JiCheol ♡ Wings.

«Discomfort»

Se encontraban sólo en bóxers sobre la cama de SeungCheol tapándose algunas partes de sus cuerpos con las sábanas blancas, el mayor pasaba sus brazos por la cintura del JiHoon mientras éste tenía su rostro en el pecho de él.

SeungCheol despertó primero, acarició la espalda desnuda de su pequeño, pasando la yema de sus dedos delicadamente con amor.

Miró a JiHoon dormir, se sentía afortunado, tenía al chico más genial a su lado y pensó en que ya no quería conocer a otra persona, ni quería sentir otros besos, tampoco escuchar otra voz, ni ver otras sonrisas, ni recibir otros abrazos, quería a JiHoon, sólo a él.

Tuvo un momento para pensar en por qué se había enamorado de JiHoon, y lo fue todo, su manera de ser tan dulce y decidido en cada cosa, sus sonrisas, sus pequeños ojos que brillaban con amor cada vez que lo miraban, su cara de lindo enamorado, sus mejillas tímidas que se seguían tiñendo color carmín con cada cumplido, de sus pensamientos.

De su presencia.

Se enamoró de la forma en que lo hizo volver a ver la vida.

JiHoon estaba locamente enamorado y obsesionado con él y eso se podía notar en como lo abrazaba al dormir juntos, enrollándose a su cuerpo para no dejarlo escapar. Jamás lo hacía dudar si un día lo amaba y al otro no. Él no era así, su amor era constante al igual que el suyo.

El castaño comenzó a removerse despertando de su profundo sueño —Hola dormilón —Lo saludó besando su frente.

—¿Qué hora es? —Preguntó frotándose los ojos adormilados.

A SeungCheol le pareció tierno ese gesto. Giró su cabeza mirando el despertador —Las doce —Respondió. Al parecer a JiHoon no le gusto escuchar la hora ya que frunció su ceño e hizo un puchero enojado y lindo.

—Hmm ¿podemos quedarnos un poquito más así? —JiHoon estaba tranquilo, hoy no tenía clases y en la casa estarían solos durante el día.

—¿Estás cansado?

—Si —Acomodó su rostro en el cuello de SeungCheol —Tu culpa.

No pudo evitar soltar una risa ante eso, gran parte de la noche habían estado despiertos y con la actividad física que realizaron seguramente estaría agotado.

—Duerme, yo te cuidaré.

JiHoon movió sus piernas deslizándolas por las de SeungCheol, era tan agradable el tacto y tan cálida su piel, ya se había acostumbrado a eso.

El ambiente tranquilo y en silencio se vio interrumpido por la voz del papá del pelinegro —¡SeungCheol! ¿Estás en tu habitación? —Se sintieron los pasos subiendo las escaleras.

El sueño de JiHoon desapareció de un momento a otro, se levantó rápidamente abriendo sus ojos a tope —¿Tu papá? —El mayor no respondió, estaba igual de sorprendido que él.

Pero no había tiempo, ni siquiera para correr hasta el baño. El papá del mayor ya estaba golpeando la puerta llamando una y otra vez a SeungCheol, que al no escuchar palabra alguna se asustó y abrió la puerta.

—¿Estabas durmiendo? —Preguntó mirando a su hijo sentado en el respaldo de la cama acomodando unas almohadas a su lado, algo nervioso.

—S-sí.

—Prepararé algo para almorzar ¿tienes hambre ya?

—Sí, un poco.

El señor cerró la puerta, JiHoon asomó su rostro de las sábanas —Eso estuvo muy cerca.

SeungCheol le sonrió.

—¡JiHoon! ¿Almorzarás con nosotros? —El papá de SeungCheol preguntó de afuera.