Capítulo 7: Haunted. Parte I

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|| Haunted.



Entro a mi casa con ganas de tirarme al suelo, ahí mismo en el recibidor, mientras escucho alguna canción triste, igual que la niña protagonista que vive en Hawaii en esa película de Disney, pero desisto de hacer tal cosa. Estaré más cómoda en la privacidad de mi habitación, allí los chicos no podrán verme llorando cuando regresen.

Para mi desgracia, debo secarme las lágrimas empapando mi rostro antes de lo planeado, pues alguien llama a la puerta cuando apenas he subido la mitad de las escaleras.

Castiel ladra, saliendo de dondequiera que estuviera, y se sienta frente a la puerta sin dejar de emitir tal sonido. Por la forma en que gruñe cuando me dirijo a abrir, deduzco que la persona al otro lado no es de su agrado o es un desconocido. Antes de girar el pomo, lo agarro del collar para evitar que vaya a atacar a la persona o a salir corriendo.

Al abrir la puerta veo a Liam, cabizbajo y con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Más allá de su figura distingo el auto de Mason alejándose. Carraspeo un poco, él levanta la mirada al instante.

—Mer —pronuncia en un hilo de voz.

Castiel le ladra, pero ya no me parece que sea en desconfianza, sino más bien como un saludo.

—¿Qué haces aquí? —inquiero ronca, a causa del llanto que duró desde el elevador del hospital hasta hace un minuto—. Es tarde —añado, para quitarle un poquito de brusquedad a mi pregunta.

—Lo sé. Es solo... ¿Estuviste llorando? —termina preguntándome con preocupación tiñendo su voz.

Niego con la cabeza, aunque me retracto al instante y cambio el movimiento por uno afirmativo, mordiéndome el labio inferior.

—Me machuqué el dedo con la puerta del auto —me excuso—. No es nada —aseguro, esbozando una diminuta sonrisa.

—De acuerdo —enuncia, creyéndome—. Yo, uh, quería saber cómo te fue. Sé que Scott te mandó a buscar la reliquia de Allison.

—No me fue mejor que a ustedes —expreso con voz queda, bajando la mirada. Pongo todo de mí para no soltarme a llorar de nuevo, no frente a él—. Quieres, ¿quieres entrar? —inquiero al darme cuenta de que estoy siendo un tanto descortés al mantenerlo en el porche.

—No, er, es tarde y mañana hay clases —me dice tranquilo, esbozando una diminuta sonrisa—. Solo quería pasar a ver cómo estabas porque no contestabas mis llamadas y me preocupé.

—Okay, bueno, entonces te veo mañana —bisbiseo, él asiente y se acerca a mí para depositar un casto beso sobre mis labios.

—Descansa. Te amo —pronuncia a modo de despedida.

Le doy mi mejor sonrisa, pero no digo nada, tan solo me limito a verlo dar la media vuelta y alejarse. Castiel le ladra una vez más, justo antes de que yo cierre la puerta y, ahora sí, me dejo caer al suelo.

Con todo el dolor de mi alma, me digo a mí misma que quizás mi hermano y mis amigos tengan razón. Stiles no es real, toda la evidencia apunta a que es así, y debo dejar de perseguir a alguien que no existe para poder concentrarme en nuestra batalla contra la Cacería salvaje; debo dejar de perseguir a alguien que no existe para enfocarme en el chico que me ama, que me entrega su corazón entero en bandeja de plata, que me cuida y se preocupa por mí.

Mi relación con Liam es real, él es real, y cuanto más rápido lo acepte menos posibilidades hay de que yo acabe haciéndole daño, de que acabe rompiéndole el corazón. Asimismo, cuanto más rápido lo acepte, menos sufriré yo por la falta de alguien que, muy a mi pesar, jamás existió.














About The Wild Hunt | AW&W: 5 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora