Prólogo

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Se podia apreciar una enorme destrucción por todo el lugar, una tormenta amenazaba con comenzar, el viento crugia cruel dandole un escalofrío a todo aquel que se encontraba ahí. Los presentes miraban con tristeza a la pareja que yacía recostada debajo de un árbol con un pequeño bulto entre ellos, a pesar de sus heridas de gravedad y que poco a poco comenzaban a sentir como la vida se les estaba acabando, tenian una hermosa sonrisa en sus rostros, apreciando a aquel bultito que representaba su mas grande tesoro, una pequeñita de apenas unas cuantas horas de nacida, que poseía unos mechones negros en su pequeña cabecita.
La pareja sabía que se les acababa el tiempo asi que con mucho esfuerzo decidieron despedirse de su hija.

Mi chiquita, como nos hubiera gustado pasar mas tiempo a tu lado~ dijo la mujer suavemente sobre la cabeza de la pequeña dandole un suave beso a esta misma.

El hombre a su lado abrazo a ambas y las acomodo el su pecho y continuo hablando~ pero eso no significa que te vallamos a dejar, siempre vamos a estar a tu lado y quiero que sepas que tanto tu mamá como yo te amamos más que a nada en el mundo, eres nuestro mayor tesoro.

Cuidate mucho, no causes muchos problemas como tu tonto padre~ dijo la mujer.

Oye!~ replico indignado el, aunque con mucha dificultad ya que el moviento le producia mucho dolor.~ Bueno, nunca te rindas, ten un sueño y lucha por el con todas tus fuerzas.

No te sientas mal si las cosas no te salen bien al principio, recuerda que del fracaso se aprende~ Continuo ella con una leve sonrisa.

Ten nakamas, no necesitas muchos, incluso si solo es uno, son muy valiosos y estaran contigo hasta el final, reiran contigo y tendran aventuras juntos~ dijo el hombre haciendo que todos elevarán sus labios en una pequeña sonrisa.

Alimentate bien, tienes que crecer muy fuerte y hermosa, asi tendras a muchos chicos detrás de ti~ dijo con una sonrisa traviesa la madre de la pequeña.

No, no le hagas caso a tu madre, no necesitas a muchos chicos, con que sea uno que te quiera y valore por lo que eres, que te proteja aun con su propia vida y te respete me doy por bien servido.~ dijo con una seriedad inusual en él.

Ella lo miro con ternura~ Si tienes razón, ah!  pero que tambien sea guapo ehh.~ termino divertida.

La pequeña abrio muy despacio sus ojitos, dandoles una mirada cansada, tenia unos hermosos ojos marrón oscuro,  pero lo que sucedio los dejo muy sorprendidos... sonrió, les sonrió a ambos levantando hacia ellos sus manitas, que tomaron los dos, con lagrimas en los ojos le devolvieron la sonrisa.

Te amamos~ terminaron de decir al mismo tiempo para así, finalmente cerrar los ojos para ya no abrirlos nunca más.

El llanto de las personas se intencifico, y con la muerte de ambos, poco a poco comenzaron a caer gotas de lluvia, algunos ocultaban sus lagrimas bajo su cabello en un intento inútil de ser fuertes, no era justo, no se lo merecian, ninguno de los dos.

La tormenta comenzo a hacerse mas fuerte asi que alguien se acerco a la pareja y tomo a la pequeña en sus brazos, tratando de protegerla del frío y de la lluvia.

¿Qué pasara con ella?~ pregunto débilmente. Los precentes bajaron la cabeza en frustración, ninguno de ellos estaba calificado para cuidarla, no con el estilo de vida que llevaban.
Un gran silencio se formo en el lugar, no podian simplemente dejarla a su suerte, y tampoco con sus conocidos ya que será el primer lugar en donde la buscarán.

Yo lo hare~ dijo una mujer muy hermosa caminando hacia al frente.

Algunos la miraron sorprendidos, por no decir todos, no esperaban que fuera precisamente ella la que se ofreciera.

Estas segura~ cuestiono la persona que cargaba a la pequeña con cierta sospecha.

No hay lugar mas seguro para ella que conmigo, no sospecharan de mi, nadie que no sea de la isla sabrá que ella se encuentra ahí.

No estaban completamente seguros pero no tenian otra opción, asi que con todo el dolor de su corazón, sabiendo que posiblemente no la verían de nuevo la entrego a los brazos de la mujer, que como pudo la sostuvo.ya que era la primera.vez que cargaba a un bebé.

Siendo asi entonces me retiro~ fijo alejandose del lugar, antes de irse volteo para ver al hombre que yacía recostado en aquel árbol, el cual a pesar de estar muerto mantenia una diminuta sonrisa.

Adiós~ murmuro tristemente para alejarse definitivamente dirijiendose a su nave.

La figura de la mujer se perdio en la lejania dejando así al pequeño grupo de personas con un nudo en la garganta.

No podemos dejarlos así~ dijo uno de ellos observando a la pareja.

Vamos a darles un entierro digno~ sentencio otro con seriedad.

Todos asintieron con la cabeza acercandose a ambos, levandolos con delicadeza, como.si ellos aun pidieran sentir dolor.

¿Hicimos lo correcto?~ pregunto alguien mirando el suelo con tristeza.

Fue lo mejor, no hubieramos podido hacer mucho por ella~ dijo alguien mientras encendia un cigarrillo en su boca~Pero... tengo la sensación de que la volveremos a ver, despues de todo, es hija de esos dos. ~ Termino de decir con una pequeña sonrisa, contagiando al resto de los presentes.

«Eso espero» pensaron todos.

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