JiCheol ♡ Wings.

«I'm sorry»

Era un lindo día por lo que JiHoon le daría una sorpresa a SeungCheol invitándolo él a una cita, era un gran paso para el menor pero no estaba asustado, tampoco sentía nervios, sólo pensaba en cuál podría ser un buen panorama.

Ya podía imaginar la sonrisa de SeungCheol cuando escuchara su invitación, seguramente lo molestaría y aceptaría.

Se reía solo pensando en la idea mientras caminaba hacia la casa del mayor.

Al llegar a la calle pudo distinguir a un grupo de tres chicos fuera de la casa de SeungCheol, al acercarse más, se dio cuenta que eran los mismos con los que lo había visto la primera vez.

—Oh mira a quien tenemos aquí —Habló uno de los chicos, mirándolo de pies a cabeza —¿Eres el idiota que alejó a SeungCheol de nosotros?

Uno de ellos se acercó peligrosamente a él y a pesar de que dio un paso hacia atrás, no fue suficiente, lo agarró sus muñecas estrellándolo contra una pared —Eres muy lindo a pesar de ser un entrometido.

—Quizás por eso SeungCheol se fijó en él —Habló otro de los chicos —Tiene sentido.

JiHoon los miró con su ceño fruncido —Hablan de sentido ¿es una broma?

—No hemos dicho que hables —Aquel chico apretó su cuerpo contra el cuerpo del menor.

—Si solo quieres un buen polvo puedes decirnos a cualquiera de nosotros y estaremos gustosos de dártelo —Lo miró lamiéndose los labios.

—¡Suéltame! —Exclamó enojado.

—No grites ahora niñita, puedes hacerlo más tarde —El chico lo tomó del mentón y lo obligó a que lo mirara, se acercó a su oído. JiHoon sentía el aliento a alcohol, el maldito olor que odiaba —Te partiremos en dos por meterte donde no debes.

El castaño abrió sus ojos asustado —Suéltame por favor.

—Dicen que si son pequeñitos son más calientes, quiero ver si es cierto eso.

Al terminar de hablar atacó su cuello, mordiendo la piel sin ninguna compasión, JiHoon trataba de zafarse del agarre pero no tenía la suficiente fuerza para hacerlo.

Escuchaba la risa de los otros dos chicos que parecían disfrutar de la escena.

Y todo pasó muy rápido.

—¡Suéltalo!

De un segundo a otro se sintió liberado de sus muñecas y el aliento a alcohol desapareció. Abrió sus ojos y vio a SeungCheol encima del chico golpeándolo sin descanso.

La sangre saltaba y JiHoon sentía cada vez más miedo.

—¡No lo vuelvas a tocar! —Seungcheol se levantó y fue por JiHoon quién se había deslizado por la pared sentándose en el suelo con algunas lágrimas por su rostro.

Entraron rápidamente a la casa y el mayor lo llevo corriendo del brazo hacia la cocina en busca del botiquín de primeros auxilios.

A pesar de que JiHoon no tenía ninguna herida.

Mientras que SeungCheol tenía sus puños destrozados por los golpes y sus manos con sangre.

Lo sentó en una silla mientras sacaba un poco de algodón y alcohol para luego dejarlo sobre la mesa e inspeccionarlo por todos lados buscando alguna herida que curar, JiHoon supo en ese momento que SeungCheol no tenía la mayor idea de lo que estaba haciendo.

—Esto no está bien, lo siento, lo siento mucho JiHoon —Repetía una y otra vez lo mismo con su voz entrecortada —Lo siento.

—SeungCheol tranquilízate, estoy bien, no tengo nada.

—No soy bueno para ti JiHoon, no deberías estar aquí, no deberías estar así, no por mi culpa —Sus manos temblaban tocando el cuerpo del castaño.

El de baja estatura lo tomó por los hombros —¿Puedes dejar de decir eso?

—Debes alejarte de mí —Dijo nervioso zafándose de las manos de JiHoon.

—No, no, ¿de qué estás hablando?

—Es lo mejor para ti.

JiHoon se levantó de la silla —De qué estás hablando, SeungCheol. ¿Es que acaso oyes lo que dices?

—Aléjate de mí JiHoon, aléjate por favor.

—No lo haré —Se acercó al mayor y éste dio un paso hacia atrás —SeungCheol no estás pensando bien en este momento amor.

—Esto no es para ti, no es justo. Por favor vete, tú y yo no debemos estar juntos —Su voz se volvió firme escupiendo las palabras sin pensar.

El pequeño apretó sus puños al igual que sus labios para no soltar todo lo que pasaba en ese momento por su mente, SeungCheol se veía tan seguro en su voz que se le estrujo el corazón al escucharlo.

Cuando SeungCheol escuchó el fuerte portazo de la puerta principal, recién ahí se dio cuenta de lo que había hecho, las lágrimas pronto se acumularon en sus ojos, lágrimas que no tardaron en escaparse recorriendo su rostro.

Frustrado lanzó contra la pared el botiquín de primeros auxilios haciendo que se hiciera añicos junto a las cosas que tenía dentro, sus rodillas se doblaron cayendo al suelo, sujetaba su cabeza, revolvía su cabello, molesto, enojado, débil y triste.

Pero era demasiado tarde.

Y JiHoon era demasiado bueno... para él.

No lo merecía y debía convencerse de eso.