su cuello con tu espada de madera, y listo ya lo dominas. Inténtalo. Está bien. El chico hizo todo lo que Eleonor le dijo y lo logró todos gritaron y felicitaron por su hazaña y fue hacia ella corriendo a abrazarla. ¡Gracias! No fue nada. Veo que eres muy buena con los niños. Le dijo Nicolás parándose a su lado. Confió más en ellos por su inocencia. Siguió caminando. Pensé que ya sabías que no asesine a Robert. Lo sé pero eso no quita que no te soporte. Escucha no somos amigos y nunca lo seremos. Empezamos con el pie izquierdo y la primera impresión es la que cuenta así que no me caes bien, yo tampoco te caigo bien y si nos soportamos es por mi padre. ¿Eso crees? Si lo creo. Aún trato de digerir que soy cazadora y que tú no eres licántropo si no un perro grande. ¡Perro! Será mejor que muestres más respeto. Lo lamento no pensé que eso te ofendiera. Para mí lobo, perro, canino es todo lo mismo. Nicolás la estampo contra la pared y se acercó demasiado a ella poniéndole nerviosa ante su tacto y cercanía. Sentía su aliento sobre su boca y miró sus ojos grises que eran como si la penetraran y leyeran su mente. Sus respiraciones estaban agitadas. Ella quería romper el momento pero no podía. ¡Nicolás estás aquí! Grito la hermana de Sam rompiendo el momento lo que Eleonor agradeció salió huyendo de allí.

Los días pasaban y Nicolás y ella apenas se miraban y Nicolás tenía un genio de los mil demonios con todos excepto con la tal Gina la hermana de Sam. Por alguna razón que no entendía eso le molestaba. Su padre lo noto. ¿Te molesta que se lleven bien? ¡Qué! ¿De qué hablas? Hay mucha tensión entre tú y Nicolás deberías tratar de suavizar las cosas. No tengo nada de qué hablar con ese perro. ¡Eleonor! Lo siento padre pero no lo soporto. Creo que no es eso lo que te pasa. ¡Ah no! No. Hay algo que no logro comprender. ¿Qué será? ¿Cómo entró en mi mente y me hablo en ella? ¿Porqué siendo quién soy no le mate? ¿Qué magia es esa? Su padre sonrió. Esa respuesta solo puede dártela él. No nos llevamos bien padre. Creo que no le has dado la oportunidad de que le conozcas. Es solo que su arrogancia y pose de macho dominante no me gusta. Unos autos llegaron. ¿Quienes son? El tío de Nicolás y los demás más lobos de la manada. Él es el alpha. Todos recibieron al tío de Nicolás muy felices. Luego él se fijó en ella y Eleonor sintió pena y bajo su cabeza en respuesta algo que le agradó al alpha. Eleonor al fin de vuelta a donde perteneces y con quién debes estar. Agradezco su hospitalidad. Din debemos hablar hay una misión que debemos ejecutar. Eleonor miró a Nicolás y luego cambió su mirada. Siguió a su padre y al tío de Nicolás. Pues atacaremos cuando digas Paul. Iremos dentro de dos días. Bien. ¿Qué atacaremos? Todos la miraron. Tú no irás. Dijo Nicolás. ¿Y quién lo prohíbe? ¿Tú? No eres quién para prohibirme ir. Hija creo que está vez debes quedarte. Soy una cazadora padre para eso nací y eso hago. ¿Aún no lo sabe? Preguntó Paul. ¿No sé que? Eleonor, Amadeo está detrás de ti, no voy a arriesgarte de nuevo hija. Puedo con ellos padre. Déjame hacerlo se lo debo a Robert. Din no lo permitas. ¡Tú cállate! ¿Qué demonios le pasa a este? Todos se rieron ante el comentario de Eleonor excepto Nicolás, Din y su tío. Está bien Eleonor quieres ir entonces deberás entrenar con Nicolás y serás su compañera de pelea. ¡Qué! Dijeron ambos al unísono. Paul, qué dices. Estoy de acuerdo Din. ¡Tío! Ya lo escucharon es una orden Nicolás. Ambos salieron enojados ante la decisión de ellos. Iban uno al lado del otro. Como te detesto perro. No sabes cuánto desearía poder darte una buena patada mocosa. ¡Mocosa! ¡Sí, mocosa! Te comportas como tal. Eleonor entró hecha una fiera a la casa igual que Nicolás a la suya. Esto será un verdadero dolor de cabeza. Le dijo Din a Paul.

CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora