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– Enséñame a pelear.

ByulYi enarcó ambas cejas y se giró hacia su hermano, quien acababa de decirle eso.

– ¿MinSeok? – Lo llamó.

Él, quien se había mantenido mirando hacia el suelo, elevó su mirada hacia ella.

– Enséñame a pelear. – Repitió.

– ¿Estás loco? – Cuestionó.

Él suspiró frustrado.

– Sí, da igual. – Le quitó importancia. – ¿Me enseñarás o no?

– Ni en mil años te enseñaría a hacer algo con lo que te puedas lastimar. – Dijo.

Había pasado ya tres horas desde el altercado, y se hallaban sentados en el sillón de la sala de estar de sus abuelos, solos, mientras que su tía discutía con sus abuelos sobre qué hacer con ellos de ahora en adelante. Obviamente, dejarlos volver a su casa no estaba dentro de las opciones.

MinSeok se puso de pie.

– Entonces le pediré a la tía que me enseñe. – Dijo mientras caminaba hacia la escalera, sin recibir respuesta de parte de ByulYi. – O iré a una maldita academia para aprender. Lo que sea, lo haré. – Finalizó, subiendo a las corridas los escalones.

ByulYi se hundió en el sillón mientras suspiraba pesadamente. Se despeinó con desesperación y se mordió el labio inferior con mucha fuerza, concentrándose en ese dolor para no llorar.

– ¿Y Xiumin? – Oyó la voz de su tía hablarle. ByulYi tragó con fuerza, intentando bajar el nudo que se le había formado en la garganta.

– Subió. – Respondió tajante.

Su tía se quedó observándola con lástima. Un sector de su mejilla comenzaba a vagar entre los colores rojo y morado, además que su labio inferior estaba partido y aún sangraba un poco. Suspiró con fuerza al recordar la desesperación en los ojos de ByulYi cuando ésta vio que su hermano se había desmayado, así como también la palidez de la piel de MinSeok junto con unas delimitadas ojeras que tenía debajo de sus ojos.

Se acercó lentamente a ByulYi, y se sentó a su lado. Pasó un brazo por sus hombros y la atrajo hacia ella. Se quedó así, quieta y en silencio, hasta que sintió que ByulYi se sacudía levemente a la vez que sollozaba. En ese momento comenzó a acariciar su espalda y dejó que ella escondiese su rostro en su pecho. El llanto de ByulYi poco a poco se iba haciendo más sonoro y descontrolado, así que ella la rodeó con ambos brazos y empezó a mecerse mientras besaba su coronilla, sin dejar de acariciar su espalda.

– Sus abuelos no pueden hacerse más cargo de ustedes, están muy viejos. – Susurró en un momento. – Hablé con su madre, y me dijo que pueden quedarse conmigo de ahora en más.

– ¿En serio? – La voz de MinSeok resonó detrás de ambas, trémula y apagada. – ¿En serio vamos a quedarnos contigo?

Jaeri se volteó a verlo, y sintió cómo el corazón se le estrujaba al verlo a punto de romper en llanto.

– Si, cariño. – Hizo un gesto con su brazo para que se acerque a ella, y MinSeok obedeció enseguida. Corrió hacia su tía y la abrazó fuertemente, comenzando a llorar también en su pecho.

Ahora Jaeri abrazaba a cada niño con un brazo, los acariciaba, e intentaba que sientan todo el amor que ella tenía para darles.

– Va a estar todo bien, ¿verdad Byul? – Dijo el mellizo. ByulYi elevó su mirada y sonrió.

– A partir de ahora, todo va a ir de bien en mejor. – Respondió ella. Estiró su brazo hasta tomar la mano de él y la apretó con fuerza sin llegar a lastimarlo. Ambos sonrieron, ya dejando de llorar.

Gender Bender ♤MoonSun♤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora