JiCheol ♡ Wings.

«Hug me»

SeungCheol había retomado las terapias, era constante en cada medicamento que debía tomar, las horas indicadas y la dosis, gracias a JiHoon quién tenía los horarios de todo así que lo llamaba o le enviaba mensajes cinco minutos antes avisándole que no las olvidara.

Cheol: Sé que es tarde pero no me siento bien, ¿puedes venir? por favor.

JiHoon apenas vio el mensaje, avisó en su casa que debía salir un momento y partió hacía la casa de SeungCheol lo más rápido que pudo.

Llegó a la casa y SeungCheol abrió la puerta, tenía sus manos temblorosas y la mirada algo perdida.

Estaban solos allí y de eso se percató JiHoon apenas entró al lugar. SeungCheol fue tras él y se quedó afirmado en la puerta con los ojos cerrados.

—Esto está siendo más difícil de lo que pensaba —Musitó el mayor.

JiHoon se volteó y se acercó, debía distraerlo —¿Quieres hacer algo?

El pelinegro abrió sus ojos, mirándolo, no era la misma mirada de siempre —Sabes lo que quiero, pero no puedo hacerlo.

El menor cogió su mano y lo llevó al sofá, se sentaron cerca, JiHoon se quedó en blanco al principio, a pesar de que sabía que pasaría algo así, su mente no podía pensar bien qué debería hacer en este caso.

—No puedo —Los ojos del mayor se humedecieron rápidamente.

—Tranquilo Cheol —Afirmó con fuerza sus manos —Sabíamos que esto pasaría, es parte del proceso —Sintió lo frío de las manos del pelinegro —¿Quieres un suéter?

SeungCheol negó con la cabeza y de repente soltó sus manos.

—Necesito un poco —Se alejó caminando a la cocina.

JiHoon fue tras él. Lo detuvo antes de acercarse a las encimeras.

—No, no, no. Nada de alcohol, SeungCheol no puedes beber.

—No puedo —Su voz se quebró —Por favor, solo un poco.

—Nada. Ven —Lo llevó de vuelta a la sala sentándolo en el sofá —¿Dónde están los medicamentos?

—Arriba —Dijo SeungCheol mordiendo su labio inferior.

—Bien, te quedarás aquí. Tranquilo y yo iré por ellos, no te muevas —Su voz era firme.

SeungCheol asintió repetidas veces.

A la mitad de las escaleras lo miró —Quédate ahí.

JiHoon subió corriendo el resto de las escaleras buscando los medicamentos de SeungCheol, revisó en su celular cuáles les correspondían viendo si coincidan con la hora. Bajó y el mayor seguía en la misma posición, moviendo sus manos nervioso.

Se sentó a su lado ofreciéndole la pequeña pastilla junto a un poco de agua.

—Pasará —Su voz se volvió dulce.

—Me duele la cabeza —Movía y apretaba sus manos tratando de calmarse.

JiHoon no dijo palabra. Hubo un pequeño silencio que hizo a SeungCheol explotar.

—No quiero esto —Se levantó rápidamente caminando hacia la puerta de la casa.

—¿Para dónde vas? —JiHoon fue tras él deteniéndolo.

Uno de los síntomas era confusión al pensar e irritabilidad. Y JiHoon si estaba preparado para eso.

—No aguanto JiHoon, lo necesito ¿no lo entiendes? —Abrió la puerta que fue cerrada en un segundo por la mano del castaño. Se volteó encontrándose con el rostro serio de JiHoon.

—No saldrás de aquí.

—Pero...-

—No puedes dejarte vencer SeungCheol, no lo necesitas —Sus manos fueron a las mejillas del mayor obligándolo a que lo mirara —Escúchame bien, no necesitas beber. Eso no te hará olvidar nada, porque volverás a estar sobrio y las cosas seguirán igual o peor. Bebiendo no hará regresar a tu mamá, dime ¿acaso la olvidas cuando tomas? Y cuando te levantas a la mañana siguiente con un horrible dolor de cabeza y oliendo a alcohol ¿ella está en casa? Dime ¿ella estaría orgullosa de ti si te viera en este estado? —Los grandes y oscuros de SeungCheol lo miraban sin pestañear —Los que dicen ser tus amigos, no lo son, si lo fueran no te hubieran metido en esto cuando estabas en el momento más débil en tu vida, sé que la extrañas mucho, sé que extrañas a tu papá también y tu vida. Pero entiéndelo de una vez por todas, beber no hará regresar nada, solo te quitará cosas con el tiempo, personas que nunca más regresaran a tu lado. Debes seguir adelante y hacerte cargo de tu vida, tu mamá se fue y es doloroso pero la vida sigue, debes despertar de todo esto.

JiHoon terminó sin aliento, pensó en que quizás había sido cruel, pero era la cruel realidad y alguien debía decírsela.

No podía descifrar la cara de SeungCheol, pedía internamente que hubiera comprendido sus palabras.

No podía hacer nada más.

Era su propia decisión, debía decidir sobre su vida.

JiHoon bajó sus manos del rostro de SeungCheol y dio un paso hacía atrás —Si quieres salir ve, no te detendré ahora —Dudo un segundo en continuar —Pero no me verás más acá.

Él sabía que mentía con decir eso, no lo dejaría solo aunque deseaba que no saliera por aquella puerta.

SeungCheol no dijo nada, lo miró y caminó hacía la sala, antes de que se sentará sintió unos brazos en su cintura, deteniéndolo.

Estaba feliz y orgulloso, no podía ocultarlo. JiHoon ocultó su rostro en la espalda del mayor, afirmándose con fuerza a su cuerpo.

—Estamos juntos en esto, recuérdalo —Habló con voz cálida.

SeungCheol cerró sus ojos deslizando sus manos por los brazos del menor. Respirando tranquilamente.

Pero necesitaba más.

Sacó los brazos de JiHoon de su cuerpo, girándose para verlo de frente.

—Abrázame por favor.

Sin dudarlo, JiHoon lo abrazó, sintiendo los brazos del mayor rodeando su cuerpo. Abrazándolo con fuerza.

Se quedaron unos minutos así, en la misma posición, en completo silencio donde solo se escuchaban sus respiraciones y las palpitaciones de sus corazones. Mientras los medicamentos hacían su efecto sobre SeungCheol.

—Deberías tratar de dormir —Dijo JiHoon después de un rato aun abrazándolo.

—No, no, quiero que estés aquí.

—Podría quedarme contigo —Sugirió JiHoon.

Las mejillas del menor se sonrojaron y agradeció que SeungCheol no lo viera así, pensaría en cualquier cosa. Aunque el hecho de que aún no contestara lo colocaba nervioso, pensando en que tal vez no debió decir eso.

—Quiero... estar contigo —SeungCheol apretó el pequeño cuerpo y se separó.

JiHoon asintió y lo llevó de la mano subiendo las escaleras hasta llegar al cuarto de SeungCheol, el pequeño apoyó su espalda en el respaldar de la cama, SeungCheol dejó caer su cabeza sobre las delgadas piernas utilizándolas como almohada, deslizó sus brazos por la diminuta cintura y cerró sus ojos.

Su cuerpo aún daba pequeños saltos y temblores que eran normales, acarició con cariño su espalda y SeungCheol se movió acomodándose mejor y haciendo más fuerte el agarre.

El menor inclinó su cabeza hacía abajo mirándolo dormir, retiró el cabello con cuidado que cubría parte del rostro de SeungCheol.

Era la primera vez que podía estar cómodo en una cama junto a un chico, un chico que sabía que no le haría nada, ni buscaría nada más que dormir y estar tranquilo.