Puedo seguir revolviendo mi cabeza. Puedo seguir encontrando muchas mentiras que dije para no decir la verdad.
Pero nunca me voy a olvidar de las palabras de Martin.
— Macarena, vos sos bastante adulta, y lo que hiciste fue porque vos lo quisiste hacer.
— Yo no te puse un arma en la cabeza para que te hagas un aborto.
— Estás cada día más loca.
— Me volas la cabeza, pendeja de mierda.
— Otra vez vas a empezar con lo mismo.
— No te banco más. Necesito un tiempo.
Y así, después de ayudarme a arruinar mi vida, 4 meses después, me dejo.
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Hasta siempre.
Historia CortaCada uno elige su destino. Lo manosea, lo perfecciona, lo vive, lo arruina. Historia que narra desde adentro, lo que es vivir un aborto en Argentina. #670 en historia corta - septiembre 2017 #633 en ShortStory - mayo 2018