26.

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"Hay días en que quiero gustar a la gente más de lo que quiero cambiar el mundo."

— Blythe Baird


Cuando termina la primera parte del concurso, voy a entre bastidores en busca de Yaz. Esta no tarda en aparecer, y corro a abrazarla con emoción.

—¿Qué tal he desfilado?—me pregunta, con un deje de ironía, mientras coge una magdalena del cáterin y me ofrece otra. Me río un poco.

—No quiero promover la competitividad pero... las has aniquilado—ambas reímos—. En serio.

Fatima aparece por detrás, de brazos cruzados. Yasmin y yo compartimos una mirada cómplice, pero no decimos nada. Hasta que frunce el ceño y, tras soltar un suspiro, le quita la magdalena.

—¿Qué te tengo dicho? Nada de carbohidratos después de las siete. Lo último que necesitamos es tener problemas porque no entras en un vestido.

Mentalmente, se me ha caído la boca hasta el suelo. Físicamente, también. Mi amiga sonríe con amargura, una mezcla de tristeza y rabia en sus ojos.

—¿Sabes, mamá? Si papá estuviera aquí ahora mismo, no le gustaría nada oírte decir eso.

Fatima la mira y ríe con sequedad.

—No seas ingenua. Ay, menos mal que tienes una cara bonita. Ahora ve a retocarte, sólo quedan cinco minutos para la segunda parte.

Pasan unos pocos segundos de silencio, en los que yo ya no puedo soportarlo más. Así que decido expresarme, tal y como la señorita Aoki me dijo.

—Oiga—digo en una voz más alta de lo que me gustaría, pues varias concursantes y sus respectivas madres se giran a mirarme. Espero a que vuelvan a sus cosas y sigo hablando. Yasmin me observa, confundida y algo asustada—, déjela de una vez.

Fatima me mira con las cejas alzadas.

—¿Perdona?

—Ya ha oído lo que he dicho, no me haga repetirlo. Yasmin es mucho más que sólo una cara bonita. Es divertida, atrevida, inteligente, y una gran persona y amiga con un corazón que no le cabe en el pecho. Cualidad que, sin duda alguna, no ha heredado de usted. Perdone si le estoy faltando al respeto, pero estoy harta de ver cómo intenta destruir la autoestima de mi mejor amiga, la cual por si no lo recuerda, también es su hija. Así que vale ya. ¿Me ha oído bien ahora?

Yaz intenta contener una sonrisa, sin conseguirlo. Por su parte, Fatima se queda impactada, sin decir nada. Un chico de unos veintitantos años asoma su cabeza por la puerta, portapapeles en mano.

—Yasmin Ali, te toca en un par de minutos.

—Bien—vuelvo a hablar, y pongo mis manos en los hombros de mi amiga—. No tengo ni idea de a dónde quieres llegar con todo esto, pero creo en ti. Hagas lo que hagas, te apoyaré.

Me sonríe, y vocaliza el "gracias" más genuino que he visto jamás, encaminándose hacia la salida. La llamo de nuevo.

—Y Yaz—se da la vuelta para mirarme—, si alguien más intenta darte lecciones sobre lo que deberías comer... cómetelos a ellos también.

Me da una sonrisa de oreja a oreja antes de desaparecer hacia el escenario.


Aplaudimos a la concursante que acaba de terminar su discurso. Vuelvo a estar sentada entre el público, junto a Fatima, contra toda voluntad que exista en mi cuerpo. La tensión que hay se podría cortar con un cuchillo. Por fin anuncian a Yasmin para la última prueba del concurso. Llevan semanas preparándose para esto, pero la última pregunta es una incógnita para todas las concursantes. Yo me muerdo las uñas. Fatima simplemente se cruza de brazos.

Being number one {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora