[Trigger Warning: este capítulo contiene dubcon. La parte será marcada al comienzo y fin con tres puntos (•••)]
Little bit of poison in me
I can taste your skin in my teeth
-Tag, you’re it, Melanie Martinez
El cumpleaños de Ashley llegó.
Jenna pasó a buscar a todos con su auto y llegaron a la casa de Brendon.
—¿Dónde está Brendon? —Preguntó Mark.
—Llevó a Ash a almorzar —miró atrás, donde Debby estaba sentada entre Josh y Tyler—. ¿Alguno de ustedes tiene la llave de Brendon?
—No —contestaron casi al mismo tiempo.
–¿Tú no se las pediste? –Preguntó Mark.
–No, creí que ustedes… joder.
–¿Vive con alguien? –Preguntó Debby.
–Oh si, él y su enorme ego –contestó Tyler mientras encendía un cigarrillo.
–Y Sarah, pero está fuera de la ciudad –agregó Mark.
–En el auto no, Joseph –Jenna le dirigió una mirada.
Tyler rodó los ojos y salió del auto.
–Bueno… Salgamos –decidió Jenna, todos obedecieron.
Caminaron a la entrada de la casa y Jenna tuvo una idea.
–¡Claro! –Buscó en su cartera y sacó un pequeño gancho y una ganzúa- Se arrodilló frente a la puerta y forzó la cerradura.
–Tengo miedo de preguntar dónde aprendiste eso –dijo Tyler, sinceramente impresionado.
Pasaron y Jenna le lanzó las llaves del auto a Mark para que vaya a buscar las cajas de bebidas al baúl.
–Tyler, Josh, abajo para probar el sonido. Debby, comida.
Debby fue a revisarle las alacenas a Brendon mientras Tyler bajó junto a Josh.
El sótano era realmente grande, tenía espacio como para cien personas y el techo alto, con un parlante colgado en cada esquina.
–Esto es más grande que el departamento de Ash.
–Esto es más grande que mi casa –dijo Josh.
Tyler reacomodó las luces y Josh fue al escenario.
Conectó el micrófono y sonó un corto pitido, golpeó el micrófono dos veces y habló. –Probando… Uno… Dos…
–¡Canta! –Gritó Tyler desde la otra esquina.
–No –contestó inmediatamente.
Tyler corrió hasta llegar al escenario y subió. –Dame ritmo.
Josh empezó a hacer percusión con sus piernas.
–Won’t you stay alive? I’ll take you on a ride, I will make you believe you are lovely –cantó suavemente–. Sí, suena bien.
–¿Eso es tuyo? –Preguntó Josh.
–Es algo que me escribió Ash hace mucho.
Volvieron arriba al mismo tiempo que el teléfono de Jenna sonó.
–¿Sí?
–Jen –dijo Brendon del otro lado–. Olvidé darte las llaves, hay una debajo de la maceta.
–Oh… ¡Oh! Ya era hora, Urie.
–Ya entraste, ¿cierto?
–Eh… Te pierdo- deb… irme… adi- –cortó la llamada.
