Capítulo tres.

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Hola, ¿qué hace a punto de dormir o qué hace? Jajajajaa, baia baia todas se me pusieron algo dramaticas con el manual y Narutín, no se preocupes, en este fic casi no habrá drama :)

¡Espero que sigas leyendo hasta el final, Shiki1221!

Saludos a mi beta, MidoriKaeru, donde quiera que estes xDDD


...


[3]

Ten lista la cena: planea con tiempo una deliciosa comida para su llegada.


La comida favorita de Menma era el pay de queso con mucho tomate. Sasuke era un experto en prepararlo al igual que su suegra. Sin embargo, Naruto no sabía usar el horno, podía cocinar excelentes platillos que no necesitaran la parte baja de la estufa. Recordaba muy bien como anteriormente había comenzado un incendio que su esposo se encargó de que no se propagara. Desde ese día tenía prohibido usarlo, pero ¡ya habían pasado años! Podía intentarlo...

¿A quién quería engañar? Podría pedirle un poco de ayuda a su vecina con ella, Menma no tenía que enterarse que no lo había preparado él. Y con el pensamiento de conquistar el marchito corazón de su hijo, puso manos a la obra.

Dos horas después, Sasuke y Menma llegaron a casa. El pequeño azabache era muy orgulloso, jamás diría que pequeñas lagrimas habían salido de sus ojos, dolido con su padre por haberlo olvidado. No era la primera vez que pasaba, pero en esa ocasión habían herido su orgullo, la necesidad de amor era latente, más en esa ocasión.

Caminó apesadumbrado por la casa, hasta que un olor peculiar deslumbró sus sentidos. Corrió hacia la cocina encontrando a su rubio padre maldecir mientras movía su mano. Naruto se había quemado al sacar la charola del horno, el muy idiota de Shikamaru se lo había advertido y aun así le había pasado.

— ¿Estás bien, dobe? — preguntó Sasuke a su espalda.

— Sí — susurró mientras se chupaba la herida.

— Déjame ver.

— He dicho que estoy bien, teme...

Sasuke tomó su mano en un movimiento brusco mientras las mejillas del rubio se teñían de vergüenza. Revisó la herida, pero sólo había sido superficial, nada de lo que debería de preocuparse. Lo soltó verificando que su cuerpo no tuviera otra herida y negó con la cabeza. La cocina había quedado hecha un desastre al igual que su esposo. Tenía manchas de harina en la cara y el cabello, su ropa tenía pedazos de maza y su mandil favorito tenía clara de huevo embarrado.

— ¿Lo has hecho para mí, ttebane? — preguntó el niño con el rostro iluminado.

Naruto había estado a punto de reñir a su esposo por su falta de tacto, pero cuando miró la pupila dilatada de su pequeño retoño supo que toda esa odisea había valido la pena. El haberle llorado a Shikamaru para que le ayudara con el pay al punto de usar el chantaje emocional, el tener una quemadura en la mano y que Sasuke fuera a tirarle una charada, bien valía la pena por esa hermosa sonrisa que Menma no podía esconder en el rostro.

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