• VEINTIUNO •

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Una señora nos esperaba en una esquina. Ella era de una nacionalidad extranjera y de esas que no me juntaría. Se la notaba nerviosa. Al igual que Martin.

Ellos hablaron de direcciones. De ciudades que yo no conocía.

El calor de febrero era muy pesado.

Miro a través de la ventanilla y bajo la misma. El aire caliente en movimiento, hace que mis pelos bailen.

La mano de Martin baja y sube por mi pierna.

La señora sigue en el asiento trasero del auto.

Hasta siempre. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora