||Narra Sebastián||
Era recién el amanecer del quinto día desde que se me ordenó salir de la mansión para entender porque el bocchan estaba mejorando nuestra convivencia y su felicidad había incrementado a partir de que yo estuviese conforme siendo su mayordomo.
Había pensando con detenimiento sobre todo durante esos días luego de que platique con el señor Agni respecto a lo que sucedía, creía saber con certeza el sentir de él y el mío, era nuevo y peligroso pero eso lo hacía tan fascinante a mi parecer.
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Iba con paso decidido hacia la mansión en Venecia y mientras más me acercaba comencé a tener un terrible presentimiento, al llegar podía imaginar que algo malo sucedió mientras estuve ausente pues tan solo al entrar en los terrenos el olor a muerte, sangre y pólvora me dio directamente en la nariz ¡¿Qué diantres había pasado aquí mientras no estuve presente!?
En un segundo, el pánico se apoderó de mi ser y corrí por todo el camino hasta llegar a las puertas de la mansión. Durante todo el recorrido desde la entrada solo pude observar muchos cuerpos inertes regados por doquier, al igual que dentro de la casa, sangre por todas partes pero ni un solo rastro de él, revise la habitación que le pertenecía pero esta se encontraba intacta a simple vista, provocando que estuviera aun más preocupado por su bienestar.
Salí a los jardines y con horror vi su pequeño y delicado cuerpo tirado sobre el césped, su ropa y él estaban por completo bañados en sangre, se notaba que le habían disparado y golpeado mucho, pero allí no estaba lo peor, aun lado suyo había un shinigami, si mal no recordaba su nombre era William, me había tocado convivir con él durante la misión del circo y no me era agradable ni un ápice, me dispuse a lanzarle una patada pero este la esquivó con facilidad, me lo esperaba ciertamente, porque esa quería que fuera su reacción, ya que mi verdadera intención era alejarlo del bocchan.
Llegas tarde demonio, él solo se protegió y mató a todos esos sujetos, así que dado que hoy realmente no quiero hacer horas extras, me iré dejándolos pasar desapercibidos, pues tú no haz robado ninguna alma en este tiempo y ese chiquillo no se interesó en ello cuando los asesinó, sin embargo, si los vuelvo a ver no los dejare vivir, después de todo, demonios como ustedes tan solo interfieren y causan molestias en mi línea de trabajo-. No entendía, ni quise entender porque su comportamiento respecto a nosotros en esta ocasión, pero estaba bien con el hecho de que no se metiese con nosotros, por lo menos en este día, no cuando lo primordial era atender a mi amo tan rápido como me fuera posible.
Luego de que se fue ese shinigami, lo miré a él sintiéndome inútil ¿Por qué no me había llamado si estaba en peligro?
Aun sintiéndome de cierta manera mal por no haber estado cuando me necesitaba, cargué con extremo cuidado su dañado cuerpo y lo llevé a su habitación para que reposara más adecuadamente, me preocupaba su estado pero antes de centrarme por completo en atenderle, debía dejar la mansión libre de las evidencias de lo que hizo, él no podía estar en un lugar que se encontraba en tal estado.
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Luego de un tiempo todo estaba limpio, no hubo rastro alguno que delatara la masacre que realizó, por mientras, él estaba profundamente dormido y parecía estar muy demacrado, volví a sentir impotencia al no haber estado para cuidarle cuando más parecía necesitarme. Pero no era solo culpa mía al final, por su orden yo no estuve aquí presente para protegerlo, él también debía tomar responsabiliadad, pero luego reclamaría aquello, debía limpiar toda esa sangre que lo cubría y debía quitarle esa ropa sucia.
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Kuroshitsuji: BoF (En edición)
FanficDespués de muchas vivencias siendo el perro guardián de la reina, Ciel Phantomhive termina en la inesperada situación de haber sido transformado en una especie de demonio, condenando a Sebastián Michaelis a ser su mayordomo para el resto de la etern...