Los recuerdos traen nostalgia.

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Me desperté al escuchar alboroto en la parte de debajo de la casa.

—¿Hm? ¿Qué hora es?— Estiré mi mano para tomar mi móvil, sintiendo un agudo dolor— Mierda— Intenté sostenerla con la otra, pero el dolor ahora estaba en ambas— Maldito sea el día que decidí que era buena idea descargar mi frustración lastimándome— Dije, sintiendo ese horrible dolor en mis manos.

Con todo el esfuerzo del mundo y una gran ayuda por parte de mis brazos, logré abrir la puerta, para salir al baño.

—¿Es en serio? Bruce, amigo, sinceramente no sé si lo quieres matar o proteger— Escuché la voz de Jeffrey.

—Realmente me desquité con él por la rabia del momento... pero mi idea era asesinar a Matthew.

—No sé cuál es peor— Rió el oso.

—No lo iba a matar, sólo dejarlo en coma.

Estaba en el pasillo, cerca de la escalera, escuchando la conversación.

—¿No te han dicho que espiar conversaciones es malo?— Joseph me dio un susto monumental cuando habló estando detrás de mí.

—¡¿QUIERES MATARME DEL SUSTO?!— Mi hermano comenzó a reír fuertemente al ver mi reacción— Joder, en serio, te golpearía— Hablé molesto.

—Hey, no te pon... ¿Qué te pasó en las manos?— Joseph observaba fijamente mis manos.

—Nada— Intentaba ocultarlas, pero no encontraba la manera de hacerlo.

—Andrew ¿qué hiciste?

—Nada, no es nada— Intenté evadir a Joseph— Es sólo pintura que conseguí en el cuarto de Bruce. Déjame ir a quitármela, salgo del baño en menos de nada— Reí con disimulo.

—Oh bueno, si es pintura creo que no necesitarás el botiquín. Está en la sala, cuando termines debo llevarlo— Joseph habló de manera casual y se dirigió a las escaleras.

Hermano... en estos momentos, en serio te odio...

—Eres un bastardo— Susurré para mí mismo— Joseph— Se detuvo a mitad de la escalera— Creo que sí tienes que traerlo— Hablé de manera avergonzada.

—¿Traer qué?— La voz de Bruce me hizo esconder mis manos y agachar mis orejas inmediatamente.

—El botiquín— Joseph suspiró.

—¿Para qué?— Bruce dirigió su mirada a donde yo estaba— ¿Qué hiciste?— Comenzó a caminar hacia a mí.

—Nada, no hice nada, sólo quiero unas píldoras para dormir— Hablaba nervioso mientras retrocedía.

Al darse cuenta de esto, Bruce paró de avanzar, suspirando y agachando las orejas.

—No te haré daño, déjame ver qué pasó— Habló de manera más sutil.

Observé a Joseph, quien alzó los hombros, dándome a entender que yo decidía si mostrarle o no.

Extendí mis brazos, para que lograra ver mis manos. La sorpresa en su mirada me mostraba que no lo gustaba lo que veía.

—¿Cómo te hiciste eso?— Se acercó rápidamente, tomando con cuidado mis manos— Ven, bajemos a que te curen eso.

Me detuve al momento que Bruce dijo esto. Abajo estaba Jeffrey y la verdad, hablar con él, era lo que menos quería en este momento.

Bruce me observó confundido.

—De seguro no quiere que Jeffrey lo vea— Rió Joseph— Recuerda que él es su terapeuta.

Contigo A Mi LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora