Una señora nos esperaba en una esquina. Ella era de una nacionalidad extranjera y de esas que no me juntaría. Se la notaba nerviosa. Al igual que Martin.
Ellos hablaron de direcciones. De ciudades que yo no conocía.
El calor de febrero era muy pesado.
Miro a través de la ventanilla y bajo la misma. El aire caliente en movimiento, hace que mis pelos bailen.
La mano de Martin baja y sube por mi pierna.
La señora sigue en el asiento trasero del auto.
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Hasta siempre.
PovídkyCada uno elige su destino. Lo manosea, lo perfecciona, lo vive, lo arruina. Historia que narra desde adentro, lo que es vivir un aborto en Argentina. #670 en historia corta - septiembre 2017 #633 en ShortStory - mayo 2018