¿POR QUÉ QUIERO ESCRIBIR ESTA HISTORIA?

22 0 0
                                    

AGRADECIMIENTOS

A mi familia consanguínea Orozco Benjumea, especialmente a mi madre Ana Libia, por ser la que me indujo a llamarlo Juan Diego, como pago a una promesa que ella hizo a la Virgen de Guadalupe y que no había podido cumplir y por haber sido esa consejera sabia en los momentos más difíciles de este proceso, pero sobre todo, por su compañía silenciosa, amorosa y solidaria. A Olga Patricia la inigualable compañerita de juegos de JD, que con tanto amor supo llegarle al niño y Carmen Beatriz, mis hermanas, a la tía abuela "Claringa", a Luis Fernando y Carlos Alberto mis hermanos y a ti padre, por tu comprensión generosa, en el momento más importante de mi vida y cuando más lo necesité.

A mi buena amiga Betty y su queridísima familia, que sin rodeos ni prevenciones entregaron su amor a este "pequeño ruiseñor", el abuelito "Don Gerardo", la abuelita "Doña Aura", "la tía Lutetela", y "Lina María" su hermanita espiritual.

A Harold López y Octavio José Paz, mis amigos y a los profesores Ramiro Ovalle Yanés y Oscar Gil, quienes gentilmente me guiaron y corrigieron literariamente el primer original.

A mi familia espiritual de la Asociación Espírita León Denis, que educó e inspiró mi espíritu, para que me resolviera a editar esta historia y a ti Mónica Silva por tu generosa participación escaneándome las fotografías.

A usted amigo lector por permitirme entrar con esta experiencia de vida, en la suya.

PRÓLOGOS

Tenemos ante nuestros ojos y entre nuestras manos un regalo enorme de espiritualidad, en un estilo sencillo, transparente y amplio en donde se nos revela y enseña cómo llevar y sobrellevar una dura prueba que El Todopoderoso nos ponga en nuestro trasegar por estos campos imprevistos de la vida. Ante esto el mundo ha tratado de darse explicaciones acertadas para poder comprender el porqué de los fenómenos que se nos presenta y han surgido teorías muy valederas en los momentos actuales sobre todo basados en los poderes e iluminaciones que Dios nos ha dado y que conllevan a una inspección de la esencia vital de cada uno para saber que no en vano vivimos y no en vano tenemos que vivir estos infortunios. Pero para comprender estos misterios se necesita que algunos espíritus privilegiados aparezcan entre nosotros para testimoniar el "Poder Divino".

De uno de estos seres privilegiados es que te habla el libro que tienes entre tus manos. Ese ser es un niño que apenas logró conocer la aurora de su vida y con esta corta edad nos dejó todo un legado de interioridad espiritual.

Así era nuestro Juan Diego. Todo un milagro de la naturaleza, un ser con mucho amor para dar. En su corta edad había ya todo un cúmulo de experiencias y videncias que compartió en todo momento con quienes le rodearon y en quienes dejó la semilla del amor.

En medio de esta aridez que llevamos en nuestros corazones. Cuando Juan Diego Hablaba o nos elevaba una mirada nos transmitía todo un universo de conocimientos en donde con pocos vocablos nos enseñó a vivir en paz con nosotros mismos.

La autora de la presente historia es su madre que con un estilo abierto, descomplicado y transparente como todo lo de ella, nos mete en su ruta, en procura de esa "Luz" entre las luces y poco a poco así como nos emociona nos da una tranquilidad y sosiego, digno de los más connotados escritores, sin presumir absolutamente de nada. Nadie como ella para conocer sus reacciones y vivirlas; diría mejor gozarlas porque todo en Juan Diego es guiada por la "magia de su amor". En esta prosa sin complicaciones y llena de amor y testimonio, la autora nos enseña a quererlo, a admirarlo y a través de ella nos inunda con el amor de este pequeño pero enorme ruiseñor.

La autora vivió todo un drama de su vida, drama que en un principio temíamos por su desenlace negativo; pero poco a poco irás leyendo y analizando cómo un niño, víctima de una fatal enfermedad le remueve su espíritu y a través de su mirada juguetona le infunde todo su amor para que acepte y comprenda que vimos en dimensiones y que sólo son estados materiales fugaces en donde el espíritu es el que lleva el valor intrínseco de la vida en donde si nos armamos con una fuerte dosis de amor y comprensión podemos hallar secretos misteriosos que nos harán entender el porqué de nuestro paso por esta vida que todos llevamos.

JUAN DIEGO, Luz y AmorWhere stories live. Discover now