—¡Por fin! —expresa Anny al entrar a la casa y sacarse los zapatos —. Estoy agotada. Me imagino que tu papá debe estar plácidamente dormido, no pensé que se nos haría tan tarde.
Le doy la razón y sonrío llevando a Alan en mis brazos quien a diferencia de nosotras está completamente dormido desde hace unas horas. Como Anny venía manejando llevaba a este precioso en mis piernas y ahora me dirijo para llevarlo a su habitación. Al llegar le doy un beso y Anny quien venía detrás de mí empieza a cambiarle de ropa y me quedo embelesada observándolo.
—¿Disfrutaste de la fiesta? —pregunta aun concentrada en su labor.
—Sí.
—No mientas Emi se notaba que estabas aburrida a tal punto que elegiste cuidar a Alan de forma innecesaria que aprovechar el momento. Creo que hubieses preferido quedarte en casa.
La verdad es que sí pero tampoco es que la pasé tan mal.
—No te atormentes —digo acariciando el cabello de mi hermano —, ya sabes que me encanta cuidarlo. Además aunque simpatizo con Mónica es tu mejor amiga y por eso quise darte un respiro para que disfrutes de ella y la celebraras con tranquilidad. —me mira y sonríe —. Bueno, me voy a mi habitación. —informo acercándome para darle un beso a Alan
—Hasta mañana Emi.
Al llegar a mi habitación voy directamente al baño para disfrutar de una ducha rápida y así cambiarme por algo más cómodo y limpio porque Alan tiró algunas veces su comida en mi vestido. Cuando pienso en la celebración de la tarde no puedo evitar detenerme a pensar en él. Sus ojos profundos y ávidos no paraban de observar cada movimiento mío provocando que me pusiera muy nerviosa.
¡Majadero e idiota!
Jamás me hubiese imaginado que justamente ese estúpido tendría que ser el novio de Mónica, suficiente llevo atormentándome todos estos días por haber tenido sexo en un baño público con un desconocido que ya tiene nombre para que ahora tenga novia y que precisamente sea la mejor amiga de Anny, otra carga para echármela encima.
Papá siempre me ha inculcado hacer las cosas correctas y con sensatez aunque aquello no compagine con la mayoría de los de mi edad sin embargo me siento feliz siendo como soy, hasta que apareció el infeliz de Ronald. ¡No!, ¡qué va! Si el premio a idiota es compartido con mi ex novio y ex mejor amiga. Al parecer los mentecatos no llegan solos.
Es un cínico por traicionar de esa manera a Mónica, al fin y al cabo yo estaba soltera y pensé que él también lo estaría por la forma de mirarme, parecía que me deseaba.
«¡Ilusa!» pienso mientras me reprendo al creer que todas las personas van a actuar como yo. Son muchos para no decir todos que disfrutan tirarse un polvo cuando "se presenta la oportunidad"
Salgo del baño y me espanto al ver a Anny sentada en mi cama, su mirada es la misma que emplea cuando dice tenemos que hablar. Presiento que vamos a tener una seria charla en la madrugada, ahora entiendo por qué venía callada en el auto.
Aunque me lleve unos pocos años de diferencia se ha esforzado por convertirse en mi mamá y tomarse el papel muy en serio. No niego que me agrada sentir esa posición porque solo así percibo que tengo una madre, esa que no quiso estar conmigo. Con Isabella solo tenemos contacto telefónico y reconozco que algunas veces me cuesta decirle mamá y lo hago porque si no empieza a hablar mal de papá o Anny. Hace poco se ha unido con un hombre y creo que ya es el tercero en tan poco tiempo, agradezco que papá al final haya tomado una buena decisión porque él si se merece ser feliz.
A veces me viene ese sentimiento de culpa cuando recuerdo que fui la causante de que volviera con ella y dejara a la mujer de su vida, todo por la carta que dejé en su cama. Aún recuerdo que lloré mucho mientras la escribía y algunas veces tuve que parar porque la visión se me opacaba con las lágrimas que se acumulaban en mis ojos. En ella le supliqué que amara a mi madre y que si de verdad me amaba como tanto decía que la dejara quedarse para que se convirtiera otra vez en mi madre, la que deseaba tanto tener.
Aun con todos estos sentimientos revueltos me acerco y me siento cerca para escucharla. Doblo mis piernas para sentirme más cómoda. Lanza un suspiro antes de hablar como si se le hiciese difícil tocar el tema.
—Pensaba hablar de esta situación mañana pero al ver que tu papá está dormido y mañana quizá no nos dé tiempo para hablar lo mejor será que aproveche este momento. Ya sabes lo intenso que se pone cuando nos descubre hablando a solas —rueda los ojos y sonrío —, enseguida nos da el discurso que no quiere que le ocultemos secreto y no hay quien lo aguante después.
Vuelvo a sonreír.
—Claro que lo conozco. —le doy la razón —. Te escucho —digo para zanjar el asunto de una vez.
—Bueno Emi no sé cómo decirte esto, pero quiero que recuerdes que si te digo algo es por tu bien y no porque me quiera meter en tu vida o en tus decisiones. —asegura.
—Lo sé Anny.
—La verdad es que se me está haciendo tan difícil decirte esto —suspira y mira el techo. Se queda un momento en silencio observándome, sopesando lo que va a decir —. Cuando iba al baño a lavarle las manos a Alan te vi salir precipitadamente hacia el patio con Ronald detrás de ti y me pareció muy raro, aunque me debatí un corto tiempo en decidir lo que debía de hacer opté por seguirlos. Fue ahí cuando vi que se estaban besando, lo que sucedió después ya lo sabes.
Gracias por dedicar su tiempo a leer mi historia. Espero que les esté gustando y no se olviden de contarme lo que les parece hasta ahora.
Con cariño Gisselle
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Quiero vivirlo... no importa si me arrepiento
Teen FictionLIBRO 3 Trilogía "Querer" Emilia más que nadie sabe que para ser feliz no basta estar enamorado; el amor es tan jodido que puede convertirte en víctima de su juego. Pero lo que ella no sabe es que podría convertirse en lo que más ha llegado a odiar...