JiCheol ♡ Wings.

«SeokMin»

El escritorio estaba lleno de papeles desordenados, había tratado de estudiar pero su mente estaba ocupada pensaba en cómo podía terminar su relación con SeokMin, no encontraba las palabras adecuadas, ni la forma en la que debería comenzar.

Pero debía hacerlo.

JiHoon jugaba con el celular entre sus manos, la última alternativa era llamarlo aunque no sería la mejor idea. El celular vibró asustándolo.

Cheol: Buenos días JiHoonie, no estoy seguro si tienes clases pero que tengas un bonito día.

JiHoonie: Buenos días, hoy no tengo clases ¿cómo te sientes?

Cheol: Amanecí bien, ahora debo desayunar ¿quieres venir? prepararé algo rico, tengo hambre.

JiHoonie: ¿Estas cocinando? eso es bueno, me gustaría ir pero debo estudiar.

Cheol: Esta bien, otro día entonces.

JiHoonie: Te obligaré para que me prepares algo.

Cheol: Puedo hacerlo sin que me obligues.

JiHoon sonrió, iba a responder pero escuchó el timbre de la casa.

JiHoonie: Debo irme, podemos hablar más tarde pero llámame si ocurre algo, adiós.

Cheol: Adiós ♥

Dejo el celular y bajó a abrir la puerta, encontrándose a SeokMin.

—SeokMin, hola ¿qué haces aquí? —Preguntó confundido.

—Compré una nueva —Levantó la mano mostrando una película y luego la otra con snaks. Entró a la casa apartando al pequeño. Subió las escaleras y llegó a la habitación seguido por JiHoon.

—Hoy no puedo, debería estar estudiando —Dijo JiHoon.

—Solo será una, no la puedo ver en mi casa, mi televisión no sirve y mis papás ocupan la sala.

El pequeño rodó sus ojos y se sentó en la cama.

SeokMin se había llevado las bolsas de snaks a su regazo comiendo mientras veía atentamente la película mientras JiHoon lo miraba de reojo buscando el momento para hablar.

—¿Hoy deberíamos salir? —SeokMin bostezó desde el sofá de la habitación de JiHoon después de estar viendo más de la mitad de la película.

El castaño imitó su acción —No creo que sea una buena idea.

—¿Entonces lo dejaremos para el viernes?

JiHoon se acomodó en la cama mirándolo confundido —¿Dejar qué?

—Cumplimos ocho meses ¿no me digas que lo olvidaste?

El castaño abrió sus ojos tratando de recordar la fecha en que comenzaron a salir.

¿Ocho meses? ¿Eso cumplían?

—Lo siento, lo olvide es que he estado con mucha tarea y cosas. Aparte de que SeungCh...-

SeokMin alzó una ceja —¿El alcohólico?

—No le digas así.

—¿Aun te vez con él?

JiHoon se sentó en la orilla de la cama, trago saliva con dificultad mirándolo —No le digas de esa manera, no es que lo vea a escondidas, tú lo sabes y su proceso es largo.

—Contéstame algo JiHoon —SeokMin se colocó de pie e hizo que el menor hiciera lo mismo —¿Te gusta?

JiHoon guardó silencio, no podía responder porque él se hacía esa misma pregunta y no sabía la respuesta.

—Te gusta —Afirmó SeokMin ante el silencio —¿Me has estado engañando?

—¡No! es solo que... —Revolvió su cabello —Me siento confundido pero no es por él —Susurró bajando su mirada. De la nada sintió las manos de SeokMin apretando sus brazos, lo miró asustado —S-suéltame SeokMin, me duele.

—¿Te has besado con él? —Lo acorraló rápidamente contra la pared —¿Hace cuánto me estás viendo la cara de estúpido?

—Suéltame —Lloriqueó el pequeño tratando de zafarse.

—Besando a un alcohólico JiHoon ¿No era que odiabas ese olor, ese sabor? Pero si odias que yo te bese cuando tomo.

—Se-SeokMin por favor.

—Quizás que otras cosas más has hecho con él, si no te da asco cuando te toca, no debería darte asco ahora —Comenzó a besar con desesperación el cuello del menor mientras sujetaba sus muñecas con fuerza.

A pesar de que JiHoon forcejeara para librarse de él era imposible, no tenía la fuerza suficiente.

Todo era tan desagradable, sus besos, sus caricias rápidas y desesperadas, su aroma, todo.

—Ayuda —Su voz se quebró deslizándose una lágrima por su mejilla.

SeokMin lo soltó bruscamente haciéndolo caer sobre la cama.

—Ni siquiera sé que te vi —Habló con desprecio —Solo mírate. No lo vale, tú no vales la pena. Esto se acabó —Salió de la habitación azotando la puerta.

Dejando a JiHoon sobre la cama, el pequeño llevo sus piernas hacía su pecho apretándolas con fuerza tratando de disminuir el llanto.