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Ahí estaba, enfrente de aquella puerta, obstaculizando mi vista.

¿Por qué a mi?

Maldito viejo... me las pagará.

Toqué el picaporte y lo giré. Una mezcla de distintos olores chocaron con mi rostro al abrir la puerta, debían de haber al menos unos dieciséis omegas, cuatro hombres y doce mujeres, sin contar a la alfa;

La profesora Kim JiSoo.

Los olores me daban dolor de cabeza. Algunos eran agradables, pero otros no tanto, todos con un tipo de esencia en común: cítricos, menos uno en particular.

Solté un gruñido y entre con toda la cara de culo posible.

Así, bien perra.

-Señorita Park -escuché.

Miré al frente ignorando aquella voz contando con la mirada a los presentes. Me di cuenta que no estaba equivocada con respecto a cuantos eran y sonreí ladinamente, con soberbia.

El olor de la alfa que tenía a mi lado (la cual ignoraba) era dulce y llamativo.

Me pregunto si los demás también la sentirán.

Bufé y me di vuelta encarando a la profesora la cual miraba ya al frente.

-Alumnos y alumnas, hoy tenemos una nueva compañera, ella al igual que ustedes esta aquí por motivos parecidos a los suyos o si bien igual. Favor de respetarla como vienen haciendo con los demás. Y NADA de burlas como con quien ya ustedes saben.
- amenazó y giró a verme — Señorita Park, puede presentarse y decir los motivos por los que esta acá.

-... - suspire - Mi nombre es Park ChaeYoung o Rosé como quieran, no me importa. Estoy aquí por que el director Kim me mandó, no se cuanto tiempo éste aquí ya que el viejo cascarrabias puede agregarme más semanas a esta tortura si se le canta.

La alfa anotó algo en una libreta encima de su escritorio y al terminar volteo a verme -¿Solo eso? -asentí.

La alfa señala un asiento vacio al lado de un tipo pelinegro que escuchaba musica distraídamente.
Lo observé unos segundos con atención, tenía varias perforaciones en ambas orejas y una en el labio inferior, un peculiar tatuaje de pareja bajo su clavícula y ropa negra.

-Siéntate junto a Jeon, se llevarán bien. -dijo para luego sentarse en su escritorio y empezar a tomar asistencias.

Caminé hacia donde estaba "Jeon" sin prestar mucha atención a mi alrededor y aparte la silla para luego sentarme y tirar mi mochila encima de la mesa sacando de uno de los bolsillos mi celular y mis auriculares inalámbricos color negro.
Me coloqué uno, lo prendí con un golpecito y encendí el Bluetooth de mi celular.

Mire de reojo a el omega al lado mio, este se quitó un auricular dejando una oreja libre y mientras movía su cabeza (al parecer siguiendo la música) anotó algo en su cuaderno, arrancó el pedazo escrito, la hizo un bollito y se la lanzó a una rubia con labios prominentes que estaba a en el segundo asiento de la fila del medio.

Ésta lo agarró y luego de leerlo levantó el dedo corazón hacia el pelinegro al lado mio, el cual rió mostrando los dientes y arrugando los ojos.

Parece un conejo...

-Bueno, hoy hablaremos de lo siguiente -escribió en la pizarra -quisiera que me dijeran cual es una de las características de un beta -

-¿El olor? -respondió una omega de silueta pequeña y cabello pelirrojo a lo que la alfa asintió.

-Esa podría ser una. Como sabrán, los betas tienen un olor que es apenas perceptible, suele parecernos agradable, como una ligera combinacion de frutos secos y plantas silvestres, a diferencia de omegas que tienen un aroma a citricos u alfas, que huelen a bosques.
Aunque muchos confirman no sentir nada parecido, solo alfas y omegas pueden sentirlo, eso se debe a... - y bostecé, sin prestar la mínima atención ¿Realmente tendría que aguantar dos jodidos meses de esto?

- Maldita mierda.

***


Con un pequeño golpecito en mi auricular me lo quito para guardarlo en la mochila y mirar la hora de mi celular a la vez que la profesora Kim vuelve a hablar.

¿Es que acaso no se cansa? Ya van 2 horas...

-Ya esta por sonar el timbre de descanso, los espero a todos acá al terminar el receso en 15 minutos, ni más ni menos -

Tan pronto terminó de hablar el timbre sonó y todos se levantaron de sus asientos como fieras a excepción de cierta rubia, que se acercó a la alfa para decirle quien sabe qué.

-Más despacio, salvajes -ordenó la alfa molesta adquiriendo un tono de voz distinto e intimidante. Voz de alfa. La cual causo que escalofríos me recorrierán de pies a cabeza mientras que los demás omegas asintieron sumisamente caminando hacia afuera cabizbajas y con pasos visiblemente inseguros.

Aish, malditos alfas, por eso los odio.

El pelinegro de mi lado se levantó y extendió su mano en mi dirección con una sonrisa digna de un conejo, tal y como lo pensé antes.

-Soy Jeon Jungkook, mucho gusto -

Rebel ; 채수.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora