Capítulo #12
Abro los ojos, parpadeó un par de veces hasta acostumbrarme a la luz, also la mirada al reloj de la pared y veo la hora las dies de la mañana, trato de levantarme y no puedo. Miro a mi alrededor, miro mis manos y una intravenosa esta pegada a mi piel. Los recuerdos me llegan a mi mente y una lagrima resbala por mi mejilla. La puerta es abierta y mis nervios se alteran asiendo que una maquina a mi lado aga un sonido extraño.
—Samara que bueno que has despertado—se acerca a mi con preocupación—¿como te sientes?.
La puerta es abierta nuevamente y me aterroriso al ver al causante de que yo este en esta cama conectada a estas maquinas que no se para que son, entra junto a Dario.
—Tengo derecho a verla es mi mujer—le dice el mayor al menor.
—Tu lo has dicho es tu mujer no tu saco de boxeo—no se dan cuenta que estoy despierta y se paran a discutir.
—No me provoques Dario, sabes de lo que soy capaz.
—No Darwin tu no me provoques porque soy capaz de decirle toda la verdad a Samara.
¿Que verdad?.
—Señores Samara ya a despertado—ambos hombres se acercan a la cama para verme pero al sentir a Darwin serca sierro los ojos.
—¿Porque sierra los ojos?—escucho su vos.
—Todavia lo preguntas—suelta con ironía Dario.
—Dario—advierte Darwin.
—Señores Samara a estado inconsciente por dos dias—abro los ojos ¿dos dias?—debe descansar por favor retírense.
La doctora Evans trata de sacarlos, con mis brazos trato de levantarme pero un dolor invade mi cadera asiendo que suelte un grito acompañado de un gemido. El trio corre en mi dirección y me intentan ayudar pero los rechazo.
—No—lloro—no me toquen, ustedes estan cortados con la misma tijera. Prefiero morir que seguir viviendo un día más en esta maldita mansión.
Lloro de impotencia, me duele la cadera y no puedo levantarme. Evans me toca y al sentir mi gemido sabe donde me duele.
—Tienes un hematoma en la cadera, es un golpe fuerte, si, pero con medicamento se sanara, te afectará al caminar mientras te recuperes asi que lo mejor que puedo recomendarte es reposar y tomarte tus medicinas.
Se va después de sacarme todos esos aparatos de mi cuerpo, trato de levantarme pero me duele. Darwin se acerca a ayudarme pero me alejo de el, lo rechazo.
—¡EVA!—grita asiendo que la mujer llege corriendo.
—Me llamó joven.
—Ayuda a Samara en todo lo que sea necesario—ordena y se sienta en los muebles. Dario se levanta y se acerca a ayudarme.
—Perdon por lo que dije, tu no eres como el—susurro mientra logro pararme con su ayuda.
—Tienes razon ambos somos cortados con la misma tijera pero no iguales.
Me veo en el espejo de cuerpo entero y un escalofrío recorre mi piel, mi cara esta horrible llena de golpes, morados y partiduras. Las lagrimas lastiman mis heridas, trato de dar un paso sola y el dolor en mi cadera me lo impide.
—Yo puedo—digo al ver a Dario quererme ayudar.
—Fuera todos—su orden llega a mis oidos asiendome estremecer del miedo. Miro a Dario con suplica, no quiero quedarme sola con el y ¿si me mata?—tu también Dario.
El nombrado rueda los ojos y se va al igual que Eva. Ahora si quede sola y a su merced, va a terminar lo que empezó, me va a matar por haberlo golpeado. Cierro los ojos al sentir sus pasos, me toma con mucho cuidado entre sus brazos y me lleva al cuarto de baño. Me deja en el suelo y llena la tina.
Saca mi ropa y la de el juntos nos mete. Me estremezco al sentir el agua fria en mi adolorido cuerpo.
—El agua fria quita todo malestar en el cuerpo solo relájate—dice y me abraza hasta tenerme en su pecho. Acaricia cada parte de mi con delicadeza—perdóname—susurra en mi oído—no se que me pasó y me descontrole.
Las lagrimas salen de mi rostro y en silencio lloro, se que sabe que estoy llorando y que es por su culpa pero aun asi no lo miro al rostro.
(...)
Acabo de llamar a Nat para contarle todo, Darwin me devolvió mi chip y me dio la clave del wifi, pago mi plan y su orden es que solo debo llamar a mi guardaespaldas, a Nat, Eva, Dario y a el. Mi celular no lo debo utilizar para otra cosa que no sea para comunicarme con los mios. Pero lo que el no sabe es que yo nunca sigo ordenes.
—¿Y crees que me permita verte?. Digo después de todo estuvistes en mi casa ese dia.
—Eres mi mejor amiga Nat siempre seras bienvenida.
—Ire mañana a pasar el fin de semana contigo ¿Okey?.
—Ok, nos vemos luego—cuelgo la llamada y me quedo observando la pantalla en el celular. Sonrio melancólica. Falta poco para las once de la noche y aun no tengo sueño. Escucho pasos y la cerradura de la puerta sonar, sierro los ojos sabiendo quien es. Camina en la habitación, con sumo cuidado abro apenas los ojos y lo veo entrar al cuarto de baño, suspiro. ¿Hasta cuando esta vida?, siento como se acuesta y se mueve, giro mi rostro hacia el y lo veo mirándome rápidamente miro al techo. El silencio reina entró nosotros.
—¿De que verdad hablaba Dario?—soy yo quien rompe el silencio, lo siento moverse y mirar al techo al igual que yo.
—No se de que me hablas.
—Claro que lo sabes—lo miro y el a mi—que no quieras decirme es otra cosa.
—¿Desde cuando tengo que darte explicaciones?—ago una mueca, pero yo si tengo que dárselas eh—Darío es un tonto que no sabe lo que dice ahora duerme que ya es tarde.
No digo nada, con mucho cuidado me pongo cómoda y cierro los ojos, Darío no es tonto lo que aquí pasa es que hay muchos secretos.
ESTÁS LEYENDO
CASADA CON UN MAFIOSO
De TodoDecir "Aceptó" el dia de tu boda es lo mejor ¿verdad?. pues yo creo que no y peor aun si decir "Aceptó" es por obligación. me llamo Samara Saleen y te invito a que conozcas mi tragica historia de como mis padres me entregaron a un extraño. Que no...