Capítulo 4: Bad Luck Day, Love. Parte III

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|| Sundowning.



Mientras la mujer coyote guarda unos libros en el interior de su casillero, mi hermano y yo le damos un resumen de nuestra no tan exitosa visita al sheriff a ella, Lydia e Isaac, lo cual es un tanto difícil ya que mi novio también está aquí y debo procurar no decir nada de lo que él todavía no pueda enterarse. Gracias al cielo, apenas vamos por la parte de la fotografía del señor Elías Stilinski cuando somos interrumpidos abruptamente.

—Stilinski dijo que no, ¿cierto? —Malia suelta casi con sorna, sin mirarnos.

Siendo parte de la media luna que hemos formado de manera inconsciente alrededor de ella, cambio el peso de mi cuerpo de una pierna a otra antes de hablar:

—Adivinaste.

—Pero iremos de cualquier modo —formula, aunque no suena a pregunta, metiendo su ahora vacía mochila en el reducido espacio delante suyo.

—Adivinaste otra vez.

Malia cierra la puerta de su casillero y al tiempo en que le pone el candado, mi novio abre la boca.

—O podrías quedarte y ayudarme a convencer a Gwen de que está en peligro —medio le implora, encogiéndose de hombros con ligereza.

A través de mensajes de texto en el grupo de chat de la manada, Lydia nos informó acerca de la conversación que tuvo con Gwen (y que no salió del todo bien) durante el quinto periodo; tal parece que la chica de segundo año vio también a los jinetes fantasma, lo cual significa sin duda alguna que es su siguiente víctima, pero cuando la pelirroja le explicó el por qué está en una situación de peligro, creyó que solo se burlaba de ella.

—No es tu trabajo convencerla. Es tu trabajo mantenerla a salvo —corrige Scott a mi novio, dirigiéndose a él con tranquilidad y paciencia.

A su vez, todos empezamos a caminar por el pasillo en dirección a la salida más cercana.

—Solo secuéstrala —le aconseja Malia, haciéndolo sonar como si fuera la opción más viable y sencilla.

Sacudo la cabeza al instante, posando la mirada en Liam.

—No la secuestres —advierto, al igual que el resto de la manada, nuestras voces casi sonando como un coro.

—Regresaremos en la noche, después de que hablemos con el papá de Stilinski —expone mi hermano, agarrando las asas de su mochila.

—¿De verdad tenemos que hacerlo? —la coyote nos cuestiona, mirándonos ceñuda.

—Es nuestra única pista —bisbiseo a modo de recordatorio.

—Okay, ¿pero y si los jinetes fantasma aparecen? —Liam inquiere, angustiado.

—Entonces lo resuelves —le dice Scott, mirándolo por encima del hombro ya que viene un par de pasos por detrás, en medio de mis dos mejores amigos—. Además, no estás solo. Lydia e Isaac se quedarán a ayudarte. También tienes a Mason y Corey.

—Solo encuentra un lugar seguro para Gwen y mantenla ahí —manifiesto, acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja. La salida está a unos pocos metros.

—¿Alguna sugerencia?

—No importa. Mientras la mantengas a salvo —le asegura Scott.

—Ya pensaremos en algo —emite Lydia con calma.

—De acuerdo.

—Llámenos cuando lleguen al asilo —nos pide Isaac, alzando un poco la voz.

Asiento en respuesta, cruzando el umbral de las puertas dobles junto a mi hermano mayor.

About The Wild Hunt | AW&W: 5 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora