Capítulo 10: Arte

83 5 0
                                    

Mire a mis alrededores, no reconocía el lugar. Parecía estar lleno de departamentos, los cuales no se veían muy amplios, parecían amontonados. El ruido de un tren pasando bastante cerca, me dio una idea sobre donde estábamos.

—¿Qué hacemos aquí?—Pregunte, Theodoro daba la impresión de que estaba buscando a alguien o algo.
—Emm...estamos aquí por...que yo quiero...—Estaba distraído
—¿Qué buscas?—
—La pregunta correcta es: "¿A quién buscas?"—
—Bueno, ¿A quién buscas?—
—A unos amigos que te quería presentar pero al parecer no están por aquí, debería ir a buscarlos, te caerán bien—
—¿Cómo lo sabes?—
—Créeme, te caerán bien—Estiro su brazo para ver la hora—Creo que no están por aquí, iré a buscarlos, ¿Quieres venir?—
—Sabes, preferiría ir a otro lugar—Se volvió confundido
—¿A dónde?—
—Ya sabrás tú—
—¿De que hablas?—
—Por favor, siempre sabes donde estoy—
—Podría ser...o...—
—Theodoro...solo admitelo, no me enojare—
—Pues...tal vez—Me miro con inocencia—Ok, si, lo sé—
—Gracias—
—Ok, pero creo que me tardare un poco, ¿nos vemos donde siempre?—
—Claro—Me acerque y le di un beso en mejilla para desaparecer de ahí.

La galería de arte contemporáneo Hickman, solo había venido una vez con mi escuela pero me quede con ganas de verla bien yo sola, pues esa visita de hace unos años fue terrible.
Me había enterado de algo muy interesante, hace unos años habían exhibido una pintura falsa con un valor de 30 millones de libras, pero nunca fue vendida ya que alguien descubrió que era falsa, fue todo un escándalo.

La galería era bastante grande, con algunas obras bastante simples que te hacen preguntarte si esto es arte y otras obras que son bastante complicadas y te terminan mareando.

Hubo una pintura que me llamo mucho la atención. Había una chica en un vestido amarillo bastante brillante, la chica estaba cayendo, se notaba el pánico en su expresión. Me trajo algunos recuerdos no demasiado alegres, quería dejar de mirar la pintura pero no podía apartar la vista.

—¿Admirando el arte?—La voz de un hombre me saca de mi hipnosis con la pintura. Viendo al suelo le respondí.
—Este...yo...si, yo la estaba viendo, es...hipnótica—
—Lo sé...para mi representa la depresión, ya que cuando entras, sientes que caes por un pozo sin fondo, tan solo caes y caes...—Su pensamiento me pareció interesante, peculiar pero bastante acertado. Me volvía hacía él, era bastante alto, de tez blanca con ojos azules, pelo castaño peinado hacia atrás pero con unos pequeños rizos en las puntas. Su imagen me dio confianza, se veía amable.
—Eso es cierto—
—Nueva, ¿verdad?—asentí—Me llamo John—
—Allison—Nos dimos la mano
—Entonces, ¿Te gusta el arte contemporáneo?—
—Si, bueno, el arte en general—
—¿Quieres que te de un recorrido? No es por nada pero soy un excelente guía—
—Si, se nota—
—Excelente. Lo primero que tienes que saber es que el arte en si, por lo general esta basado en...—

Era un excelente guía, sabía que decir sobre cada obra, hacia chistes y era muy entusiasta. Acabamos el recorrido por toda la galería. Ya afuera de esta, parecía que iba a ser la despedida.

—Gracias por eso, en serio, fue increíble, todo lo que dijiste fue asombroso, tal vez ya sé la respuesta de esta pregunta, pero tengo que hacerla, ¿Alguna vez trabajaste aquí?—Le pregunte
—No, nunca trabaje como guía—Respondió cruzandose de brazos con una sonrisa satisfecha
—¿En serio? Perdóname pero no te creo—
—Ja, ¿Por qué?—
—John, vamos, todo lo que dijiste sobre cada obra, todo lo que explicabas era inigualable, como si tuvieras años haciendo esto—
—Gracias, pero nunca trabaje de guía, solía ser un maestro...pero ni siquiera de arte, era de matemáticas—Noto mi cara de incredulidad—En el arte solo soy un aficionado—
—No, no eres un aficionado—
—Bueno...un..."entrenado" en el arte—
—Tampoco...—
—Ok, un profesional—
—Exacto, un aficionado no hablaría así...Dios, por como te expresas, apuesto a que debes hacer unas pinturas hermosas...—
—Wow wow, alto ahí linda. Me gusta el arte, me fascina, sé sobre el arte, pero el arte simplemente no sale de mi—
—Si claro...—Nos reímos
—¿Sabes que hora es?—
—Oh, si...son las...—Miro su reloj—2 de la tarde. ¿Por qué? ¿Necesitas ir a algún lugar?—
—Si, tengo que verme con un amigo así que...—
—Bueno...¿Te molesta si te acompaño?—
—Mmmm...no, para nada, creo que le caerás bien—
—Ok, genial, ¿A dónde vamos?—
Sin responderle, lo tome del brazo y nos fuimos de ahí.

Desde que me fui.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora