Capítulo 7: Viejos y Nuevos amigos

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Termine eligiendo un vestido negro con puntos blancos y logre convencer a Theodoro que me dejara usar tenis, ya que él quería que usara sandalias.

Para matar el tiempo, pues apenas era la una de la tarde, paseamos por el centro comercial.
Me sentí un poco rara, estar caminando junto con un montón de personas vivas, que algunas a veces te atraviesan, es raro. Solo había uno que otro fantasma por ahí.

—Ok nena, mira esto—Me dijo Theodoro con una sonrisa divertida, apresuro el paso y se acercó a una pareja, Theodoro se acercó a la chica y le jalo el pelo. La chica enojada volteo a su acompañante y le comenzó a reclamar.
—¿¡Qué te pasa!? ¿¡Por qué me jalaste el pelo!? ¡Me dolió!—
—¿De qué hablas? Yo no te hice nada, estas imaginando cosas—Le respondió el chico
—¡Y ahora me llamas loca...!— Comenzaron a tener una discusión bastante graciosa, Theodoro volvió junto a mi riéndose.

—Amo hacer eso—
—Por Dios, la chica parece que se le va a tirar encima en cualquier momento—Dije entre risas
—Inténtalo tú—
—No gracias, no soy mucho de hacer bromas—
—Vamos, no seas aguafiestas, inténtalo—
— ¿Con quién?—
—Mmmm...—Observo alrededor buscando a alguien—A esa chica de allá—

Me acerque a una chica que estaba caminando entretenida con su celular, no se me ocurría que hacerle, vi a un chico que caminaba con aire distraído atrás de ella y tuve una idea. Me puse detrás de la chica y le di una fuerte nalgada. Me aleje rápidamente para ver su reacción y fue genial.
La chica se dio la vuelta sobresaltada y le dio una fuerte cachetada al chico y muy digna se alejó del chico.

Me acerque a Theodoro riéndome a carcajadas, él también se estaba riendo y chocamos los cinco.

— ¡Eso estuvo buenísimo!—Se acomodó el traje—Nunca se me hubiera ocurrido hacer eso—
—Lo sé, ¿viste la cara del chico?—Puse cara de confusión, Theodoro se comenzó a reír más.
—Ok ok—Se limpió las lágrimas—Busquemos a alguien más—

Con la mirada comencé a recorrer todo el lugar, buscando a alguien que se viera interesante, nadie me había llamado la atención, hasta que lo vi, en medio de la multitud, con su grupo de amigos y abrazando por la cintura a una chica.

—¿Ya tienes a alguien?—me pregunto Theodoro, puse una sonrisa malévola
—Creo que si—
—¿Quién?—
—Theodoro, ¿Recuerdas que te hable de un novio que al parecer, me estaba engañando?—
—Sí, ¿Por qué?...Oh, espera, ¿Esta aquí?—
—Si—
—¿Dónde está?¿Quién es?—Le señale el grupo en donde estaba
—Es el que lleva la gorra negra y que va abrazado de su novia—
—Ya—
—¿Qué crees que debería hacerle...?—
—Tranquila nena, yo me encargo—Se arremango el saco y se dirigió a él.
En un rápido movimiento le tomo los pantalones y se los bajo, dejando al descubierto una horripilante tanga de leopardo.

Todos sus amigos se comenzaron a reír, pero cuando él se agacho para subirse los pantalones, Theodoro lo empujo con el pie y se cayó de cara al suelo. Ahora la mayor parte de las personas que estaban cerca se comenzaron a reír también, incluso la chica con la que venía. Fue muy gracioso. Él, rojo como un tomate, se subió los pantalones y se fue corriendo.

Theodoro vino hacia donde yo estaba con una sonrisa triunfal en la cara, mientras yo me reía a carcajadas y le aplaudía.

—Gracias, gracias—Hizo una reverencia
—Eso fue lo mejor que he visto en mucho tiempo, además de que no sabes cuánto tiempo quise vengarme de él—
— ¡Dios mío!—Exclamo acomodándose el traje—No sé cómo pudiste salir con él nena, tiene un gusto horrible—
Nos comenzamos a reír a carcajadas.
—Ya lo sabía—
— ¿Y qué hacías con el linda? Si yo estuviera con alguien así le daría un cheque para que se comprara mejores calzones—
— ¡Ay Theodoro!—Dije soltando un suspiro.

Desde que me fui.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora