YongSun viró su mirada desde el techo hacia el reloj despertador, suspirando con pesadez al ver la hora que marcaba: 3:17 a.m. Había estado toda la noche pensando y dándole mil vueltas al tema de MinSeok, y lo odiaba. Odiaba que su corazón haya latido con impaciencia y ansiedad al besarlo, y lo odiaba a él.
El motivo de su odio no era nada más y nada menos que su sangre, pues era la misma que corría por las venas de su rival que escapó sin decirle nada.
Al principio, YongSun no sabía que eran hermanos. Ella pensaba que sólo era una coincidencia su parecido físico, y lo odiaba porque le recordaba a aquella niña que siempre la humillaba incluso sin saberlo en frente de toda la escuela. YongSun, para lo único que servía, era para los deportes (déjame reírme un rato, plox). Y gracias a esa demonio, ni siquiera podía destacar en ello.
Ella había aguantado las burlas sobre su poco coeficiente intelectual y sobre sus notas bajas por parte de sus compañeros incluso en primaria. Luego de un tiempo, se dio cuenta de que había un área en donde todo le salía bien y donde la gente la felicitaba: los deportes. Comenzó a esforzarse más en ello que en lo demás, y finalmente encontró la felicidad en lo que hacía.
Pero, entonces, aquella niña ingresó en la primaria. Cuando todo parecía que iba bien, ella llegó para romperle todos los esquemas. Y es que, por más de que era dos años menor, el profesor de gimnasia la adelantaba una clase ya que tenía una fuerza y velocidad mayor que los demás.
Y, debido a que YongSun había entrado tarde al colegio, aquella niña y ella tenían juntas la clase de gimnasia. La pelinegra comenzó a eclipsarla, y las burlas por no poder hacer nada bien no tardaron en volver a llegar.
YongSun comenzó a esforzarse todavía más, provocando que sus notas vayan en descenso, pero por fin superando a su rival. Cuando creyó que por fin había ganado, volvió a preocuparse por los estudios, logrando que la niña la volviese a superar.
Y lo que más odiaba Yongsun era el que aquella niña ni siquiera tenía que esforzarse para llevar las mejores notas de su curso y superarla en los deportes.
Finalmente, cuando ella tenía 12, un accidente terrible le sucedió a Krystal.
Estaban jugando a la pelota en la puerta de su casa, cuando por una patada demasiado fuerte de parte de YongSun, la pelota rodó hasta la mitad de la acera. Krystal, sin tomarse el tiempo de fijarse si algún auto se acercaba, corrió tras la bola.
YongSun vio cómo, por su culpa, un auto la arrollaba y se iba sin preocuparse por comprobar si SooJung seguía viva o no.
Por suerte, Krystal llegó a tiempo al hospital. Luego de varias intervenciones quirúrgicas debido a una vértebra estallada y a un pulmón perforado, además de una leve contusión cerebral, Krystal salió caminando de la última sesión de rehabilitación ocho meses después de haber sido ingresada al hospital. Debido a la culpa, YongSun no se había separado de ella en ningún momento, abandonando la escuela y perdiendo un año.
Al volver, no había rastro de Moon ByulYi, su eterna rival. Sólo había un niño con el rostro parecido al de ella, pero mucho, mucho más torpe.
Luego de pasar años odiándolo, decidió buscar en el álbum escolar si había alguna pista de por qué de su parecido, y finalmente descubrió que tenían el mismo apellido.
Fue entonces que se dio cuenta de que eran mellizos - recalquemos que el coeficiente intelectual de YongSun nunca fue el mejor - y comenzó a odiarlo todavía más.
Y ahora, sin dudas lo odiaría más.
***
— ¡Como atrape al imbécil que hizo esto, le cortaré el pene con unas tijeras de podar! — Exclamó ByulYi a todo pulmón en el centro del salón, sintiendo la rabia correr por sus venasa al encontrar sus apuntes del trabajo de biología hecho añicos dentro de su mochila.
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Gender Bender ♤MoonSun♤
Fiksi PenggemarAmbos están cansados de su monótona vida. Ella del Instituto sólo para mujeres. Él de las constantes burlas debido a su sonrisa de hamster. Son mellizos idénticos, por lo que si ocuparan el lugar del otro nadie lo notaría. Así que, ¿Por qué no hace...