JiCheol ♡ Wings.

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JiHoon llegó a la casa de SeungCheol molesto y algo decepcionado, sabía que su papá no estaría por lo que no tendría ningún impedimento para hablar con él.

Tocó el timbre más de cinco veces sin recibir respuesta, comenzó a golpear la puerta y a gritar el nombre de SeungCheol.

El pelinegro salió de la casa con un suéter gris y una capucha que cubría su cabello.

—Hola JiHonnie.

Le sonrió.

Y eso aumento el enojo en JiHoon ¿de verdad pensaba que no se enteraría o ya le daba lo mismo todo?

—Hola —Entró en la casa mirando a su al rededor, buscando alguna razón por la que SeungCheol podría haber dejado de asistir a sus terapias. Pero no encontró nada.

Ni siquiera alguna pista de que hubiese bebido.

—¿Por qué estás aquí tan temprano? ¿No deberías estar en tus clases? —SeungCheol cerró la puerta.

—No, hoy no. SeungCheol ¿no tienes nada que contarme?

Él negó con expresión inocente.

—¿Estás seguro? —Insistió.

—Sí, ¿y tú?

JiHoon ladeó su cabeza confundido.

—¿Yo? Nada.

—¿Y entonces? —Se encogió de hombros metiendo sus manos en los bolsillos del suéter.

El pequeño frunció el ceño y sacudió su cabeza —¿Estos son juegos mentales o qué tratas de hacer?

—¿Yo? Nada.

—Espera ¿estás enojado?

—¿Yo? Claro que no.

-¡SeungCheol basta de responder así!

—¿Por qué debería estar enojado? Dime tú, me dejaste de lado toda esta semana y el día que quiero verte y voy a tu universidad porque te extrañaba, te veo... besándote con un chico.

—Te avisé que esta semana no podía ir por mis exámenes y... SeungCheol tú sabes que tengo novio, de hecho SeokMin prácticamente me obliga a besarlo aunque eso no importa ahora pero no entiendo porque debería enojarte eso.

Su expresión se volvió triste —Estaba equivocado... tu novio existe, no era un fantasma, aunque lo quería creer así.

—Esto es una excusa, ¿verdad?

—No lo es —Se alejó caminando a la cocina.

—¿Por qué no has ido? Dime la verdad —Fue tras él.

Se estuvo y dio un respiró hondo —No me gustó, me tratan como si estuviera haciendo algo malo.

¿Qué?

—Claro que lo es, SeungCheol ¿aún no te das cuenta de lo que te puede pasar más adelante por beber alcohol? Esas personas solo te quieren ayudar.

—No me quieren ayudar, son molestos. Se quieren meter en mi vida y en asuntos personales que no les pienso decir.

De pronto JiHoon se percató a dónde estaban —¿Por qué estás aquí? Dijiste que no entrabas a la cocina.

—Tengo hambre.

JiHoon sacudió su cabeza —Como sea, ¿entonces piensas dejar todo?

—Sí.

—Eres un cobarde —Dijo molesto.

—Yo no soy ningún alcohólico o adicto a la bebida como dicen ellos, no pienso ir ¡No iré!

El menor mordió su labio inferior con rabia, como podía ser tan necio en un tema tan importante. Estaba colocando su vida en una cuerda floja y no se daba cuenta de lo peligroso que era estar ahí.

—SeungCheol esto te pasara la cuenta en algún momento, debes hacerlo por ti —Su voz sonaba suave, comprensible.

Debía serlo.

—Te dije que no soy un adicto.

—Sabes que sí, por favor ve.

—No lo haré, no insistas —Se volteó hacia la encimera terminando su sándwich. Hasta que escuchó un horrible ruido a su espalda, se giró mirando como JiHoon tiraba las botellas de vidrio contra el suelo manchando un poco la ropa del pequeño con las sobras que había dentro.

Sus ojos se abrieron —JiHoon ¿qué haces?

—¡No entiendo porque no te puedes separar de esto! —Exclamó lazando una botella más al suelo.

—Detente, te harás daño.

—¿¡No te das cuenta que te estas matando!? —La frustración hizo que sus ojos se humedecieran.

—JiHoon... —Dio un paso con cuidado acercándose al pequeño.

—Pero no importa ¿verdad? hablar contigo es como hablar con la pared. Simplemente no te importa.

SeungCheol se acercó con cuidado pateando los vidrios cerca y tocó sus brazos —No llores... por favor.

—Por ti, por mí, por tu papá, por quién quieras pero no dejes el tratamiento —Dejó caer su frente en el pecho del mayor afirmando su suéter con fuerza —No te vayas de esta manera. Sé que puedes salir de esto, esto no puede ser tu vida SeungCheol.

Podía oler el cabello de JiHoon y escuchar los sollozos en su pecho, levantó sus brazos abrazando al pequeño cuerpo.

"Te lo ruego" con esas palabras de la voz del menor apretó el agarre cerrando sus ojos, cargando su mentón en la cabeza de JiHoon. El castaño hizo lo mismo aferrándose a su cuerpo, y a pesar de la situación en la que se encontraban, era el mejor sentimiento que podía tener.

El saber que le importas a alguien, que alguien se preocupa por ti, por más hondo que hayas caído, te levanta.