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En los pasillos del edificio de blancas paredes sólo se escuchaba la sorda percusión de unos pies contra las baldosas de cerámica color ocre que revestían el piso, a respiración agitada de un muchacho, y sus sollozos. Su (casi) ondulado y corto cabello flameaban un poco hacia atrás como una bandera mientras él corría con la mayor velocidad que sus piernas le permitían, logrando ver en su andar únicamente lo que las incesantes lágrimas que le nublaban la vista le permitían. El golpeteo de los pasos cesó únicamente cuando el chico se vio frente a la habitación que le correspondía, y luego de un par de intentos fallidos por meter la llave para destrabar la cerradura, se adentró en la sala dándole un empujón a la puerta; y luego de dar un paso dentro del lugar, la cerró con una patada haciendo que se azote. El estruendo resonó entre todos los pasillos y habitaciones vacías de la residencia, pero a él le importó poco y nada. Se lanzó hacia su cama rebotando en los resortes de su colchón, y hundió la cara en la almohada mientras su cuerpo temblaba violentamente debido a los espasmos del llanto.

Sí, tal vez había exagerado un poco al reaccionar como reaccionó, saliendo a las corridas como alma que lleva el diablo si mediar palabra y sin mirar hacia atrás, ignorando los gritos que le lanzaba TaeGi (o Jordan, como era su nombre americano), su único amigo en aquella institución. Y sí, definitivamente era un idiota por dejar que un comentario como el que oyó le afectase de tal mal manera como para reaccionar así. Pero, ¿qué más podía hacer? Había oído a Krystal, la muchacha del que había estado enamorado desde que comenzó la secundaria hacía ya cuatro años, burlarse de su sonrisa. Eso ya era más de lo que podía soportar.

Había aguantado burlas públicas encabezadas por YongSun y Eric alias zorra-masculino-de-dos-colas, había callado las veces que se encontró con que le habían pegado gomas de mascar en su cabello - motivo por lo cual lo había cortado hasta las cejas, siendo que antes lo tenía hasta la mitad de la oreja -, había soportado que dibujaran en su pupitre y taquilla sonrisas y caras de hamster, había tenido que tragarse la bilis que se le subía a la garganta cada vez que encontraba una zanahoria podrida dentro de su mochila, y había tenido que aguantarse la internación por neumonía luego que unos muchachos - en las que, más que obvio, Eric estaba incluido - le tirasen un baldazo de agua helada en pleno invierno. Pero la chica que le gustaba se burlase de él era algo que le sobrepasaba.

Había estado almorzando en la cafetería del internado con TaeGi, hablando de cosas de la vida, hasta que ambos notaron que Eric y su grupo de "populares" se sentaban en la mesa más próxima a ellos, siendo la misma una pegada a sus espaldas. A la espalda de TaeGi, para ser más exactos, ya que ambos acostumbraban a sentarse enfrentados al comer para poder verse el rostro y poder tener una mejor comunicación.

Y Krystal estaba dentro de ese grupo, por supuesto.

Pero Krystal, a los ojos de MinSeok, era diferente. Diferente porque nunca la había visto burlarse de nadie. Diferente porque solía sonreír con amabilidad al contrario de las demás, quienes sonreían con interés y malicia. Diferente porque una vez cuando él había tropezado y mandado a volar un libro, ella lo recogió por él y se lo entregó regalándole a la vez una sonrisa de lo más sincera. Y diferente porque MinSeok era estúpido y ciego, y solo entonces se dio cuenta de lo que era.

TaeGi era también víctima de las burlas del séquito de Eric y YongSun debido a sus mejillas redondas, pero las agresiones hacia él eran menos constantes que hacia MinSeok, ya que parecían divertirse con las reacciones del segundo que con las del primero. Y cuando aquél pandemonio se ubicó en la mesa continua, no pudieron evitar guardar silencio víctimas del miedo de que cualquier cosa que dijeran pueda ser oída por aquellos auténticos demonios y ser usado para burlarse de ellos,

— ¿Sabes de qué me he enterado, Krystalito? — TaeGi  y MinSeok escucharon la voz de Eric y no pudieron evitar tensarse, pues sabían que el muchacho hablaba en un tono tan alto y alegre porque quería que ellos le escucharan.

Gender Bender ♤MoonSun♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora