JiCheol ♡ Wings.

«New life»

5 años después

—JiHoon llegarás tarde —Llamó al pequeño asomándose por la escalera.

—¡Ya voy!

El castaño bajo las escaleras mientras guardaba las cosas en su mochila tratando de no caerse.

Ya tenía 18 años y después de terminar la escuela consiguió algunas becas que lo ayudaron para entrar a estudiar lo que más quería.

Teatro.

Al igual que sus amigos; SeungKwan, Hansol, Joshua y JeongHan. Aunque algunos ya iban en su segundo año.

Recibió todo el apoyo de sus padres como siempre se lo daban en cada decisión que tomaba.

Era un chico tranquilo, no salía mucho, ni siquiera con sus amigos, no tenían el mismo concepto de diversión.

A él le gustaba estar tranquilo mirando una película o salir a caminar disfrutando del clima, le gustaba salir de noche a mirar el cielo y las solitarias calles, cuando no hacía ni mucho frío, ni mucho calor, sentir la brisa chocando en su piel, era agradable. Aunque comenzando el nuevo año pasaba más tiempo en su habitación estudiando.

Consideraba que el salir a caminar lo ayudaba a liberar estrés y pensar.

Comió un desayuno rápido llevándose una tostada en la mano, no entendía como su alarma no había sonado temprano. Aunque estaba a salvo ya que podía llegar más rápido si su papá lo llevaba en el auto.

No tenía opción, no llevaba mucho tiempo que comenzó las clases y una falta era lo que menos necesitaba.

Su meta lejana era sacar una licencia de conducir, sus padres le dijeron que podría usar el auto pero le asustaba andar con el volante en sus manos por las calles.

—Vamos JiHoon, debo llegar al trabajo temprano también —Habló su papá sacando las llaves de su pantalón.

Subió al auto y su celular comenzó a vibrar en su bolsillo avisándole la llamada entrante de su novio.

—Buenos días pequeño.

—Buenos días —Sonrió acomodando la mochila en sus pies.

—¿Qué tal, como amaneciste?

—Bien ¿y tú?

—Dormí pero aún tengo sueño ¿ya vienes a la universidad?

—Voy en camino.

—Pasaré a darte un beso de buenos días antes de entrar a clases, te quiero.

—También te quiero —Terminó la llamada y su papá soltó una pequeña risita —¿De qué te ríes? —Preguntó sonriendo.

—También te quiero —Imitó la voz de JiHoon para después soltar una carcajada.

—¡No hagas eso!

—Bien bien, JiHoon ¿cuándo irás por la licencia? ¿Has estudiado para el examen?

Su estómago se revolvió de solo escucharlo.

—Pronto, pronto —Abrió la ventana para sentir la brisa en su rostro.

—Eso dijiste cuando cumpliste los dieciocho.

—La sacare, pero no me presiones.

—¿Cuándo cumplas diecinueve?

—Papá, no seas así.

—¿Por qué te asusta tanto? No es tan difícil.

JiHoon miró los movimientos de su padre con el volante y la palanca de cambios con desprecio.

—Para ti no lo es, que llevas manejando como mil años.

Su papá rió entre dientes, le gustaba mucho la relación que tenía con ambos; de confianza absoluta.

Tanta como para decirse pequeñas bromas.

—Puedo intentar enseñarte de nuevo, solo si quieres —Habló nuevamente su papá.

Al instante JiHoon hizo señas rápidas con sus manos negando —No, no, no. Por favor no.

Su papá hace un par de meses había tratado de enseñarle pero el ambiente en el auto cuando JiHoon estaba al volante y su padre en el asiento de copiloto cambiaba drásticamente.

Un ambiente tenso.

Su papá lo colocaba totalmente nervioso, cuando le gritaba, porque sí, no hablaba, gritaba cada movimiento que debía hacer.

¡Gira a la derecha!

¡No gires tanto!

¡Pone en segunda marcha!

¡Anda frenando... Frena, frena!

Había sido traumante la primera vez que lo intento, desde ahí se alejó del volante.

—¿Qué pasa si atropello a alguien de casualidad? —Dijo con nerviosismo.

—Bueno, primero debes llamar a la ambulancia -Bromeó haciendo que el menor se enojara —Solo debes tener cuidado.

—Me da miedo, si atropello a un perrito o si la policía me detiene porque llevo las luces apagadas y me llevan detenido. No, no, no quiero. Soy muy joven —Cerró sus ojos con fuerza hundiendo su pequeño cuerpo en el respaldo del asiento.

—JiHoon no te llevarían preso por las luces —El señor rió.

—¿Cómo sabes?

—No pueden hacerlo, si hubieras estudiado un poco lo sabrías también.

—¿Y si le caigo mal al policía?

—Deja de decir boberías y comienza a estudiar.

—Bien, lo haré cuando tenga tiempo libre.

A los pocos minutos llegó a la universidad.

—Estudia mucho JiHoon —Sacó la mano por la ventana haciéndole señas a su hijo.

—¡Adiós papá!

JiHoon estaba conversando con sus compañeros del próximo trabajo grupal cuando sintió unos labios húmedos en su mejilla.

—Hola pequeño.

—Hola SeokMin —Levantó un poco sus pies para besar los labios de su novio.

Su vida tuvo un cambio hace algunos años, SeungCheol, su mejor amigo se había mudado.

No hubo una despedida, ni tiempo para saber que paso con él.

Sólo se fue.

Pero a pesar de que fue triste, ya lo había superado con el tiempo, o eso quería pensar, después de tratar de buscarlo, solo como un niño de trece años podía hacerlo, y no encontrar ninguna información, se dio por vencido.