Maldita sea la música.

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—Ven, aún falta una hora para que llegue el módulo de música— Matthew me habló para que fuese con él.

—Sí... Creo que me quedaré acá un rato— Dije hablando solo.

Fui a la parte de atrás del teatro, donde se encontraban los instrumentos. Busqué en las guitarras una acústica. Era perfecta, ya que no quería hacer mucho ruido.

—¿Estará afinada?— Me pregunté a mí mismo.

Comencé a tocar cada una de las cuerdas. Mis orejas reaccionaron inmediatamente al sonido, haciendo un breve movimiento, notando que les gustaba el sonido.

La guitarra estaba afinaba, así que comencé a tocar.

—You can break down my lights and my doors, but I won't let you back in, no more, no more, I'm sick of geatting stuck in the same rutine, again. Tie me up, put me into a suit, but I'll never ever be like you, no, I know what happenned here and you can't erease your past— Canté el coro de una canción que me fascinaba.

—¿Sabes? Hoy es la prueba de música. Prueba de las que tantos huyes— La voz del profesor me dio un susto de muerte.

—Que susto me dio— Suspiré— Lo siento, no debí tomar la guitarra sin permiso— Dije colocando la guitarra en su lugar.

—No, no te preocupes por eso— Rió— Para ser un conejo tienes una voz de lobo. Cantas muy hermoso. Sabes, luego de escuchar lo bien que cantas creo que te resultará difícil escapar de la prueba de música de hoy.

—Pero el profesor de música nunca me ha escuchado cantar— Dije un tanto incomodo por cómo estaba yendo la conversación.

—Precisamente, hoy tendrás que cantar, así que te aconsejo que tomes esa guitarra y vayas practicando algo, así podrás impresionar al profesor.

—Pero... no sé si pueda cantar en voz alta yo...— Me interrumpió.

—Te estás reincorporando hoy, lo sé. Pero el profesor dijo que hoy quería escucharte. Si no quieres presentar hoy, ve a enfermería, yo te cubro y presentarías mañana, mientras los demás hacen las audiciones.

—No, prefiero presentar hoy, así tengo la mente despejada para la nota en la audición de mañana— Dije recordando que las audiciones valen bastantes puntos en la materia de teatro.

El profesor rió y luego comenzó a caminar a la salida.

—Espera a clase de música— Terminó de salir y me dejó con los instrumentos.

—¿Vale?— Dije confundido.

La verdad no quería cantar en clase de música, yo nunca lo había hecho.

En clase de música siempre tuve nota perfecta gracias a los exámenes teóricos, pero siempre que había alguna prueba que iba de tocar algún instrumento, o de cantar, iba con el profesor de literatura, a ayudarlo o simplemente a hablar con él, y él siempre me cubría diciendo que había sido él quien me llamó para que le ayudara, haciendo que faltara a esta clase, pero dándome mi nota por ayudar al profesor.

Tomé la guitarra de nuevo y continué tocando, pero esta vez sin cantar.

Luego de unos cuantos errores que cometí al tocar, paré, no quería, y no podía, seguir tocando mientras siguiera pensando en tener que presentar delante de toda la clase. Lo peor del caso, es que no sé ni para qué debo hacerlo. El profesor no me había terminado de decir para qué quería hablar conmigo en clase de música y tampoco encontraba una buena explicación en mi inquieta imaginación.

—¿Qué demonios puedo tocar?— Comencé a hacerme esa pregunta mientras caminaba de un lado a otro.

Comencé a tocar ritmos al azar, a ver si de ahí podía recordar alguna buena canción que pudiese tocar.

Contigo A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora