||Narra Sebastián||
En un momento, lo siguiente que supe fue que el bocchan estaba sentado a horcajadas sobre mí y tomó mis manos haciendo que le sujetara de las caderas.
La posición era comprometedora sin lugar a dudas y me llenaba de lujuria el tenerle así, pero no podía hacer nada, no sin una orden suya, eso era frustrante hasta decir basta.
El que mis manos estuvieran tocando directamente su piel era inexplicable de describir, el como me provocaba, sentía como un hormigueo y ansiedad incontrolables me consumían porque deseaba explorar y tocar todos los rincones de su cuerpo. Se me quedó viendo mientras sonreía de lado, esa sonrisa ladina no pronosticaba nada bueno, no para mí o tal vez sí...
Me dio un muy pequeño beso que tenía sabor a todo menos a inocencia, a pesar de que aparentaba ser dado con duda o temor, en realidad había sido fugaz pero dejando el sabor de ser una invitación a jugar, a jugar con él.
Sebastián, llámame-. No comprendí su petición susurrada a mi oído pero trate de cumplirla, un "bocchan" salió de mis labios con duda, no parecía conforme por ello y en respuesta mordisqueo el lóbulo del oído en el que me susurró.- Sebastián, llámame
Estaba confundido, lo había llamado como siempre pero no era lo que quería ¿Cómo deseaba que le llamara entonces?
Mientras más confundido me encontraba, él parecía divertirse más con mi expresión, negó lentamente mientras mostraba señas de que se quitaría ya de encima mío, no deseaba ni quería eso.
...¿Ciel?...-. Al decir su nombre evite que se quitara, tal parecía que eso fue lo que me pidió: que lo llamase por su nombre, me sentí tan fuera de lugar cuando lo trate de tú que no tenía idea de que hacer, tantos años siendo su mayordomo y era la primera vez que lo había llamado por su nombre, era bastante obvio y aceptable que no supiera como comportarme.
No fue difícil llamarme por mi nombre ¿o sí? Ahora Sebastián, como eres un buen chico, te daré más premios por tu buen comportamiento-. Nuevamente esa actitud altanera y tratándome como un perro, pero no podía enojarme, no me era posible a pesar de que si alguien distinto me hubiese tratado así ya estaría matándolo con bestialidad, pero al ser precisamente él, simplemente era excitante, tal vez estaba desarrollando alguna parafilia sin darme cuenta.- ¿Cuánto falta para la media noche, Sebastián?
No estoy muy seguro bocchan, pero creo que aproximadamente unos cinco minutos ¿Por qué lo pregunta?-. Respondí sintiendo que de pronto cambiamos de posiciones a causa suya, para evitar aplastarle de prisa me apoye sobre mis brazos quedando cerca de su rostro que mostraba cuanto se estaba divirtiendo ¿A qué clase de juego me estaba metiendo?.- Bocchan, me gustaría preguntar a que estamos jugan... ¡¿?!
Antes de que pudiese terminar de preguntar que sucedía, tomo mi rostro entre sus pequeñas manos y comenzó a besarme tratando de hacerlo con pasión, por supuesto eso no era posible pues era obvia su inexperiencia. Pero incluso su intento logró encender algo en mí, una extrema necesidad de enseñarle como debía hacer las cosas, me encargaría de darle un buen ejemplo de como debía besar apasionadamente en ese mismo instante, sin embargo antes de poder hacer tal cosa él puso sus manos sobre mis labios, provocando que ahora sí sintiera molestia.
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Kuroshitsuji: BoF (En edición)
FanfictionDespués de muchas vivencias siendo el perro guardián de la reina, Ciel Phantomhive termina en la inesperada situación de haber sido transformado en una especie de demonio, condenando a Sebastián Michaelis a ser su mayordomo para el resto de la etern...