10.

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Autora.

—No... no es cierto—susurró la Yamanaka.

La Haruno patio una de las sillas con enojo, recordando los años que compartió con la Imonoko.

No sabía a donde queria llegar la Senju con todo esto, pero lo que si sabía es que Karin es la persona más molesta e irritante que existía en la tierra, eso lo podia asegurar.

—¡Hey!—la llamo Sasori—tranquila, podrás con ella.

Sakura negó con molestia.

—¡Ya lo se! Puedo con ella y todo su grupito junto si quiere—respondió con desgano—pero el dia que le rompí la nariz, le prometi a Tsunade que no volvería a tener problemas con esa tipa.

Por algo las habian separado. La Haruno no la soportaba, y para su suerte, era mutuo.

—¿Y que piensas hacer? ¿Te convertiras en la buenesilla y virgen para no tener problemas?—se burló Temari.

La pelirosa la miro y negó con diversión. ¿Ella? ¿Buenesilla? ¿Virgen? Pff, Porfavor.

—Ya me las ingeniare—respondió sentandose sobre el escritorio.

El Inuzuka se acercó y se sentó frente a ellos.

—Bueno, yo no se ustedes. Pero yo estoy feliz porqué pronto podre probar esos deliciosos shoots—decía anonado imaginandose un vaso de alcohol en sus manos.

Esto hizo que todos soltaran una carcajada.

—¡Yupi! ¡Quiero otro shoot!

Se escucho la voz de Kakashi, afuera del salón. Para luego verlo pasar corriendo frente a la puerta con una botella entera en su mano.

Se miraron incrédulos con la quijada hasta el piso.

—Tranquilo Kiba—lo calmaba Gaara.

Eso hizo que miraran en su dirección encontradose al Inuzuka en un rincón de la habitación, susurrando incoherencias.

—Maldita Karin, maldito Kakashi... ¡Malditos todos!—susurraba con lagrimas en sus ojos—tranquila botellita papá Kiba ira a buscarte pronto.

Tenten suspiró y se dispuso a sacar la tarjeta del Psicologo, denuevo.

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La puerta fue abierta dejando ver a la directora recargada en el marco.

—Si claro, he tenido mejores besos— aseguró el Uzumaki, restregando sus labios con fuerza. Teniendo un pequeño escalofrío al recordar el beso que le robó Shion.

Tsunade carraspeo para darse a notar, esto hizo qué el salón quedara en silencio.

—¿Dónde esta la señorita Imonoko?—preguntó mirando a su alrededor.

Tayuya levanto su mano, queriendo hablar.

—Esta en el baño, quitandose el tinte.

La Senju suspiró y se sentó en el escritorio, dispuesta a esperarla.

—¿Y ahora qué?—susurró el Uchiha.

Suficientes problemas habian tenido por culpa de la peli-roja.

—Espero que está vez los que salgamos pagando, no seamos nosotros—Comentó el Nara.

Karin alzó una ceja, al notar tanto silencio cuando entro. Miro extrañada su alrededor, hasta que notó a la directora sentada a un extremo.

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