2|❝el más arrogante, ambicioso, petulante❞

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- ¿Y...? - Preguntó Summer de repente mientras Audrey picaba unas verduras, ese día el cocinero se había enfermado y ella lo estaba suplantando.

Audrey podría no ser la estudiante más destacada, pero siempre se había destacado por tener múltiples habilidades prácticas. Limpiar, cocinar, encantamientos, duelos, y era una usuaria natural de la magia no verbal. Por lo que la posada nunca necesitaba contratar ayuda extra, lo que era muy útil en esto tiempos de escasez de clientes.

- ¿A qué te refieres con tu pregunta, Summer? - Gruñó molesta mientras cortaba violentamente con el cuchillo una papa en rodajas, podría hacerlo con magia, pero era una buena forma de descangar ira. - Si preguntas cómo van las cosas con ese pelirrojo estúpido, te diré que no hay nada que contar.

- ¡Wow! Te dejo sola un mes y cambias por completo. - La reacción de su amiga la sorprendió mucho, no pensaba que se molestaría tanto por la pregunta, aunque seguramente no era esta la causa de su enojo. - ¿Qué hizo?

- Nada.

- ¿Nada?

- ¡A mí no me hizo nada! - Metió las papas al horno y las verduras en la olla, y tomó asiento junto a su amiga. - Todo iba bien antes de que te marcharas a España ¿Recuerdas?

- Sí, lograste poder entablar una conversación con él sin balbucear.

- Bueno, pues he descubierto que él es la persona más arrogante, ambiciosa, petulante
¡Y con delirios de grandeza, que este mundo ha visto!

- Sí, eso ya lo sabíamos todos. - Dijo demasiado tranquila para lo exaltada que estaba su amiga. - ¿Pero qué te hizo enojar?

- Ayer, su madre vino de visita... ¿Recuerdas a la señora Weasley? La conocimos en la botica de Slug & Jigger, el año pasado.

- La recuerdo, era una señora muy amable, me enseñó ese hechizo que sacó esa horrible mancha de mi túnica. - Dijo haciendo una mueca de asco al recordar cómo se ensució en una clase de pociones. - ¿Y qué pasó cuando vino?

- Me preguntó en qué habitación se alojaba, la acompañe y cuando él la vio... le cerró la puerta en la cara. - Relató hablando muy rápido como siempre que se ponía nerviosa.

- Entiendo. - Dijo Summer sabiendo lo sensible que se ponía su amiga cuando de madres se trataba. - Es más desgraciado de lo que pensamos.

- Es el diablo.

Las chicas salieron juntas de la cocina, Summer se despidió y Audrey fue a servir el estofado a la mesa de los señores McCartney.

- Buen provecho. - Le dijo a los clientes, y al girar casi choca con un muchacho.

- Lo siento. - Dijo Percy. - Eso se ve bien ¿Hay un plato más?

- Claro, enseguida le traigo - Respondió con una actitud distante.

Para su desgracia, teniendo casi todas las mesas disponibles, él decidió sentarse en la barra.

- Está delicioso. - Dijo luego de probar la primer cucharada.

- Gracias. - Su alago la hizo ruborizar y, por un momento olvidó su enojo, pero cuando lo recordó se concentró en sus tareas, puso unos platos a lavarse y un plumero a quitarle el polvo a las botellas en los estantes.

Se arrepintió de no haberlos sacudido a lo muggle para darle la espalda y no verlo, así que se puso a leer una revista que encontró por ahí.

- ¿Tu madre te enseñó a cocinar?

- No. - Contestó cambiando de página sin mirarlo - Yo no tengo madre.

- Oh, lo siento. - Percy se sintió idiota, había olvidado el rumor que rondaba cuando iba a la escuela.

Audrey    [Percy Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora