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Decir que ByulYi estaba sorprendida cuando al otro día vio, frente a la puerta de la habitación de su hermano, una pila de libros, era quedarse corto. Y se sorprendió aún más cuando, al hojearlos, descubrió que eran fotocopias de los libros de clase. Tal vez alguien haya visto el espectáculo del día anterior y se apiadó de él -ella-.

Agradeciendo por la persona cuya identidad ella no sabía guardó las fotocopias de los libros que necesitaría ese mismo día en la mochila, y salió de la habitación como alma que lleva el diablo: se había quedado dormida.

La verdad es que esa persona anónima la había salvado de un gran regaño y posible castigo que le darían los directivos por no llevar el material escolar. La noche anterior no había podido dormir casi nada pensando en cómo hacer para que no le pongan ningún incumplimiento ya que no sería ella quien saldría damnificado de eso, sino su hermano. Pero, gracias a las fotocopias que alguien dejó frente a su puerta durante toda la noche, ningún profesor se enteraría de nada.

En el instante que su pie tocó el suelo del edificio escolar, la campana que daba inicio a las clases retumbó en el lugar. No había ni un alma en los pasillos, pues todos ya se encontraban en sus salones para evitar llegar tarde. ByulYi comenzó a correr hacia su salón de clases y, al entrar, el profesor ya se encontraba allí. Como castigo por haber llegado tarde, tuvo que quedarse fuera del salón elevando los brazos hasta que su clase acabase.

Lamentablemente para ella, su clase duraba dos módulos de cuarenta minutos cada uno.

– Chico! – Exclamó sorprendido TaeGi. Ahora se hallaban en la cafetería almorzando. – En serio te has quedado los ochenta minutos con los brazos hacia arriba? 

<Chico?> Se quejó ByulYi en su mente, puesto que aquello le había picado un poco en el orgullo.

Pero bueno, luego de usar saco y corbata, ella misma había pisoteado su propio orgullo.

– Chico, – ByulYi hizo énfasis en esa palabra, con enojo. Sin embargo, Jordan no lo notó. – En serio crees que haría eso? Solo levantaba las manos cuando oía sus pasos acercándose a la puerta, pues sabía que iría a comprobar si estaba cumpliendo con el castigo. – Byul llevó a su boca un poco de arroz, y continuó hablando con la boca llena. – Luego pásame los apuntes de hoy. 

Accidentalmente, un grano de arroz voló de la boca de MoonByul hacia el rostro de TaeGi.

– Joder, hermano! – Exclamó el muchacho, con un poco de asco. – A dónde se han ido tus modales?! Solías regañarme cada vez que hablaba con la boca llena.

MoonByul terminó de masticar, y tragó.

– Mala mía. – Se excusó.

– Ah, me quedé sin dinero... – Ambos oyeron la voz de Krystal a unos pasos de ellos.

Estaban en la barra de comida, y ellos se habían sentado en una mesa a pasos de la misma. Y la maldita escuela cobraba por cada plato de comida a pesar de pagar cada mes la cuota para permanecer allí. 

(same, pero yo no estudio en un internado xd)

– Eso te sucedió por habértelo gastado todo hoy temprano. – Oyeron ahora la voz de MinSoo. Krystal lanzó otro bufido rodando los ojos.

– Préstame algo de dinero, me muero de hambre. – Pidió descaradamente.

A todo esto, Jordan había callado por acto reflejo. MinSeok y él siempre dejaban de hablar cuando alguno de los integrantes del pandemonio rondaba cerca. Byul recordó aquello, e hizo silencio de inmediato.

Aunque, después de todos los problemas que había causado desde que había cambiado de lugar con su hermano, lo que ahora era raro era que se quedase callado en vez de pelear.

Gender Bender ♤MoonSun♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora