El lugar, los adornos, mesas y los bocaditos giran en torno a los girasoles. Ronald ha pedido que nuestra boda esté decorada de esa forma y a mí también me gustó la idea, por eso estuve de acuerdo.
Estoy muy feliz y mi felicidad se nota en todos los poros y no es para menos porque me voy a casar con el hombre que amo y que estoy segura amaré toda mi vida. Nos conocimos de una forma que nunca antes hubiese imaginado y no me arrepiento de haber actuado de esa manera. Quizá nuestros momentos no eran los adecuados pero nuestras almas decidieron unirse y para mí eso era suficiente.
Cuando Ronald se fue de la casa de Mónica nunca pensé que vendría a buscarme para decir que estaba enamorada de él, pero también mencionó que sabía cuándo no era correspondida y por tanto esperaba que fuese feliz. Me tomé aquellas palabras como si existieran muestras de genuinos deseos aunque quizá no lo eran en ese momento.
A veces no hay que forzar al amor.
—¿Estás nerviosa? —pregunta Anny cuando me entrega el ramo de girasoles para que lo lleve. Ya casi es hora que papá me lleve y entregue al Ronald.
—Sí, pero también estoy feliz.
Después que la relación con Ronald fue un poco más formal decidí contarle a papá que estaba enamorada, Anny en todo momento guardó el secreto de lo que había pasado entre nosotros y lo agradezco mucho porque estoy segura que si papá se hubiese enterado de todo, tal vez no estaría tan contento como ahora. A veces me siento culpable por hacer que ella le mintiera y algunas veces le he pedido perdón pero ella dice que no es necesario, que lo importante es que ahora soy feliz.
—Estás preciosa Emilia —Siento un escozor en los ojos cuando escucho que su voz le sale entrecortada —. ¿Te confieso algo? Siempre quise casarme de blanco pero nuestras circunstancias con tu padre se dieron diferente y sumado a que mi madre se oponía por esa razón preferimos hacer algo íntimo como ya lo sabes. Pero ahora estoy feliz que seas tú, mi hija la que esté cumpliendo ese sueño.
—Anny gracias —digo emocionada. Me acerco a ella para abrazarla —. Gracias por quererme, aguantarme y estar a mi lado a pesar de... —interrumpe separándose de mi y colocando su dedo índice cerca de mis labios.
—Soy feliz si tú eres feliz. Es evidente que él te ama y a veces hay cosas que se le perdonan al amor. Solo sé feliz.
Nos volvemos a abrazar y no sabemos cuánto pasa hasta que mi papá nos interrumpe.
—Creo que ya es hora amor —dice.
Asiento y respiro varias veces para detener las lágrimas que intentan salir. Veo que se acerca a Anny, la abraza por detrás y le da un beso en el cuello. Ella sonríe y se sonroja a pesar de llevar maquillaje. Se aman y quiero ser feliz como ellos.
—¿Por qué no habías mencionado que tu sueño era casarte de blanco? —interoga a Anny.
—Ese era uno de los tantos sueños de adolescentes, creo que toda niña sueña con casarse de blanco, lo que incluye el pastel enorme y esas cosas.
Papá me mira y nos sonreímos porque estoy seguro que está pensando lo mismo que yo.
—Cuando venga de mi luna de miel empezaremos con los preparativos de una boda o en la iglesia o lo que sea con tal de verte de blanco y cumplir tu sueño. —anuncio.
—Estoy de acuerdo. —coincide papá.
—Están locos, ya no estoy para esas cosas. Tengo un niño de cinco años y encima al parecer estoy embarazada de nuevo.
—¿¡Qué!? —gritamos con papá al unísono.
—Pues es lo que creo pero no estoy segura, tengo los mismos síntomas que cuando tenía con Alan y no me ha llegado la regla en dos meses. —dice encogiéndose de hombros.
Corro y le abrazo con fuerza, mi papá se une también.
—Hoy mismo te haces la prueba de embarazo para estar seguros y celebrarlo. —dice papá emocionado.
—Sí, no me quiero ir sin confirmar la noticia. Además una novia embarazada en más adorable. —concluyo
Niega y se ríe.
Al cabo de un rato y después de tantas emociones voy caminando donde me está esperando Ronald con su traje negro logrando que me derrita de amor. A medida que camino del brazo de mi papá puedo observar el lugar hermoso con esas sillas blancas, los árboles a nuestros alrededor y los pétalos amarillo en el suelo, también diviso a varios de los pocos invitados que están. Mi hermana Alejandra sonríe al verme y se le escapan unas lágrimas, su novio la abraza tratando de confortarla, me alegro que al fin haya decidido presentarnos a su novio y a pesar del poco tiempo que lo hemos tratado al parecer es un buen hombre. También veo a mi mamá que aunque ha aceptado la invitación no ha estado tan inmiscuida de todo como Anny pero agradezco que esté presente. También la mamá de Anny que tiene en las piernas a Alan que me tira un beso y yo hago lo mismo, enseguida se escuchan los suspiros de las personas que nos ven y localizo a la abuelita de Ronald que es un amor de persona.
Al llegar ante él las mariposas en mi estómago aparece y más en este momento que voy a atesorar: ser entregada del brazo de mi padre al hombre que amo. Es una sensación única e inexplicable. Ronald saltándose de todo protocolo me recibe con un beso.
—¡Cuídala! —dice papá —. Es uno de mis más valiosos tesoros. Deseo que sean felices y que recuerdes que con nosotros tienes una familia.
—Lo sé señor y no se preocupe porque para mí ella es muy importante y no dude que le haré feliz.
Al final después del Sí, acepto sentí que mi vida se ligó a la del hombre que amo y espero que siga siendo así. También fue emocionante anunciar en la boda la llegada de un miembro más de la familia, efectivamente Anny si estaba embarazada. Papá está que rebosaba de emoción y es razonable.
—Te amo —susurra Ronald mientras estamos bailando muy lento con la música de fondo. La noche es preciosa y la hermosa luna es el complemento perfecto. Me da un beso.
—Te amo —también susurro.
—¿Sabes? Llega un momento en el que los girasoles no buscan el sol —dice y yo lo escucho con atención —, dejan de hacerlo cuando maduran o llegan a edad avanzada porque solo se orientan al este y allí permanecen. —hace una pausa y suspira —. Yo quiero permanecer siempre contigo hasta viejitos y que tú seas mi este. No quiero girarme a otra dirección.
Me acerco a darle un beso y una lágrima de emoción rueda por mi mejilla.
—Por ahora estaremos buscándonos y luego permanecernos en la misma dirección siempre. A tu lado soy feliz y así quiero estar siempre.
—Siempre mi amor.
Fin
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Quiero vivirlo... no importa si me arrepiento
Teen FictionLIBRO 3 Trilogía "Querer" Emilia más que nadie sabe que para ser feliz no basta estar enamorado; el amor es tan jodido que puede convertirte en víctima de su juego. Pero lo que ella no sabe es que podría convertirse en lo que más ha llegado a odiar...