T R E C E

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—¿Y que le dijistes? Digo,  osea después de que te preguntará.

Me meto un pedazo de frutilla a la boca y contempló las ectareas de lo que sea que Darwin tenga sembrado.  Alrededor de la casa hay muchos árboles diría yo que un pequeño bosque pero más aya de ellos ectareas de siembra se ve.

—Se quedó muy preocupada dijo que esperaba que no pasará nada malo entre tu y el y que los malos entendidos se pueden arreglar con palabras. 

—Ui si mira que con palabras hablamos—me señalo,  tengo un ojo morado, el pómulo y el labio partido,  moretones por muchos lado de mi cuerpo y me duele la cadera al caminar—si supiera que mi maridito es un maldito machista.

—De seguro te dijera que lo denuncies.

—Probablemente—ambas nos reímos y encuento escuchamos que tocan la puerta nos callamos y vemos en su dirección.

—Adelante—digo y la puerta es abierta, sonrió al ver a mi cuñado entrar con una caja en las manos pero dejó de sonreír al ver a Darwin entrar con cara de pocos amigos.

—Hola chicas miren lo que les trajetraje.

—¿Que nos trajiste?—miro a mi amiga y a Darío como se sonrien. Darío le da la caja y ella lo mira—chocolates—se encoje de hombros.

—Cuando me llamaron para desirme que les traiga algo dulce no sabía que más traer. 

Sonrio. Veo a Darwin buscar ropa y entrar al cuarto de baño.

—A mi me encanta el chocolate, gracias—digo sonriendo y abriendo la caja para empezar a comer el dulce.

Veo a Darwin salir sin mirarnos ni hablarnos,  Dario se nos une y empieza a comer y a contarnos como le fue en Inglaterra,  estos chicos si hacen viajes. Veo mi celular al escucharlo sonar,  un mensaje nuevo de un número desconocido.

No llegare a dormir esta noche le puedes decir a Natalia que se quede, espero y te comportes.
Darwin S.

No le respondo simplemente guardo el número y dejó el celular aún lado. Que aga lo que quiera igual yo no puedo ni moverme bien como para que me diga que me comporte.

(...)

Una semana después.

—Que tenga buenas tardes—me dice el portero de la Universidad una ves firmó ,  le sonrió y tras un igualmente salgo de la Universidad. Miro a todos lados a Jack mi guardespaldas que no está como de costumbre lo hace,  prendo mi celular pero no prende.  Uuish está descargado. 

—¿Te llevo?—me parece conocido, entre sierro los ojos, ah ya se quien es. 
Le sonrió.

—Claro—abro la puerta y me subo, me pongo el sinturon de seguridad y el arranca.

—¿Que pasó que no te vinieron a recojer?.

—No lo se—me encojo de hombros—mi celular está apagado y no tengo como llamar,  ¿como así te ofresiste a llevarme?. Digo hace mucho que no hablamos.

Sonríe,  Luis fue un muy buen amigo mío pero cuando se me declaró y lo rechaze dejamos de serlo.

—Así es la vida—sonrie—hace mucho que quise volver a hablarte pero cuando me entere que te casaste preferí mantener el margen,  no quiero problemas con tu marido.

—Al parecer todos saben de mi casamiento.

—Quien no,  te casastes con una celebridad.  El famoso Darwin Smith.

—Ah si—sonrió. Cambiamos de tema,  conversamos de cosas triviales hasta llegar a las afuera de la propiedad de mi marido,  dos guardias salen con armas y revisan el auto.  Uno de ellos toca el vidrio de la ventana de Luis mientras en otro lo rodea inspeccionandolo.

—¿Que deceas?—el hombre que no logró verlo bien le habla a Luis.

—Vengo a dejar a la señora Smith—veo como se agacha un poco el hombre y me mira.

—Señora—saluda.

—Buenas tardes—le sonrió.

—Informaremos su llegada pero el auto no puede entrar a la propiedad—dice y empieza a hablar por radio.

—Que me aigas traído hasta aquí es suficiente Luis—digo y abro la puerta.

—¿Segura?—asiento, sonrió y le doy un beso en la mejilla—adiós.

Me bajo y camino a la entrada, veo el auto irse.  Espero que los guardias me digan algo o me dejen entrar.

—El auto del señor vendrá enseguida—asiento y me siento en un banco hasta esperar que lleguen por mi.

Inspecciono con la mirada al igual que en la casa hay árboles que rodean toda la propiedad,  me gustaría caminar pero esta lejos.  Si en auto son como veinte minutos cuanto más serán a pies.

Después de esperar alfin llegan por mi,  Jack se baja y me abre la puerta entró y me sorprendo al ver a Darwin dentro.  Mis alarmas se ensienden y mi cuerpo tiembla.

—¿Porque no has llamado para que te vayan a buscar?—dice sin mirarme.

—Se supone que Jack sabe a que hora salgo además tengo el celular sin batería.

—¿Natalia no tiene celular?.

—No a ido,  tiene gripe y no a podido ir hoy a clases.

No dice nada,  sube el vidrio que nos divide a Jack y a nosotros,  lo miro alarmada.

—Darwin...

Pone un dedo en mis labios callandome.

—Vas a decirme quien es el que te trajo. ¿Oke?—asiento,  trago duro y me aguanto las lágrimas. Quita el dedo de mi boca.

—Es un amigo.

—¿Un amigo?—asiento.

—Esta con nosotras en la Universidad lo conosco desde hace mucho tiempo. Solo se ofreció a traerme y como Jack no habia ido a verme le dije que si.

—Esta bien—para el auto y nos bajamos,  antes de entrar me toma de la mano asiendome estremecer.  Me jala a su cuerpo y besa mis labios—bienvenida a casa.

Le sonrió y entramos.

CASADA CON UN MAFIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora