O C H O

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Dos dias han pasado y mi relación con Darwin a mejorado,  ya no me golpea ni peleamos como antes,  llega temprano y cena conmigo;  por lo que me dijo esta mañana,  Dario llega hoy pero no se a que hora.  El relog de mi habitación marca las tres de la tarde,  aun no he almorzado porque no tengo hambre,  na en realidad si tengo pero no quiero comer sola en ese gran comedor.

Tocan mi puerta ganándose mi atención,  doy el permiso para que entren y lo hacen;  no me volteó porque de seguro a de ser Eva o alguna de las chicas de limpieza.

—No piensas saludarme—sonrio al reconocer la vos, volteo y una gran sonrisa se dibuja en su rostro. Dario me abraza como saludo y yo a el.

—Pense que no vendrias—digo y me separo de el.

—Eso jamas, tengo que venir para que comas—se crusa de brazos, agacho la cabeza un poco avergonzada—Samara encerrarte y no comer no te hace bien para tu salud—lo miro, su vestimenta es un traje bien planchado color negro, es guapo al igual que su hermano, de hecho los hermanos Smith son muy apuestos.

—Lo siento.

—Ven vamos a comer—frunso el ceño—no me mires asi, tengo mucha hambre—soba su vientre plano

—Esta bien—ambos bajamos y juntos almorzamos, Dario me cuenta sobre su viaje, me cuenta que le fue muy bien remplazando a su hermano en Moscú, a pesar de que no le gusta el negoció familiar lo  hace como agradecimiento a su hermano mayor.

(...)

La tarde la pase de lo mejor junto a Dario,  le platiqué como era mi vida antes de que mis progenitores me entregaran al famoso Darwin Smith.  Las horas se pasaron volando,  me enseñó gran parte de la mansión y con una puerta trasera nos encontramos en lo que yo llamaria el jardin de mis sueños,  hay rosas,  rosas de todo color y muy bien cuidadas,  siempre me gustaron las rosas,  de hecho son mis favoritas;  en la universidad Nat y yo expusimos sobre las rosas y nuestro proyecto fue uno de los mejores,  como agradecimiento las plantamos en el campus y quedaron lindisimas.

—Esto es hermoso—digo y huelo las rosas que tengo al frente mio,  Dario sonrie con sierta melancolía—¿sucede algo,  eran de alguien en especial? —me atrevo a preguntar al chico al frente mio.

—Eran de mi madre—¿eran? Lo miro y me arrepiento de haber preguntado ya que su rostro dice no querer hablar del tema—ella y mi padre eran muy respetados en el negocio familiar,  un dia—deja de ver hacia otro lado para mirarme—olvídalo—sonrie,  se acerca a mi y pasa su brazo por mis hombros,  caminamos hacia la entrada en silencio hasta que el deside romperlo—¿Te parece si cenamos fuera?—lo miro horrorizada, quiere que su hermano nos mate—tranquila se lo dire a Darwin

Asiento como respuesta,  llegamos a lo que es la habitación de Darwin,  el se retira indicandome que a las ocho nos iremos,  veo el reloj y tengo exactamente una hora y media antes de que el pequeño Smith venga a recojerme,  una hora y media mas tarde nos encontramos viajando hacia el centro de los Angeles,  Dario parquea el auto al frente de un lujoso restaurante,  se baja y lo rodea para abrirme.  Ambos entramos al restaurante con una reservación por parte de los Smith,  un chico joven nos guia hasta a una mesa donde ya sentada se encuentra una persona,  frunso el ceño al reconocer su espalda y figura,  miro a mi cuñado y el solo sonrie,  mis ojos se hacen agua y a paso rapido llego a la mesa;  su sonrisa se dibuja en su rostro al verme y de un salto se para para enfundarme en un fuerte abrazo,  suelto un sollozo en sus brazos;  somos de la misma estatura,  nos separamos y sonrio por verla una ves mas. Dario nos invita a sentarnos y los tres empezamos a entablar una linda conversación.

—¿Pero como?—miro a mi mejor amiga y a mi cuñado que sonríen cómplices,  este ultimo mira através de mi hombro a alguién que reconozco al sentir sus manos en mis hombros.

—Yo la traje—mi piel se eriza al sentir su tacto,  me da un beso en la cabeza y se sienta a mi lado—Dario,  Natali—saluda a ambos chicos.

—Señor Smith—saluda mi amiga con una sonrisa. Su hermano solo lo saluda moviendo su cabeza.

—Nada de señor Natali—dice y toma mi mano—solo Darwin porfavor,  ahora tu eres de la familia—me mira—no necesitamos formalidades—dejo de mirar mi plato vacio para mirar sus ojos azules que no dejan de mirarme— Mi mejor amiga sonrie asiendo que la mire y le devuelva el gesto.

—¿Como vas en la Universidad Nat?—pregunto mientras esperamos la comida,  mi amiga da un sorbo a su copa de vino y me mira sonriendo.

—Todo cambio desde que tu dejastes de ir—agachó la cabeza para no llorar,  yo queria graduarme con mi mejor amiga y a este paso nunca lo are—hable con el director para que no te saque del mapa,  ya que eres hija de celebridades me dijo que puedes reformar tus clases cuando estes dispuesta.

—¿Que le dijistes porque no iba?—also la cabeza,  todas las miradas son en mi pero yo solo puedo ver la dulce y tranquilizadora mirada de mi mejor amiga,  trato de no llorar y eso es algo que en cualquier momento no podrán evitar.

—Solo que estas indispuesta por ahora—dice y toma mi mano—con asuntos familiares—mira a los hermanos que nos miran y luego a mi dedicandome una sonrisa reconfortante.

—Gracias—digo,  la comida llega y con esto nuestra platica termina;  la cena la pasamos entre charlas enre todos,  reimos por chistes malos de Dario.  La cena termina,  me despido de mi mejor amiga con un fuerte abrazo y lagrimas por parte de ambas,  Dario se encarga de llevar a Nat a su casa y yo me retiro con mi marido, llegamos a casa nadie dice nada,  me ducho primero y luego el,  antes que el me acuesto,  cierro los ojos recordando como era mi vida antes de ser vendida a Darwin,  mis pensamientos son interrumpidos por pequeños besos en mi cuello,  abro los ojos para encontrarme con la mirada de deceo de mi marido,  ambos nos dejamos llevar por nuestro deceo y terminamos asiendonos uno.


CASADA CON UN MAFIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora