SU EVIDENCIA RELIGIOSA

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17 de Noviembre

Sábado

Este día es para nosotros muy especial, pues es el cumpleaños número 3 de JD. Hacemos muchos preparativos porque deseamos hacerle una fiestita infantil. Además es para mí de una recordación impactante, porque tan pronto se levantó de su camita y estuvo bien despierto, coge la "vigen tan dinda", contra su pecho, mientras lo cargo para bajarlo al comedor para desayunar y me dice:

¿"Banca vistame como Nan José"?

Yo lo miro sorprendida porque no entiendo que me dice y le pregunto, -¿Cómo

es eso mi amor?, a lo que el niño responde así: - "Pongame una capa así" - y con sus manitas me señala como debo vestirlo, y me enseña el manto de la imagen que tiene en sus manos.

Traigo una sábana y se la pongo como un manto desde la cabeza y me dice: Así no, Banca así, y se coloca la sábana desde los hombros, mete las manitos por dentro, abriendo los brazos y los levanta al cielo diciendo

-¡Banca cierra los ojos que voy a decí misa! - ¿Cómo creen ustedes que yo me sentí? -

En mi cerebro sentía que estallaban neuronas de raciocinio, porque si bien yo me estaba esforzando por seguir lúcidamente este procedimiento y tratando de ponerme a la altura de las circunstancias como me exigía cada situación, también es cierto que no por ello dejaba de preguntarme muchas cosas y de razonar otras, a las que aún no encontraba respuesta para ellas, por lo que mejor las iba dejando en "Stand bye" como se dice, para después discernirlas.

Quedé pasmada mirándolo y el niño volvió a repetir, - "Cierra los ojos que voy a decir misa" - Sin pensarlo más, hice que cerraba los ojos, entornándolos y pude observar como levantaba los brazos al cielo por debajo de la sábana, para luego cerrarlas sobre su pecho y empezó a recitarme la oración del Padre Nuestro ceremoniosamente. A estas alturas, todos lo rodeábamos y no sabíamos que decir, ante esta situación.

Ese día, todos estuvimos muy pendientes del niño, puesto que compartiríamos una torta agasajándolo. Le haríamos una pequeña fiesta infantil. Nos reunimos con toda la familia y los primeros en visitarlo fueron mis sobrinos,Ivan Darío, Maribel y Adriana,trayéndole regalos que él recibía con su pícaro gesto característico.

Así mismo la familia de Betty, que el niño consideraba y quería tanto.

La alegría de JD nos contagiaba a todos, haciéndonos olvidar momentáneamente su enfermedad y las angustias, cuando llegamos del protocolo de la Quimio ese día. ¿Cómo no cantarle a la vida cuando le veíamos su espontaneidad, alegría y regocijo por todo lo que le rodeaba?

De aquí en adelante, fueron muchas más las situaciones como estas que nos sorprenderían de JD. Sus juegos giraban solamente alrededor de las imágenes. Cuando salíamos de compras o simplemente a pasear, en cada bolsillo se llevaba la sagrada familia, como le decíamos. Si iba a alguna fiesta solo quería llevar la imagen grande, que era con la que más tiempo pasaba. Si estaba en la casa solo jugaba con el tablero electrónico, haciendo imágenes de cruces, iglesias, o monigotes a los que ponía una corona diciendo que era el "pare jesu, o la vigen tan dinda". Todas estas manifestaciones eran las que me hacían sentir mucha desazón, con respecto a lo que yo creía

Así pasaron los meses hasta que llegó navidad. Yo misma me sorprendí, lo rápido que transcurrió el tiempo. Mi promesa interna desde que salimos del hospital, fue hacerle feliz todo instante a mi JD y ese diciembre no podría ser diferente.

Juntos empezamos a hacer las compras decembrinas y a prepararnos para el 7 de Diciembre hacer el alumbrado a la Virgen, como es costumbre en Colombia.

Desafortunadamente ese día tuvimos que madrugar al hospital, porque le tocaba procedimiento de aspirado de médula ósea y se debía aplicar droga dentro del líquido cefalorraquídeo como profilaxis.

Aunque este procedimiento lo deja muy lastimado, el niño estuvo feliz y disfrutamos hasta después de la diez de la noche este día, sorprendiéndome por su dinamismo, porque estuvo correteando como si no le hubiera pasado nada. Este tipo de actividad de JD después de todos estos procedimientos, es lo que me sorprende, porque normalmente, debería ponerlo adinámico pero no es así.

Era su primer año, con un poco de más conciencia de lo que acontece en una navidad. Podía observar cómo se iluminaba no solo el frente de nuestra casa con los faroles y velitas sino el resto del vecindario, disfrutó al máximo como se quemaba, los fuegos artificiales que se habían contratado en la unidad. Gozó mucho, me abrazaba a cada instante lleno de alegría, como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

De Venezuela llegó mi hermana Carmen Beatriz, con su familia. Me dolió que los niños hubiesen sido testigos de la realidad de la dureza de esta enfermedad y sus tratamientos, aunque fueron muy solidarios, como el mejor adulto, no solo con JD, sino conmigo.

Nuestra vecina Gloria tenía un hijo que manejaba una casa de Recreación y tenía algunos disfraces de personajes de Walt Disney y en un momento que queríamos distraer a JD de su rutina dolorosa, terminamos disfrazándonos todos para el niño. Ese es el recuerdo más hermoso de mis queridos sobrinos, por tratar de distraer al niño.

En su intento por acercarse solidariamente a la situación que estábamos manejando le trajeron un dibujo hecho por ellos dentro de su inocencia y amor que más tarde se convertiría en una mensaje premonitorio como veremos más adelante.

A Gian Piero y Andrecito incluyendo mi hermana y su esposo Andrés, les dolió mucho su estado pero jamás nos lo demostraban frente al niño. Su estadía fue muy corta, pero muy reconfortante, debían regresar pronto a su país de origen, pues sus compromisos contraídos allí no daban espera.


JUAN DIEGO, Luz y AmorWhere stories live. Discover now