Capítulo 1: Memory Lost. Parte I

2.3K 148 216
                                    

|| Memory Lost.

Stiles.



Es de noche, las luces de las sirenas de tres patrullas y una ambulancia iluminan la calle, hay un leve bullicio a nuestro alrededor y un minúsculo grupo de personas se ha conglomerado más allá del perímetro que Parrish y Strauss han delimitado sin necesidad de usar la cinta amarilla.

Hago una mueca de dolor mientras el paramédico coloca un estribillo en mi mano derecha. Scott y el mequetrefe observan atentos, ambos lucen preocupados, pero no por mí.

—¿Stiles?

Al oír la inconfundible voz de mi novia, borro cualquier rastro de dolor de mi cara y giro sobre mis talones, olvidándome por completo del paramédico que trataba mi torcedura luego de que yo insistiera en que me había roto un hueso.

—¡Mer! —exclamó jovial, realmente feliz de verla. Ella, por otro lado, luce molesta de verme.

—¿Qué haces aquí? Creí que tú y las chicas estaban teniendo un día libre de hombres —formula Isaac con curiosidad.

—Así era. Y estábamos por cruzar la calle para ir a cenar a Olive Garden cuando vimos pasar una van a toda velocidad con un chico-perro en el parabrisas seguida por un Jeep azul cielo sobre el cual había dos locos parados en el capó —responde áridamente, cruzándose de brazos y paseando sus bonitos pero enojados ojos chocolate por nosotros—. Entonces díganme, ¿qué rayos pasó?

—Eso es exactamente lo que yo quisiera saber —expresa mi padre, llegando de la nada y parándose a un lado de mi novia—. ¿Qué diablos estaban pensando ustedes tres?

—Solo tratábamos de ayudar —enuncia Scott cual niño regañado, mientras que su beta agacha la cabeza.

—¿Por qué no me ayudan a entender ¡qué diablos pasó aquí!? —papá insiste, inconforme con la respuesta obtenida.

—Bueno —el mequetrefe resopla y se rasca el codo derecho—, tratamos de persuadirlo de orillarse.

—Gentilmente —añade Isaac para suavizar las palabras del zoquete.

—Se estaba escapando —Scott se apresura a decir.

—Se escapó —papá nos recuerda nuestro fracaso.

Meredith menea la cabeza y sacude las manos.

—Lo siento, pero ¿de quién hablan? ¿Quién escapó? ¿Y por qué lo perseguían? —inquiere, su mirada cayendo en cada uno de nosotros hasta llegar a mi padre.

—¡Una mente criminal maestra! —declaro, dando un paso al frente y recibiendo al instante la atención de mi novia, quien frunce el ceño y enarca una ceja—. Es obvio que lo era, sino ¿por qué escapó?

Papá se pellizca el puente de la nariz y resuella.

—¿Quieren adivinar qué era la mercancía robada? —nos pregunta serio, a lo que el par de hombres lobo, Meredith y yo asentimos. Él nos guía hasta la van blanca que perseguíamos, abre las puertas traseras y se hace a un lado para que podamos ver el interior.

Lo que veo en la van no me escandaliza, pero estoy seguro de que el contenido debe de ser muy importante, lo suficiente como para que alguien quisiera robarse un montón de tanques.

—Equipo médico que salvaría vidas en alto peligro —pronuncio, tratando de adivinar qué es lo que los tanques resguardan. Papá niega con la cabeza—. ¿Gas venenoso? —vuelvo a intentarlo.

—Nop.

—¿Lleno de drogas? —lo intento una vez más.

—Helio.

About The Wild Hunt | AW&W: 5 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora